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Por la dignidad, ¡qué viva el orgullo loco!

Personas lesbianas, gays o trans fueron catalogadas como enfermas; lo mismo sucede con las que enfrentan alguna discapacidad, como la psicosocial

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Escrito en HIDALGO el

Hasta hace unos años estas palabras no tendrían mayor sentido para mí, pero tuve la fortuna de conocer a integrantes del Colectivo Chucan y Sin Colectivo, dos organizaciones que desde hace unos años han luchado por el respeto a los derechos humanos de las personas que enfrentan la discapacidad mental o psicosocial en México, a través del  movimiento  del “orgullo loco o mad pride”.

Este movimiento tuvo sus orígenes en Canadá, pero su fundación oficial se remonta al Reino Unido en 1996, cuándo se organizó una manifestación, tomando el nombre de la marcha del “Orgullo Gay”, pero atribuido a las personas que enfrentan, lo que ellas llaman, la locura.

En México, desde 2015 hubo algunas expresiones en Querétaro y Morelia. Para 2019, por primera vez en la Ciudad de México se realizó la Marcha del Orgullo Loco, en el marco del 51 aniversario de la demolición del Hospital Psiquiátrico “La Castañeda”, a tres años este movimiento ha crecido en nuestro país y espero lo siga haciendo.

El movimiento del orgullo loco necesita ser reconocido y reivindicado por toda la población, independientemente de la condición en que se encuentre; y es que, desde hace cientos de años, si no es que miles, la sociedad ha ido construyendo sentidos de normalidad, es decir, lo que es más parecido a la mayoría es la única verdad. lo que no se parece a ésta es considerado anormal, enfermo, delincuente o escoria y hay que curarlo, encerrarlo, castigarlo para que se parezca a los que son “normales”.

Las personas lesbianas, gays o trans en su momento, fueron catalogadas como enfermas; lo mismo sucede con las personas que enfrentan alguna discapacidad, como la psicosocial, en la cual su mente y organismo funcionan de manera diferente a la mayoría y entonces tienen que ir a los hospitales, ser encerradas allí, son medicadas, sujetadas a operaciones, electroshoks, porque en esta sociedad su existencia “está mal” es “anormal” según los conocimientos cotidianos.

Desde un enfoque de derechos humanos, tener una condición física, de género, orientación sexual, discapacidad o cualquier otra diferente a la gran mayoría, no tiene que ser sinónimo de estar enfermos o ser discriminados. Pensar que alguna condición como las mencionadas es una enfermedad, es suponer que puede haber una cura, y curarles implica forzar los cuerpos a la “normalidad impuesta” en ese momento histórico, a las reglas socialmente aceptadas, negando la posibilidad de libertad, de ser de cada una de las personas y por lo tanto violatoria de esos derechos.

Desde el año 2019 el movimiento del orgullo loco ha ido creciendo en México y conmemoran con una marcha en distintas fechas; para este 2021, la marcha se realizó con distintas actividades y concluyó el pasado 7 de agosto; en varias ciudades del país hubo diálogos, espacios de análisis, lectura de poesías, presentación de libros entre otras acciones.

Pachuca nuestra Bella Airosa mostró una posibilidad de romper con ese conservadurismo, se sumó a esta marcha a través de una exposición de pinturas de un grupo de jóvenes artistas locales. En Plaza Juárez informaron sobre la historia, acciones y principios de este movimiento que reivindica la identidad y los derechos de las personas con diagnóstico psiquiátrico, locas, con discapacidad psicosocial y/o neurodivergentes.

Este movimiento tiene que seguir creciendo, en primera porque en México más del 30 por ciento de la población enfrenta algún trastorno de este tipo; segundo porque las visiones de discriminación siguen vigentes y en la mayoría de los casos son violatorias de derechos humanos. Por ejemplo, los espacios de internamiento, por no decir de reclusión, según datos de algunas organizaciones como Documenta A.C., reportan que por cada 10 personas que están internas, siete fueron obligadas a hacerlo contra su voluntad, atentando contra sus libertades. Otro dato que evidencia estas violaciones de derechos es que cuatro de cada 10 mujeres que pasaron por instituciones de salud mental en México fueron esterilizadas de manera forzada o bajo coacción. Por eso este movimiento es una legitima reivindicación.

“… Yo no escogí mi discapacidad, pero sí elegí vivir con ella en lo mejor que pueda… la libertad de expresión y la desinstitucionalización son el mejor regalo para las personas con discapacidad psicosical. Antes de ser psiquiatrizado fui castigado, sancionado, exorcizado, limpiado, hasta ser expulsado y fue en mi destierro donde, libre de bullicio tuve la paz de conversar conmigo…La locura es la libertad de ser tú y desafiar al sistema y a la sociedad por intentar meterte en un molde de lo que debe ser normal o adecuado...Locas y locos a las plazas.” (Manifiesto del Orgullo Loco, 2021)

Dejo en este espacio un fragmento del manifiesto de la Marcha del Orgullo Loco, dónde las y los integrantes del movimiento Sin Colectivo dan cuenta de manera poética su propia visión del mundo y una nueva forma de habitarlo, una que todas y todos tendríamos que vivenciar porque nos abre caminos de dignidad y justicia.