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Así es el lugar donde encontraron a Fernando Daniel antes de morir

Robos, peleas y poca seguridad son las características que tiene la casa de huéspedes donde la madre de Fernando Daniel lo encontró moribundo

Escrito en HIDALGO el

PACHUCA.– Hace seis meses que Fernando Daniel Solís fue hallado boca abajo, sangrando y golpeado en el cuarto que rentaba en la posada Don Panchito, en Real del Monte, donde exhuéspedes señalan que eran frecuentes los robos, peleas y poca seguridad.

La Villa de Don Panchito, también conocida entre los estudiantes como La Conejera, se ubica a 850 metros del Instituto de Artes, de la Universidad Autónoma de Hidalgo, donde Fernando Daniel estudiaba violín.

La posada de fachada verde y portón negro está localizada en el centro, a espaldas de la alcaldía de Mineral del Monte. En el exterior no hay anuncios o rótulos que indiquen que es una casa de huéspedes. Para llegar es necesario recorrer a pie la calle Leandro Valle, del barrio San Luis, que conduce a un callejón empedrado con escaleras.

Al final de la vía está la casa Don Panchito, en el número 62. El sitio es famoso entre los universitarios porque renta habitaciones baratas, de 450 o 500 pesos. En otros lugares el alquiler va desde 800 hasta 2 mil pesos.

El lugar tiene capacidad para 80 personas, carece de cámaras de vigilancia, las puertas de los cuartos no tienen seguro, las paredes que dividen las habitaciones están hechas de un material similar al triplay, según los testimonios de tres exhuéspedes que habitaron la posada.

De este lugar nos enteramos mediante la palabra de otros, un gran número de estudiantes vive o vivió ahí. Cuando uno llega al pueblo por primera vez y pregunta: ¿sabe de un lugar donde alquilen habitaciones?, mucha gente recomienda o manda ahí con Don Panchito, la razón es porque siempre hay disponibilidad, aunque sea un cuarto pequeño y debido a los costos accesibles, muchas personas vivimos algún momento ahí”, refirió un exhuésped.

En uno de estos cuartos, el 7 de febrero de 2021, Martha Solís Reyes encontró a su hijo Fernando Daniel golpeado, pero aun con signos vitales y aunque fue trasladado al centro de salud de la región, no sobrevivió.

Por ello, el pasado 30 de mayo, familiares, amigos y estudiantes del Instituto de Artes se manifestaron por las calles de Mineral del Monte para exigir justicia, mientras que en las avenidas del pueblo mágico continúan las fotografías con el rostro del joven de 20 años de edad que tocaba el violín y rentaba en dicha casa.

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“Si sabes qué me pasó, no dudes comunicarlo a mi familia, solo vine con el sueño de estudiar y superarme, jamás imaginé que esto me pasaría”, se lee en los volantes impresos en hojas tamaño carta. 

HACE CINCO AÑOS ROBARON EN LA POSADA 

Durante 10 años, Roberto –nombre que fue modificado a petición del entrevistado- vivió en la posada Don Panchito, el primer lugar que encontró para rentar cuando llegó de Matamoros, Tamaulipas, a estudiar a Mineral del Monte, Hidalgo. 

Sin embargo, recordó que hace cinco años en un fin de semana, ingresaron a robar ropa y zapatos de algunos arrendatarios que eran estudiantes foráneos y que aprovechaban sábado y domingo para trasladarse a sus lugares de origen, aunado a que las puertas de las habitaciones tenían chapas, pero con seguros no funcionales.

Prácticamente nos cuidábamos entre nosotros los estudiantes, nos conocíamos, cuando la casa estaba llena nos cuidábamos, pero no había nada seguridad en los cuartos, solo la pura chapa”.

Roberto también recordó que, en una ocasión, un hombre llegó a vivir a la casa, pero con posterioridad comenzó a asaltar y amedrentar con un machete a los habitantes de Mineral del Monte, situación que provocó disgusto entre la población hacia los inquilinos de la posada. 

Había gente muy resentida con los estudiantes y hasta llegaban a amenazarlos con golpearlos, pero era gente de los alrededores, gente de otras partes del pueblo que están más hacia la periferia no al centro”.

Fue en 2010 cuando Roberto arrendó su cuarto, pero no firmó ningún contrato, pues señaló que los acuerdos son únicamente verbales con el arrendador, cuyo nombre es el mismo que lleva la casa; durante el tiempo de su estancia, tampoco obtuvo recibos de pago por el servicio que mensualmente adquiría. 

UNA CASONA GRANDE Y VIEJA

Hace cuatro años Armando habitó en la posada, pero solo durante dos meses. Pues, aunque le cobraron 500 pesos al mes y no le pidieron depósito, consideró que las condiciones de la vivienda son “malas”.  

En ese momento no tenía mucha solvencia económica para pagar una habitación mejor y era el único lugar accesible”.

Sin embargo, explicó que el bajo precio implica compartir el sanitario y no tener privacidad porque los cuartos no están divididos por muros de concreto. 

Es una especie de casona muy grande y vieja, está dividida por varias casas o departamentos y dentro se vuelven a subdividir en cuartos más chicos, por ejemplo, de una habitación grande se pueden hacer tres o cuatro pequeñas separadas por un material que es como cartón duro, estilo papel cascaron (…) se pueden robas tus cosas porque las puertas casi están de adorno”.

Aunque no hay cámaras, señaló que para ingresar se requiere la llave del portón principal que en ocasiones permanece abierto porque los dueños del lugar mueven sus vehículos y así lo dejan. 

Armando buscó un lugar fuera de la posada Don Pachito con mayor privacidad y para evitar conflictos, pues dijo que “es típico que haya peleas entre los huéspedes, que se agarren a golpes, que no se entiendan, que haya muchas fiestas, mucho ruido”.

También agregó que en el bimestre que habitó no solo había estudiantes, también trabajadores foráneos que laboraban en el Real del Monte. 

LA POSADA MÁS ECONÓMICA 

Fotografías de Lorena Rosas

De septiembre de 2016 a enero de 2018, Gustavo alquiló un cuarto en la posada porque era barata. Al pagar la primera mensualidad le advirtieron que el zaguán debía permanecer cerrado porque habían hurtado al interior de la casona. 

Cuando yo llegué, los otros estudiantes me dijeron que tenía que dejar la puerta cerrada siempre porque ya se habían metido a robar, que personas externas habían entrado a llevarse cosas de los cuartos que están en la entrada”.

Gustavo narró que la posada de Don Panchito es el lugar más barato en Real del Monte porque las rentas son de 450 a 500 pesos, a diferencia de otros lugares que ofrecen alquiler en 800, mil 200 e incluso, dos mil pesos.

De igual manera, coincidió que durante su estancia se suscitaron peleas al interior de la casa a raíz de fiestas que hacían al interior de la casa.


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