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Brenda gritó con fuerza el nombre de Daniela, su hermana desaparecida

La familia sufrió hostigamiento al señalar al presunto feminicida de Daniela y tuvo que exiliar a otros estado del país

Escrito en HIDALGO el

PACHUCA.- Brenda no pierde la esperanza de encontrar a su hermana Daniela Mabel Sánchez Curiel, quien desapareció el 11 de marzo de 2015 a los 21 años de edad en Tlalnepantla, Estado de México, quien sospecha fue asesinada por suexpareja.

La frase “te buscamos Daniela” escrita en letras blancas sobre una fotografía sobresalió entre las banderas moradas y verdes que llevaban el resto de las mujeres que nutrieron la marcha del 8 de marzo en Pachuca.

Hace seis años que Brenda vio por última vez a su hermana por eso grita con fuerza su nombre, para que las autoridades no se olviden de buscarla.

Las leyes y los derechos son palabras bonitas plasmadas en un papel, pero hasta ahí, esa no es la realidad. Es difícil para nosotros y cada que podemos manifestarnos lo hacemos, porque no queremos que el nombre de mi hermana o su imagen se quede archivada en una carpeta”.

Brenda se unió a la marcha en Pachuca y no en Tlalnepantla, donde se le vio por última vez, debido a que se exilió de aquel municipio del Estado de México cuando la expareja de Daniela la amenazó.

A SEIS AÑOS, CONTINÚA LA BÚSQUEDA

El próximo jueves se cumplen seis años de la desaparición de Daniela, quien aspiraba a ser gerente de una tienda de conveniencia en Tlalnepantla, para liberarse de la violencia y celos a los que la sometía su pareja.

Al momento de la desaparición ella tenía 21 años y un hijo de tres, que actualmente está en resguardo de su abuela materna.

Cuando ella desaparece ya se estaba promoviendo para subir a supervisora, pero ya no pudo hacerlo, ella lo que quería era desprenderse de esa violencia que vivía con él. Quería vivir sola con su hijo, con un mejor puesto de trabajo para poder garantizarle cosas a mi sobrino”.

Brenda y su mamá buscaron solas a Daniela porque en la Fiscalía General de Justicia del Estado de México les levantaron la denuncia hasta 18 horas después.

Empezamos a salir a unirnos a colectivos y solamente así tuvimos atención por parte de las instituciones”.

Aunque la averiguación previa se integró por desaparición, las mujeres buscaron a la expareja, quien se deslindó y no quiso colaborar con la búsqueda.

También se entrevistaron con el gerente de la tienda donde trabajaba para obtener información sobre la última vez que acudió a laborar y ahí se enteraron que en ocasiones no asistía porque su pareja la encerraba, no al dejaba ir a trabajar o comunicarse. 

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Debido a los indicios de violencia y el desinterés de su entonces pareja para intentar localizarla, Brenda y su madre asumen que Daniela fue víctima de feminicidio; sin embargo, no hay ninguna indagatoria o línea de investigación al respecto.

Creemos que fue víctima de un feminicidio, pero realmente no tenemos pruebas porque las autoridades no nos han ayudado. Todos los indicios que tenemos es porque mi mamá y yo la hemos buscado, pero hasta el momento no tenemos una solución, ni memoria, ni justicia para nuestra hermana, seguimos aquí en la lucha y la nombramos este día”.

IRREGULARIDADES EN EL CASO

La integración de la denuncia sobre caso no fue lo único que demoró, pues lo mismo ocurrió con el cateo que las autoridades del Estado de México realizaron un semestre después de la no localización de Daniela.

La primera diligencia que debía hacer el sistema de justicia era un cateo en donde habitaba, pero lo hicieron seis meses después de que ella desaparece, lógicamente sin respuesta”.

Brenda explicó que la revisión del inmueble que habitaba su hermana fue peticionado debido a irregularidades que ella y su madre hallaron en la casa durante marzo de 2015.

Cuando fuimos la primera vez en donde vivían notamos que la cama donde ellos dormían no está. Mi hermana había comprado una cama matrimonial, como cuatro meses antes y ya no estaba. Él dijo que se rompió y la tiró. La ropa de la hermana estaba en bolsas como de basura”.

Un año y medio después de la desaparición, Brenda narró que se realizó una búsqueda en el cerro cola de caballo, aunque tampoco encontraron rastro de su hermana.

El cerro estaba cerca del domicilio de Daniela, a unos 15 minutos, se dice que ahí luego pueden arrojar cuerpos por la condición que tienen ese lugar”.

Brenda indicó que no hay acusación o líneas de investigación por feminicidio en el caso de su hermana, tampoco en contra de su pareja. 

Aunque él haya dado declaraciones violentas de que si se había ido era por puta o cosas así, las autoridades no lo señalan, además hubo muchas omisiones y no se hicieron muchas cosas a tiempo. Además, mi hermana previamente no puso ninguna denuncia de violencia, porque no le pareció que fuera a terminar como terminó, que no se sabe de ella”.

TRAS HOSTIGAMIENTO, LLEGÓ A HIDALGO

Aunque la carpeta de investigación actualmente está radicada en otra entidad, Brenda alza la voz y busca a su hermana desde Hidalgo, a donde llegó a refugiarse del hostigamiento del que era víctima por parte de la expareja de su familiar.

Su madre hizo lo propio y se trasladó junto con su nieto a Durango, posteriormente eligió otra entidad de la cual omitió la ubicación por seguridad. 

Tuvimos que irnos a otros estados, por nuestra seguridad, porque mandaba a personas al trabajo de mi mamá a amenazarla, iban a buscarla con armas y vehículos, nos tuvimos que ir”.

Brenda también narró que, aunque el hijo de su hermana está al cuidado de la abuela materna, la expareja lanzó una ficha de búsqueda para señalar un presunto secuestro del niño, aunque dicha alerta ya no está vigente debido a que las declaraciones eran falsas. 

Se bajó la denuncia porque él estaba haciendo declaraciones falsas, pero no se ha acercado a su hijo, solo a violentar (…) Por eso yo me estoy manifestando aquí en Hidalgo, mi mamá se encuentra en otro estado por su seguridad y seguridad el niño”.

LA AUSENCIA DE DANIELA 

Daniela no solo era hija o hermana, también era madre de un niño que actualmente tiene ocho años pero que al momento de su desaparición tenía 3 años de edad.

Tras la ausencia de su madre el menor se tornó violento, irritante, preguntaba por su mamá e incluso, señalaba que algo le habían hecho, según lo que contó Brenda.

Él reaccionó muy violento y se nos hace muy extraño porque él no era así, se enojaba hasta porque le dijéramos que no se subiera a algún lugar, explotaba, nos decía: le voy a decir a mi papá que te mate con la pistola de mi tío Juan”.

En los primeros meses de la desaparición, el hijo de Daniela cuestionaba la ausencia de su madre; actualmente, si ve una imagen recuerda a su mamá y pide su bienestar.

Al principio ninguna tenía respuesta para contestar, solamente decíamos: va a volver. Después de que pasaron unos meses asumimos que no era fácil que regresara (…)  Hay veces en que si le da tristeza, que se pone a llorar, se acuerda o ve alguna imagen y dice: ay mi mamá, ojalá esté bien”. 

Brenda considera que no solo es complicado vivir con la ausencia de su hermana, sino también con la crianza de un menor que requiere de su madre. 

Es muy difícil hacer que un niño crezca en esa condición, que sepa que no puede tener a su mamá en las actividades día a día, que no pueda porque su mamá está desaparecida, es muy difícil lidiar con la ausencia”.


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