TEPEAPULCO. - Los filtros de seguridad y la proliferación de indigentes locales redujeron la presencia de migrantes centroamericanos en Irolo, Tepeapulco, la primera parada de quienes, a bordo de La Bestia, buscan llegar a Estados Unidos.
Yo llegué a Chiapas y pasé tres días en el tren, no te puedes dormir porque te puedes caer. Así como vengo estoy, lo que pasa es que me brinqué del tren y se me olvidó la mochila, perdí mis papeles, mis cobijas. Me bajé, mi otro hermano se siguió derecho y yo ya me quedé”, dice Manuel, de origen hondureño.
La gorra agrisada por el polvo acompaña su rostro quemado, prueba del rayo de sol, barba sin cortar y ojos con cansancio. Es uno de los indocumentados que acude al tianguis del sábado en el costado del Mercado de Sahagún a pedir una moneda para continuar su viaje.
“Quiero llegar hasta la frontera, pasar de México para adelante. Si puedo agarrar un camión donde puedo seguir al norte, voy a cruzar yo para trabajar, donde me pueda yo quedar, ahí me quedo un rato”, menciona con voz baja.
Es su cuarto día en el país y se dirige a la Ciudad de México, planea buscar empleo provisional o alimento. Apenas cumplirá 30 años y dejó a su familia porque las condiciones económicas en su patria son difíciles, asegura.
En todo hay riesgo, pero es que si no te arriesgas no vas a lograr cruzar. Todo lo dejas, nada más por aventurarte e irte, lo dejas. Hay que sufrirle igual, hay que batallarle para poder llegar”.
ZONA VIGILADA
Irolo se encuentra a 10 minutos al sur de Ciudad Sahagún, en los límites con el Estado de México. El panorama es colmado por vías ferroviarias, cultivos, caminos de terracería, la exhacienda y la zona industrial, con empresas de papel, mascarillas o del giro automotriz.
Manuel dice que es posible descender del vagón antes o después de pasar la estación porque si se bajan en esta, son aprehendidos por los elementos de seguridad federal. El inmueble está bardeado y vigilado por torres. Abarca el perímetro de la escuadra que conforma la localidad.
Leer en LSR Hidalgo: En un año, narcomenudeo se extendió en 32 municipios de Hidalgo
Los habitantes locales mencionan también que la presencia de los inmigrantes disminuyó el último año, pues antes era más común verlos caminando por la carretera.
De enero a mayo de 2021, el Instituto Nacional de Migración (INM) aseguró a 541 personas que no acreditaron su estancia legal en Hidalgo, de las cuales 153 fueron ubicadas en Tula y 183 en Tepeapulco. Del total, 346 provenía de Honduras y 155 de Guatemala.
El pinche tren, cuando entra, entra duro. Todo el tren queda adentro del patio hasta allá, cuando trae un chingo de migrantes, pero ya Migración está en ambos lados”, menciona uno de los lugareños.
El 7 de febrero, la Guardia Nacional aseguró en un retén en Irolo a 19 indocumentados, de los cuales 16 eran hondureños, reportaron medios.
LOCALES TAMBIÉN PIDEN DINERO
Locatarios señalan que, además del tianguis, los migrantes acudían a solicitar apoyo por las tardes en los comercios establecidos de Ciudad Sahagún, pero en los últimos meses ha bajado el número.
Esto, dicen, también se debe a que muchas personas provenientes de Apan o Tulancingo comenzaron a pedir dinero el día de plaza o en las calles, por lo que algunos ciudadanos optan por dejar de otorgar la prebenda.
También son alejados por la presencia de elementos policiacos municipales en los sitios comerciales informales, que si detectan su presencia, los retiran, señalaron.
A MERCED DE POLICÍAS Y DELINCUENTES
El estudio Migración como derecho, elaborado a partir de encuestas en tres municipios de Hidalgo, incluido Tepeapulco, menciona que para los extranjeros sin estatus legal el primer obstáculo es no ser detenido (53%), que el dinero alcance (18%), no ser presa de la delincuencia (13%), además de que 10 por ciento puso énfasis en la relevancia de recibir el respaldo de la ciudadanía y de organizaciones civiles para cumplir el trayecto.
De países como El Salvador, Honduras y Guatemala parten tras haberse desempeñado como empleados, obreros, jornaleros, peones y trabajadores por cuenta propia. Sólo en pocos casos tenían un negocio propio.
El texto, elaborado por Noé Blancas, Jorge Echeverría y Pablo Vargas, con el apoyo de Sedesol –hoy Secretaría del Bienestar– menciona que más del 60 por ciento de los migrantes sondeados ignora que tienen derecho a recibir atención médica, que no cualquiera de los elementos de seguridad puede requerirle un documento de identidad y que incluso pueden registrar a un hijo nacido en territorio mexicano.
Debido a que desconocen el territorio, menciona el libro, son susceptibles de fraudes por parte de coyotes y polleros, además de recibir “trato de criminales” si son detenidos por autoridades mexicanas.
Manuel desconoce cuánto tardará en llegar a la frontera, pero lleva prisa, termina rápidamente el pedazo de pizza que un locatario le invitó y sale del tianguis para buscar el camino de regreso al tren.
mai