Main logo

De secretaria a cerrajera, doña Juana se abrió paso en un oficio de hombres

Desde hace 30 años, Juana Trejo derrumbó tabúes de que una mujer no puede desempeñarse en un oficio antes exclusivo de hombres

Escrito en HIDALGO el

PACHUCA.- Juana Trejo Islas, pachuqueña de 65 años de edad y propietaria de la Cerrajería Chaplin, ha demostrado que para salir adelante lo que se necesita es esfuerzo, dedicación y disciplina, pese a los disgustos, abusos de sus buena fe y discriminación por ser mujer en “un oficio de hombres”.

Son 30 años ejerciendo el oficio que aprendió sin buscarlo hace más de 30 años. Se podría decir que es la primera mujer, al menos en Pachuca, en adentrarse en el mundo de las chapas, candados y llaves.

En entrevista con La Silla Rota Hidalgo, la cerrajera compartió algunas vivencias que van desde la discriminación de sus colegas hombres y clientes, hasta el abuso de su buena fe por parte de clientes, uno de ellos le pidió le abriera un auto que no era de él.

"La cerrajería nació bien bonito. Resulta que uno de mis cuñados puso su cerrajería entre las calles Abasolo y Gómez Pérez, sin embargo, nos dijo a mi esposo Juan y a mí que la vendería. En se momento, con un poco de miedo y sin saber a lo que me metía, le dije que me la vendiera".

En ese tiempo la habían liquidado de una empresa donde fue secretaria, así que tenía dinero y decidió comprar la cerrajería. Ahí un empleado le dio sus primeras lecciones para abrir puertas o candados.

Sin embargo, con el paso del tiempo se quedó sola en el negocio, por lo que su curiosidad por aprender hizo que buscara el apoyo de otros cerrajeros, quienes al principio la miraban con recelo.

Fue así que me enseñaron, pues me veían involucrada y comprometida. También fui a varios cursos de actualización, es muy importante eso, pues todo se va actualizando y uno tiene que estar al día”.

DISCRIMINADA HASTA POR LOS CLIENTES

En 30 años que lleva como cerrajera, Juana Trejo ha sufrido discriminación por ser mujer. Históricamente, esta actividad ha sido realizada por hombres.

Es un oficio muy bonito, pero también, difícil. Me ha costado mucho trabajo salir adelante pues, tanto por hombres y mujeres he sido rechazada; me ha tocado que cuando llegan a mi negocio y preguntan por el cerrajero, cuando les digo ‘qué se les ofrece’ hay gente que me dice ‘gracias… si no está el cerrajero’, y se siente feo”.

Incluso, al principio había compañeros cerrajeros en Pachuca se resistían a enseñarle técnicas para trabajar; sin embargo, con el paso del tiempo y la constancia, derribó la barrera y hoy integra la Asociación de Cerrajeros en Hidalgo.

Pese a los desplantes, dijo “aquí sigo”, agregó que el oficio le ha dado más satisfacciones que disgustos, ya que ha logrado apoyar a su familia, de la mano de su esposo Juan Hernández.

Invito a las mujeres para que puedan desarrollar cualquier oficio, porque sí se puede con mucho esfuerzo, dedicación y disciplina, las cosas salen adelante. Las mujeres tenemos una gran tarea de ser el ejemplo de una sociedad que requiere urgentemente entusiasmo, fe, ganas, perseverancia y dedicación para salir adelante”.

“SE ME HACE QUE ME ESTAS ENGAÑANDO”

Hace 10 años, un joven llegó hasta el local de la cerrajería a solicitar el servicio de doña Juana para que abriera su automóvil, de la marca cavalier. La llave se les había quedo adentro, estaba cerca de la gasolinera Dos Caminos. Sin notar ninguna irregularidad accedió.

Lee también en LSR Hidalgo: "Si no arriesgas, no vas a lograr cruzar"; Irolo, la primera parada migrante

Para romper el hielo, suelo platicar con los clientes. En esa ocasión le pregunté al joven dónde había dejado las llaves; él, con cierto nerviosismo, respondió que en la cajuela… sin embargo, yo las vi que estaban pegadas en switch del automóvil”.

Las sospechas de Doña Juana crecieron luego que el sujeto le dijo que iría a la tienda por unos cigarros mientras ella continuaba abriendo la puerta de “su vehículo”.

Se me hace que me estás engañando, le dije al joven, pues además me estaba diciendo que iría a la tienda… y si pasa una patrulla y me ve, va a pensar que lo estoy abriendo para robármelo… no te voy a abrir el auto y con permiso me retiro, le dije y me fui”, indicó.

ABUSARON DE SU BUENA FE

Otra anécdota ocurrió hace años cuando conoció a un matrimonio. Resulta que en una ocasión llegó la esposa a su negocio para solicitar que le fuera a abrir la puerta de su casa porque había extraviado sus llaves.

Como los conocía accedió. Hizo su trabajo y se retiró. Sin embargo, a los pocos días, el esposo fue a reclamarle al negocio.

Muy enojado me dijo: ‘qué mala onda, por qué le abrió la casa a mi esposa, nos estamos divorciando… solamente me dejó las corbatas en la casa’; yo le pedí perdón, pues no sabía que tenía problemas y bueno se fue muy enojado y nunca volvió a solicitarme un servicio”.

Actualmente, doña Juana tiene su cerrajería en el número 101 de la calle Fernández de Lizardi, en el barrio La Surtidora. Este miércoles fue una de las mujeres que dio su testimonio ante autoridades municipales en el lanzamiento del programa Consume Pachuca.


sjl