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Como olas del mar

Reconocer los problemas y necesidades de una calle con proyectos culturales son necesarias y urgentes | Anahí Alejandra Landa

Por
Escrito en HIDALGO el

La sociedad es tan inmensa como el mar, cada uno de los que habitamos el planeta somos una gotita del mar con alguna particularidad especifica o forma de pensar y es fascinante cuando te acercas al otro y empiezas a descubrir esas opiniones o historias de vida.

Les contaré que ando haciendo una investigación social por un proyecto cultural que fue ganador de una convocatoria del Instituto de Cultura de Pachuca y ha resultado fascinante escuchar de viva voz de aquellas personas que habitan desde su nacimiento en el barrio de El Arbolito.

Hasta el momento hemos realizado entrevistas y encuestas, así como trayectos en las calles. Durante éstos encuentros se han derribado varias creencias que como las gotas de agua nos dejamos llevar por las olas. He descubierto varias anécdotas del estilo de vida de los años 50s-60s, miro esos rostros, conozco sus contextos y son personajes singulares que se han construido y son evidencia latente de las raíces de la cultura de Pachuca.

Recuerdo a mi abuelita que cuando vivía y tenía la oportunidad, también me contaba lo que hacía de niña y que como adolescente no le di la importancia suficiente y esas es una de las problemáticas que se presenta en los jóvenes, que no hay un interés sobre el pasado, lo que contribuye a una falta de identidad y de reconocimiento de sus raíces; hay una indiferencia en los jóvenes que se requiere atender.

Ese fue nuestra problemática al abordar en “Galería del Barrio”, y es que sin memoria no hay raíces, que como árboles te hacen crecer y si no hay una identidad que te arraiga, no hay una base que te sostenga, un sentido de importancia que le dé a nuestro andar como pasos que continúan el camino de quien estuvo, que te nutra ni te sostenga. Y el problema es que, sin una identidad, un reconocimiento o una historia que respalde tu camino, los jóvenes están más expuestos para caer en vicios o dejarse llevar por la marea del mar.

Todos opinan según cómo les va en la feria, pero no hay nada como acercarte a observar e identificar qué es lo que realmente pasa en un espacio, reconocerlo y difundirlo; ya que, si queremos que haya una transformación social y crear nuevas corrientes, se requiere evidenciar lo que no se quiere ver y aceptar las transformaciones que existen en el presente tanto en los individuos como en las sociedades que habitan un espacio; reconocer que la historia continua.

Éstas palabras aplican a nivel individual como social, tanto local como mundial. Los seres humanos estamos en constante movimiento, la corriente de filosofía existencial plantea que no somos fotos, sino que somos películas, seres que cambian segundo a segundo y que pueden tener tantas formas de ser como hayamos descubierto en nosotros mismos.

Reconocer los problemas y necesidades de una calle con proyectos culturales, como opiniones a nivel nacional como la encuesta que se hará el 1 de agosto, son necesarias y urgentes. Conocer éstas opiniones de los que habitan ahí, que por ser gotas de mar quedan en los susurros de las burbujas del mar que explotan en el movimiento del vaivén del mar, es elemental.

Todos tenemos algo que decir y todos tenemos derecho a opinar, a no quedarse callados y que tal vez pienses que por ser una historia de cómo acarreabas agua e ibas a moler maíz para hacer tortillas en anafres con petróleo a las 5 AM, porque tu esposo minero entraba a trabajar a las 6 AM a la mina, son el día de hoy, historias que valen oro porque tristemente la mayoría de las personas actualmente no les da la importancia suficiente y nos hemos convertido en una sociedad del olvido, que vive el día a día, sin reflexionar lo que nuestros antepasados vivieron para que el día de hoy nosotrxs nos movamos en marea como hoy en día lo hacemos.

Por lo que veo importante, no dejarse llevar por lo que digan los demás, si es posible acercarse a observar y reconocer lo que socialmente o particularmente habita en el presente y a partir de ahí preguntarnos: ¿Hacia dónde nos lleva el oleaje social? ¿A esas costas queremos llegar? ¿Qué movimiento podrá crear una nueva corriente?