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¿Y la ciencia y la tecnología?

Aberrante, pues, dejar de estimular la investigación científica, tecnológica y en ciencias humanas. | Joel Hernández Santiago

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Escrito en OPINIÓN el

Es verdad que en México hay gente de gran talento en docencia, investigación, innovación y divulgación de la ciencia y la tecnología. El trabajo de miles de investigadores hace grandísimas aportaciones en beneficio de todos y propician, además, una enorme independencia del extranjero.

Pero de un tiempo a esta parte parece que estos apartados del conocimiento exacto están fuera de foco del gobierno federal y, por lo mismo, se acentúa cada vez más el mal estado que guarda el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt)...

Este es un organismo creado el 29 de diciembre de 1970 con carácter público descentralizado del gobierno federal mexicano; es la institución dedicada a promover el avance de la investigación científica, así como la innovación, el desarrollo y la modernización tecnológica del país. Y opera con recursos públicos, por lo que deberá propiciar resultados en beneficio de toda la población nacional.

Sin embargo, en meses recientes, el Conacyt ha estado en el ojo del huracán a la vista de la opinión pública y muy en particular entre la comunidad científica y tecnológica del país, la cual es su eje central y de donde surge la importancia de esta organización pública... No privada.

De un año a la fecha, se anuncia que Conacyt ha desvinculado a raudales a investigadores científicos, que es decir, ha dejado de apoyar sus proyectos de investigación. Todavía en diciembre del año pasado científicos mexicanos denunciaron que no cuentan con fondos suficientes para el desarrollo de programas de ciencia y tecnología:

“Somos 50 mil investigadores en México; 27 mil en el Sistema Nacional de investigadores y sólo alrededor de 15 proyectos. De ese tamaño es la descomposición que estamos teniendo”, dijo hace poco la presidenta de la Academia de Ciencias de Morelos, Brenda Valderrama.

Un ejemplo de ello es lo que apenas se dio a conocer: ‘Yadira Bastián Hernández ha trabajado en biomarcadores para el diagnóstico temprano de enfermedades crónicas como la artritis reumatoide o diabetes; Heréndira Telléz Nieto dedicada al rescate de lenguas indígenas en el noroeste del país. Pero por causas de una falla técnica en la plataforma digital de Conacyt fueron despedidas y sus proyectos dejados fuera...’ (¿De veras una falla?).

Pero así como este caso, se suman muchos más tanto de científicos que han dejado de recibir apoyos bajo criterios diversos, muchos de ellos sin justificación seria, y estudiantes que estaban becados para hacer estudios de posgrado en las áreas tecnológicas y científicas que quedan a la deriva porque dejan de recibir los recursos económicos necesarios...

Lo mismo pasó antes. Hasta octubre pasado el Conacyt suspendió el pago a investigadores del programa Cátedras Conacyt. Esto, igual, debido a problemas con la plataforma digital de este organismo, según acusaron y, por lo mismo no se tomaron en consideración las evaluaciones de septiembre de 2019. (¿De veras una falla?)

Así que un Consejo de la ciencia y la tecnología tiene problemas con su plataforma digital: parece mentira.

El problema es más político que científico y tecnológico: es el de ‘austeridad’ a la que, aun sin pedírsela, hoy algunos funcionarios públicos se sienten obligados a hacer sus aportaciones para quedar bien con la autoridad suprema. Es un poco obedecer y callar, aunque no se los pidan.

En este caso es una austeridad mal entendida porque antes de tomar una decisión arbitraria en torno al desempeño y utilidad de investigadores y proyectos, debiera considerarse que los resultados que, si bien son a largo plazo, siempre son benéficos para todos, sobre todo por el grado de aportación e innovación. Pero según los burócratas de Conacyt nada es más importante que quedar bien con la autoridad que exige ‘austeridad’...

Sí, se imponen evaluaciones serias, objetivas, científicamente comprobadas, de las capacidades, importancia, tiempo y resultados de los trabajos de investigación que habrán de apoyarse.

... Pero no puede hacerse de forma arbitraria y sólo por rebajar presupuesto, sobre todo si con esto se daña el trabajo de muchos dedicados a dar luces sobre asuntos que importan a la humanidad, y sobre todo a los mexicanos. Hacerlo al garete es una forma de traición al país.

Hacer tabla rasa de los despidos y cierre de recursos –y que está muy de moda en el actual sexenio—no lleva a más que al mal uso de nuestra hacienda y falta de apoyo para estudiosos que han dedicado su vida y su tiempo para investigar, innovar, aportar. Y los muchachos que quieren transformarse y transformar al país y que están en vilo, por las becas ‘austerizadas’.

Los países independientes y dominantes cuentan con sus propios recursos científicos y tecnológicos, e invierten mucho en ellos... luego los utilizan y recuperan el recurso invertido... Es así... En México lo primitivo hace que no se vea de esta manera, ni siquiera por sentido de subsistencia.

Aberrante, pues, dejar de estimular la investigación científica, tecnológica y en ciencias humanas. Los resultados irán a la cuenta histórica de los directivos que toman estas decisiones dañinas y envenenadas.  

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