Main logo

Un escenario complejo

No sería extraño que el saldo sea un reparto de las gubernaturas entre los dos polos de la contienda. | Ricardo de la Peña

Por
Escrito en OPINIÓN el

Sobre las elecciones en puerta nos estamos acostumbrando a leer textos donde el autor expone lo que desea que suceda o lo que considera que debiera ocurrir, más que análisis sobre lo que realmente puede pasar en las urnas. Dicho de otro modo: estamos sumergidos en un discurso claramente ideologizado que elude considerar las posibilidades reales de los escenarios que se sugieren.

Las elecciones locales

A lo largo de las semanas que han transcurrido en este año se ha podido detectar una importante modificación de las preferencias electorales de la ciudadanía para las contiendas en pos de las quince gubernaturas que estarán en disputa el próximo seis de junio. De un escenario francamente favorable al partido hoy mayoritario, que auguraba una alternancia en muchas entidades actualmente bajo control de opciones opositoras, se ha pasado a una expectativa de reparto donde si bien morena lograría victorias en entidades donde hoy no gobierna, los partidos que detentan actualmente los ejecutivos locales estarían logrando en muchos casos mantenerse en el puesto, por lo que no sería extraño que el saldo de las próximas elecciones sea un reparto de las gubernaturas entre los dos polos de la contienda. Esta realidad, mostrada por múltiples mediciones por encuesta de muy distinta calidad, no permite anticipar con claridad cuál será el reparto de mayorías en los congresos locales, pero pudiera pensarse que las intenciones de voto que tienden a observase augurarían una disminución del número de congresos bajo el control del partido mayoritario y sus aliados, lo que tendrá sin duda un efecto en la capacidad de transitar el último tramo para la aprobación de potenciales reformas constitucionales que pudiera avalar el Congreso de la Unión.

Las elecciones federales

La disputa por la obtención de curules en la Cámara de Diputados federal se dará en nuevas condiciones para el reparto, dada la contención a las posibilidades de sobrerrepresentación de los partidos auspiciada por el Instituto Nacional Electoral y ratificada en definitiva por el Tribunal Electoral. Esto hace más difícil que morena alcance por sí solo la mayoría absoluta de asientos, aunque será sumamente factible que lo logre junto con sus aliados electorales y más si se toma en consideración a la totalidad de diputados que pudieran lograr los partidos que eventualmente respaldarían al mayor en el legislativo. Pero ese no es el único cambio que se advierte, pues a pesar de que las mediciones por encuesta no muestran variaciones relevantes en las intenciones de sufragio en la pista federal durante las últimas semanas, resulta incierto si ello realmente refleja las preferencias presentes en la ciudadanía, ante los fuertes virajes en las orientaciones del sufragio que se estaría dando en las competencias locales. Aun considerando la posibilidad de que exista un voto diferenciado, pareciera poco probable que los cambios en el sentido de las preferencias a nivel local no tengan repercusión alguna en el plano federal, lo que sugeriría la posibilidad de que el resultado final en la contienda legislativa a escala nacional sea más cerrado que lo que advierten actualmente las encuestas.

Suponiendo que lo anterior se concretara en las urnas, donde los electores serán quienes tengan la última palabra, se antoja muy complicado que pudieran darse condiciones para una reforma que suprimiera la autonomía de los órganos encargados de lo electoral a escala nacional. Y si ello se intenta pasar por la vía de leyes secundarias es muy factible que fuera finalmente bloqueado en el ámbito judicial. Esperemos.