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“¿Tú crees que hay periodismo profesional?”

El nivel de profesionalismo y libertad en el gremio periodístico es hoy uno de los más altos. | Roberto Rocl L.

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Escrito en OPINIÓN el

Con el propósito expreso de responder a esta pregunta, un grupo de periodistas fuimos invitados por Lázaro Ríos, ex director de “Reforma”, para grabar un breve mensaje que una vez editado, fue publicado en redes sociales la semana pasada.

El ejercicio, desde luego, fue motivado por los reiterados señalamientos del presidente López Obrador, que en fecha reciente señaló que en México no existe periodismo profesional ni independiente.

Creo que el Presidente está equivocado. Entiendo que su corte de discurso le dicta ofrecer a sus bases políticas una visión maniquea con “buenos-malos”, y que en esta categoría ha decidido colocar a los medios, a los periodistas y a otros muchos actores que no se suman acríticamente a su estilo personal de gobernar, o no caben en su modelo de país. Tengo para mí que esta línea de pronunciamientos, que agudiza la polarización social, le resulta cada vez más irrelevante a la sociedad, que espera soluciones a sus problemas, no proclamas, admoniciones o pleitos de barriada.

Durante mi labor como periodista he tomado nota de muchos ejemplos de periodismo libre y profesional en México. Existen múltiples medios de comunicación que se comprometen con su comunidad; que denuncian problemas que lastiman a la sociedad; que procuran balance y equidad en sus coberturas. Que todos los días demuestran que criticar es su aportación para que las cosas mejoren. Una prensa libre, plural e independiente es un componente esencial de toda sociedad democrática.

Desde luego, la calidad del periodismo mexicano no es homogénea. Incluso pueden distinguirse diferencias entre el ejercicio profesional en el norte y centro, con el sur y sureste de la República, como ocurre en otros campos. Ello, porque los índices de pobreza imponen rezagos importantes en el ejercicio del oficio, bajos sueldos, inseguridad y proliferación de caciques y criminales que tienen montado un modelo de acoso contra los informadores.

Como ocurre en todas las profesiones: los financieros, los jueces e incluso los curas (ni qué decir de los políticos), hay desde luego periodismo de baja calidad, falto de ética, incluso corrupto en México. Pero coincido con otros compañeros en que el nivel de profesionalismo y libertad en el gremio es hoy uno de los más altos que se haya conocido en nuestra historia moderna.

En este punto es pertinente hacer un reconocimiento a la tarea de medios y periodistas que apisonaron el camino para las actuales generaciones. Es el caso de “Proceso”, fundada en 1976 bajo la dirección de Julio Sherer García, sin duda el periodista más importante de la segunda mitad del siglo pasado. O “Zeta” de Tijuana, conducida por Jesús Blancornelas, cuyo equipo ha sufrido el asesinato de dos directivos, y un grave ataque del que sobrevivió el propio Blancornelas. En cuanto a la apertura de los medios, debe destacarse el caso de “El Universal”, de Juan Francisco Ealy Ortiz, el primero en abrir sus páginas a la pluralidad. Por décadas “Reforma”, de Alejandro Junco, y su matriz “El Norte”, en Monterrey, han hecho también aportaciones a la modernizaciónd de la industria.

En años recientes las nuevas tecnologías disminuyeron las barreras para que muchos periodistas emprendieran portales de noticias, blogs, espacios en YouTube y en otras redes sociales, abriendo nuevos caminos para el periodismo de calidad, condición indispensable si se desea alcanzar relevancia social. Ese es el camino en el que estamos empeñados en el “Grupo La Silla Rota”.

Gracias a mi actividad periodística, he tratado a los seis más recientes presidentes de la República, desde Carlos Salinas de Gortari hasta Andrés Manuel López Obrador. En todos ellos he podido distinguir tres características centrales: todos deseaban un país mejor; es decir, amaban a México; todos aspiraban a dejar un legado histórico… y todos tuvieron una relación compleja con el periodismo profesional e independiente.

Desde hace años el desencanto ciudadano ante gobiernos que no logran resolver problemas centrales abrió la puerta a los mandatarios “antisistema”, sea de franca derecha, como el norteamericano Trump y el brasileño Bolsonaro, o de izquierda, como López Obrador; Bukele, de El Salvador, y varios de los dirigentes que hoy dominan la escena en España.

En mi opinión, ello presenta a los medios de comunicación el reto de seguir desarrollando un periodismo de calidad, estrechando su alianza con todos los sectores de la sociedad. También, estimulando el debate público sobre el daño que nos genera a todos polarizar al país, especialmente si ello se provoca desde la cúspide del poder político. Y procurando una reflexión pública en favor de las condiciones que, como la tolerancia y la contención, mejoran la vida en colectividad y la calidad de nuestra democracia.