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Salvando al Godín del semáforo verde

La ola de renuncias que viene post cobicho. | Aniela Cordero

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Escrito en OPINIÓN el

Como tal vez ya lo escucharon o vieron en las noticias, el lunes oficialmente regresaremos a semáforo verde, que seguramente nada tiene que ver con el Buen Fin. Pero con esa noticia, viene también lo que algunos de nosotros hemos tanto anhelado, como temido: el fin del Home Office y nuestro eminente regreso a oficinas de manera presencial.

Ante esto, y aunque usted no lo crea, se pronostica una gran ola de renuncias. Y podrán pensar, queridos lectores, que tal vez me volví loca, pero no. Con la presión por volver a una normalidad inexistente, cada día más Godínez se preguntan si realmente quieren volver a como la vida era antes y sobre el papel que la chamba juega en sus vidas, aparte de, ya saben, tener dinero para poder vivir. Pero muchos han pensado en otros trabajos, e incluso en volverse emprendedores con un negocito propio, no sólo para poder seguir teniendo con qué pagar las cuentas y comprar la comida de la bendición de cuatro patas, sino para poder mantener aspectos de su vida que se han vuelto importantes.

Y déjenme decirles que los entiendo, y creo que la gran mayoría podemos sentirnos identificados. ¿Quién quiere regresar a una vida laboral en donde sólo llegábamos a casa a dormir? ¿Quién quiere regresar a las horas de tráfico? ¿Quién quiere dejar esta nueva calidad de vida donde tenemos tiempo de hacer ejercicio, pintar, cocinar, pasar más tiempo con nuestros seres queridos?

Yo definitivamente, no quiero regresar de manera presencial. Sé, que si me lo piden, ahí estaré sentada en mi escritorio, porque amo mi trabajo, y estoy contenta con la compañía. Pero también sé, que si encuentro una oportunidad que me ofrezca quedarme en Home Office, la voy a tomar sin pensármelo dos veces. Y me acaba de pasar. Hace poco participé en un proceso laboral muy padre, la empresa era bastante interesante, y la oferta no era mala. Pero una de las cosas que me detuvo en seco, fue enterarme que tendría que empezar a trabajar presencial desde el día uno, con un esquema híbrido de 80% presencial, y 20% virtual.

Ahora, no importa si estamos en verde, si cada vez más empresas regresan físicamente a las oficinas, si ya todos estamos vacunados, si sale una nueva cepa. En términos laborales, las empresas no pueden hacerse de la vista gorda y actuar como si nada hubiera pasado en estos últimos dos años. Es hora de que las empresas demuestren su capacidad empática, de escuchar realmente lo que sus colaboradores les están pidiendo y necesitan, y sobre todo, de tomar acciones firmes que vean por la salud mental de todos los colaboradores.

Esto no sólo hará que el riesgo de las renuncias en masa disminuya, sino que aumentará el poder de la marca empleadora de la compañía, y resultará mucho más atractiva tanto a nuevas como viejas generaciones. Y también resultará en una nueva etapa para el mundo laboral.