PACHUCA.- Los muertos ya se van y las florerías aún tienen ramos y costales de cempasúchil. Este año la venta fue por debajo de lo esperado, Aldo Jiménez es un vendedor, para obtener algo de la inversión bajó los precios y al cierre del festejo le quedó parte de su mercancía.
Los maceteros de 50 pesos, los dio a 35, los ramos de 30 a 25 y así modificó sus precios para vender, ya que las personas no compraban grandes cantidades.
Él se ha dedicado a la venta de flores desde hace ocho años, en entrevista indicó que este es un sector que resultó golpeado por la contingencia de covid-19, tanto que en lo que va del año no se ha podido recuperar.
El entrevistado esperaba las ventas de flores para febrero, el Día de la Madre, el del padre entre otros, pero con los panteones cerrados difícilmente salían los ramos que preparaba.
Para la celebración de muertos se preparó como cada año, pero la venta no fue lo que esperaba, aunque la apertura de los panteones le benefició, detalló que la población "compró poco".
A estas horas en los años pasados ya no teníamos nada, ahorita en todas partes todavía hay flor, porque la gente no compró igual. Sí se llevó un ramo o dos o unas macetas, pero no compró en grande, antes vendíamos para el arco, los pétalos, luego nos pedían hasta para cocinar y ahora pues bien poco".
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Tiene tres puestos de venta, dos en Pachuca, uno cerca del mercado de las Flores, otro en la avenida 6, de la colonia Plutarco Elías Calles, cerca del panteón y uno más en La Cima, en Actopan.
En los tres la venta fue baja, aunque argumenta que sí logró recuperar la inversión y generar ganancia, también declaró que esperaba algo mejor, ya que este año permitieron la apertura de los panteones.
Lo malo es que después de hoy, ya se vende poco, ya no es lo mismo, antes todas las escuelas, para altares, los panteones se llenaban de flores, ahora con dos macetas quedan bien".
Atribuyó la baja venta a la situación económica y a que las familias ponen altares cada vez más pequeños.
Otra problemática que señaló es que cada vez hay más intermediarios, y eso encarece las flores, por lo que el precio deja de ser justo y es muy desigual entre las florerías.
Es que sí, yo la compro a 10, la tengo que dar a 15, cuando menos. Pero hay quien la consigue a 5 y pues a mí me da en la torre, porque ya me dicen que entonces vendo caro, pero es que hay que pagar el puesto, la gasolina y todo".
Para el resto del año, los obstáculos que ha encontrado son que debido a la baja venta en general, algunas flores escasean o bajan su producción, por lo que surtirse o vender a precio justo se complica más.
Reconoció que el negocio no está bien y aún le falta para recuperarse, espera que la misma población lo considere y ayude a los floristas, que desde hace un año, viven entre el cierre de sus negocios y las pocas ventas.
Fotografías: Sonia Rueda
emh