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Trabajo del hogar: ¡por fin seguro social!

El programa piloto tendrá que lograr que el otorgamiento de la seguridad social sea viable. | Manuel Fuentes

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Escrito en OPINIÓN el

El domingo 31 de marzo fue un día de fiesta para las trabajadoras del hogar; empezaron a llegar desde muy temprano para el anuncio del programa piloto para incorporar a las trabajadoras del hogar al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS); vestían con sus mejores prendas, se les veía emocionadas, se abrazaban unas a otras, no cabían de alegría.

Ellas comentaban: -¡por fin vamos a tener seguro social!

Entre las asistentes al evento organizado por el IMSS había trabajadoras del hogar con más de 30 años de servir a varios patrones, pero sin prestaciones laborales, estabilidad en el empleo, reconocimiento de antigüedad, pensión, aguinaldo, pago de vacaciones, con jornadas excesivas de trabajo, sin poder salir de la casa de los patrones, dejando a su familia e hijos, sin poder tomar siquiera un descanso para tomar sus alimentos, sin un contrato de trabajo y sin seguridad social, en pocas palabras: esclavas de todos los tiempos.

Trabajadoras del hogar


Mujeres que en su rostro se les veía orgullosas por un logro más, se les dibujaba una sonrisa a esas luchadoras que a lo largo del tiempo han sido objeto de discriminación no sólo laboral sino también hacia su persona, con patrones que las han llamado “chachas”, “gatas”, “criadas”, “sirvientas”, “indias” y de los que nunca, ni por equivocación recibieron seguro social.

Decían: -ahora sí, ahora sí, que buen día para nosotras.

El Director del IMSS, Germán Martínez Cázares, en el discurso que dio ante la presencia de cientos de trabajadoras del hogar e integrantes del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social (por cierto molestos por la creación de un membrete sindical otorgado con el aval de los tendederos del poder para alentar la división interna), mencionó que el programa piloto, era sólo el principio porque el camino es aún largo, pero necesario para acabar con los interminables años de discriminación y marginación, principalmente en contra de las mujeres, más de dos millones dedicadas a esta actividad. Reconoció que éste es apenas un puerto de salida, que aún no es tiempo de campanas al vuelo ni de festejos anticipados, porque apenas se empieza a pagar la gigantesca deuda que se tiene con las personas trabajadoras del hogar.

El mismo programa, dijo, está abierto al examen de todos los grupos que han luchado para lograr este paso y que puede perfeccionarse para llevar al Congreso una iniciativa de ley que haga realidad jurídica plena del régimen obligatorio de incorporación al IMSS de las personas trabajadoras del hogar.

Marcelina Bautista, presidenta del Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar (CACEH) decía que lograr por fin un programa piloto por medio de una sentencia emitida por la Suprema Corte de Justicia era un logro muy importante, un triunfo de todas las mujeres que nunca habían encontrado un lugar para sus hijos en las guarderías y que no tenían servicio de maternidad, así como aquellas que se retiraron del servicio sin ningún beneficio de pensión.

El “programa piloto”

Hay muchas preguntas de este proyecto gubernamental.

¿Qué pasará si en esos 18 meses el proyecto a los ojos del IMSS no es viable desde el punto de vista financiero?

¿Las trabajadoras del hogar quedarán nuevamente desprotegidas y aquellas que se encuentren quizá atravesando por una enfermedad, incapacidad, con un embarazo, que no cuenten con una persona que cuide de sus hijos?

¿Qué pasará si las patronas deciden no afiliar a su empleada?

El proyecto dice que es el patrón el sujeto obligado y que puede optar, por hacer la inscripción o no hacerla; legalmente, de acuerdo con este programa y a la ley del Seguro Social no estarán los empleadores obligados a otorgar seguridad social, porque seguirá siendo una “opción voluntaria”.

¿Pero qué no se permite participar en este proyecto piloto a quienes ya se encuentran incorporadas voluntariamente al régimen obligatorio?

¿Qué ocurriría si son pocas las trabajadoras que logran afiliarse? Esto, por supuesto no será por decisión de ellas, sino por la negativa, la resistencia de sus empleadoras a no reconocerlas como trabajadoras. Porque será mucha burocracia, mucho papeleo, muchos impuestos a pagar.

Seguro Social


Un 60% de patronas carecen de Seguro Social, ¿cómo será entonces que estarán obligadas a otorgar un beneficio del que ellas no reciben?

Sin duda el programa piloto tendrá que lograr que el otorgamiento de la seguridad social sea viable, y ello abra el camino para otros millones de personas que carecen de este servicio.

Sigue el camino para las trabajadoras del hogar, lograr en un año y medio (que dure el programa piloto) que sus empleadores las afilien y que el proyecto se considere viable. Que se concrete en el Congreso las reformas necesarias para quitar las piedras y los obstáculos, deseando que se llegue al final y se convierta en una realidad, en una deuda a pagar; y que esos deseos, esas promesas no se conviertan en letra muerta.

Reforma educativa con azúcar morena

@Manuel_FuentesM | @OpinionLSR | @lasillarota