Main logo

Con bordados y boteo, familia Ortiz recauda dinero para hemodiálisis de Pedro

La hemodiálisis que mantiene a Pedro con vida cuesta 2 mil 200 pesos semanales, la familia de escasos recursos hace de todo para pagar el tratamiento

Escrito en HIDALGO el

PACHUCA.– El 13 de julio, Pedro Ortiz Moreno, de 64 años, recibió su primera hemodiálisis, desde entonces necesita dos sesiones semanales que cuestan mil 100 pesos cada una, para recaudar los 2 mil 200, su esposa y dos hijos han recurrido a préstamos, venta de servilletas que bordan a mano y boteo en comunidades cercanas a San Salvador, su municipio de residencia.

Hace 25 años Pedro fue diagnosticado con diabetes e hipertensión arterial, pero en 2020 comenzó con complicaciones en los riñones que, a mediados del mes pasado, lo llevaron a sustituir su función renal con hemodiálisis, narró su esposa Catalina López Pacheco, de 57 años.

La enfermedad renal crónica afectó la ya deteriorada salud de Pedro y la economía familiar. Antes de las hemodiálisis el dinero que entraba a la casa de la familia Ortiz era suficiente para la manutención de los seis integrantes, Pedro, su esposa Catalina, su nuera, nieta, así como dos de sus hijos, quienes trabajan en el campo y un taller mecánico.

Pero ya no es posible, debido a que cada semana gastan mil 100 pesos en el tratamiento que mantiene vivo a Pedro.

LAS COMPLICACIONES

Desde el 9 de julio Pedro comenzó con dolor de cabeza, náuseas e hinchazón en el cuerpo, cuando el malestar se volvió insoportable acudió al Hospital General de Actopan.

Se hinchó primero, me decían que era de los riñones, pero desde antes, hace como dos años nos dijeron que ya andaba mal de los riñones y que en cualquier rato ya no iban a funcionar”, señaló Catalina.

Aunque sí recibió atención en el nosocomio de Actopan fue trasladado a Pachuca.

Ahí le dijeron que debía iniciar un tratamiento sustitutivo de la función renal con hemodiálisis, como lo muestran los dictámenes hospitalarios.

Lee también en LSR Hidalgo: Así es el lugar donde encontraron a Fernando Daniel antes de morir



En el resumen de egreso del nosocomio de Pachuca, también se asentó que la enfermedad renal crónica que le diagnosticaron es “terminal con mal pronóstico en caso de no cumplir con al menos dos sesiones de hemodiálisis a la semana”.

Por eso, para el 15 de julio, mediante boteo y préstamos, la familia pagó la primera hemodiálisis en el Centro Médico Divino Niño Jesús, colonia Venta Prieta, Pachuca, una más el día 23, otra el 26 y 30 de julio.

La última fue el 5 de agosto, por lo que, hasta esta fecha, van 5 mil 500 pesos por las cinco sesiones de hemodiálisis en menos de un mes.

Al costo de la hemodiálisis se suma el traslado de San Salvador a Pachuca. Un taxi cobra 550 pesos, Pedro no puede viajar en transporte público, que es más económico, porque usa silla de ruedas.

LOS INGRESOS

Julio Ortiz, el hijo de Pedro y Catalina, aporta la mayoría de ingresos de la familia trabajando en un taller mecánico; aunque el dinero es insuficiente para cubrir las hemodiálisis y los alimentos de la casa.

Hace más de 20 años, cuando a Pedro todavía no le diagnosticaban diabetes, él en compañía de su esposa trabajaban en el campo.

Pero la etapa de vejez y complicaciones de salud de Pedro los llevaron a dejar la limpia de terrenos, parcelas y bordos.

Así fue como consiguieron un nuevo empleo, la pareja viajaba todos los fines de semana a Pachuca con una persona que los contrató para atender un puesto de barbacoa, pero el 21 de julio de 2001, cuando se dirigían al trabajo, ocurrió un accidente automovilístico que, a su vez, le dejó quemaduras a Catalina en el brazo izquierdo, el estómago y parte del pecho.

A partir de ese incidente y luego de que a Pedro le diagnosticaron diabetes y amputaron dos dedos del pie, ambos dejaron de trabajar fuera de casa. Juntos comenzaron a bordar manteles y servilletas que después Catalina empezó a vender entre sus vecinos.

Este ingreso, se unió a la mayor parte de dinero que aporta su hijo Julio en su trabajo como mecánico.

A su vez, Julio es auxiliado por su hermano, quien labora en el campo, pero solo cuando sus patrones lo requieren, por lo que su trabajo es irregular y la paga no es continúa.

Fotografías de Lorena Rosas

Los hijos de Catalina y Pedro no tienen acceso a servicios de salud gratuitos, por lo que las hemodiálisis las deben pagar por su cuenta.

BORDADOS Y BOTEO

Debido a su estado de salud, Pedro señaló que no tiene ánimos de bordar, pero Catalina sí toma sus telas, hilos y aguja para coser e intentar juntar los mil 100 pesos que la familia necesita para costear una hemodiálisis.

Ahorita ya no, pero mi señor antes bordaba servilletas y las vendía. Yo con las servilletas y manteles, que ahorita tengo, paso a ranchear en las casas a ofrecerlas cada ocho días, los sábados y domingo, aunque a veces salgo en la mañana y en las tardes otro rato”.

Cada servilleta la ofrece de casa en casa en 60 o 70 pesos, la figura de la cabeza de una niña con cuerpo de alcatraz, es una de las más solicitadas.

Aunque también reconoce que debido a los viajes a Pachuca cada semana, el tiempo para bordar es poco y por cada servilleta se lleva de 20 días y hasta un mes para su elaboración, dependiendo el tamaño y dificultad.

A la par de que ofrece sus productos, Catalina visita las casas de su comunidad y de vez en cuando se traslada a otras zonas de San Salvador con un bote de plástico reciclado para pedir donaciones para las hemodiálisis de Pedro.

Mi hijo es el que trabaja y poco o mucho, nos ayudamos, salgo con los vecinos y me ayudan, me dan los 20, 50 pesitos y así voy juntando para ayudar, también con el botecito, me voy a recorrer a donde antes trabajábamos para pedir el favor a la gente que nos conoce”.


sjl