PACHUCA.- De las 107 plantas tratadoras de aguas residuales que hay en Hidalgo, únicamente funcionan 62 (57.94 por ciento), por lo que hoy en la región de Tula, Valle del Mezquital y Sierra Gorda “tenemos aguas negras, grises y hasta azules”.
Así lo expresó María del Carmen Moreno Lozano, diputada local, quien solicitó que los tres órganos de gobierno (federal, estatal y municipal) se coordinen para incrementar la operatividad de las plantas de tratamiento de aguas residuales en Hidalgo.
Gran parte de la contaminación que ocurre en el estado se da por la ineficiente manera en la que se tratan las aguas residuales que desembocan en los ríos de Hidalgo. El ejemplo más importante lo tenemos en la planta tratadora de Atotonilco de Tula, costó 182 millones de pesos y desde hace años no está en operación”, denunció.
Debido a que el drenaje profundo del Valle de México desemboca en el río Tula, ha causado problemas en Hidalgo, pues hace casi dos meses se registró su desbordamiento e inundó varias zonas urbanas de la región.
Apenas este sábado, el río Tlautla se tiñó de azul rey luego que un trabajador de la Cooperativa La Cruz Azul tiró de manera intencional anilina al desagüe; aunque esta sustancia no puso en riesgo a la población o al ecosistema, sí causó alerta.
TULA, ZONA DE DESASTRE ECOLÓGICO
El posicionamiento de la también presidenta de la Comisión de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático, ocurrió luego de respaldar un exhorto para que las autoridades federales emitan una declaratoria de Zona de Restauración Ecológica en la región Tula.
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De acuerdo con el diputado del PRI, Juan de Dios Pontigo, a casi dos meses de la inundación que dejó el desbordamiento del río Tula, la situación de deterioro ambiental en esta región sigue incrementándose debido a la incineración de empresas cementeras, el crecimiento de la población y la expansión de la mancha urbana del Valle de México.
La problemática aumenta debido a la actividad agrícola y el uso sin control y cada vez más extendido de fertilizantes químicos y plaguicidas, así como por la mezcla del drenaje pluvial con aguas negras y el crecimiento industrial acelerado”, detalló.
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