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Romper para construir nuevas formas

Desde hace un par de años se han venido evidenciando las violencias tan naturalizadas que se dan en los diferentes ámbitos donde nos relacionamos | Diana Avilés

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Escrito en HIDALGO el

Tiene algunas semanas que no escribo, no tenía ánimos, sucesos a nivel nacional y local me han puesto a analizar mucho y estoy cuestionándome, cuestiono los espacios donde me desenvuelvo, cuestiono mis relaciones personales y también cuestiono mis acciones y pensares. Últimamente me siento muy cansada, de momentos siento que esta realidad me rebasa; sin embargo, me aferro a los feminismos y a las redes.

En primer lugar a los feminismos pues me han permitido conocer mujeres maravillosas, inteligentes, valientes y bien amorosas; así como entender que estamos en construcción todo el tiempo y que siempre es buen momento para empezar a cuestionarnos y accionar desde la reflexión. A las redes, a esas mis redes que me enseñan tanto, que me recuerdan en cada acción y momento que hay muchas personas maravillosas que están realizando acciones para cambiar este jodido mundo y que lo hacen desde la congruencia, la dignidad, la valentía, la libertad y el amor.

Lo anterior también me llevó a recordar que desde hace un par de años se han venido evidenciando las violencias tan naturalizadas que se dan en los diferentes ámbitos donde nos relacionamos, hablemos de la violencia de género, la violencia sexual y la laboral, entre otras. Todas ellas presentes en las universidades, los trabajos, las instituciones gubernamentales y también (muy a mi pesar) en las organizaciones sociales.

Ya en ese tiempo sabía que tarde o temprano se iban a evidenciar, no estaba segura de que estuviéramos preparadas para enfrentar los retos que ello implica, ahora sé que no lo estábamos, pero también, que muchas y muchos estamos buscando formas de enfrentarlos y salir fortalecidas, lamentablemente no es en todos los casos.

Dentro de los cuestionamientos apareció el siguiente: ¿cómo construir desde espacios libres de violencias? En definitiva, no tengo una respuesta terminada, lo que sé es que algo tiene que romperse (dentro y fuera de nosotras) para construir de nuevo, ahora lo creo, no podemos continuar con las mismas bases que limitan, señalan, fiscalizan y violentan.

Ya lo había dicho en otro momento, necesitamos espacios desde el cuidado, hace poco alguien me dijo que son necesarios y urgentes los espacios que crucen por las personas y yo agregaría como dice Segato en Contra-pedagogías de la crueldad, que cruce por los afectos, por la vida.

Y cuando hablo del cuidado, definitivamente no me refiero a cubrir a quienes violentan o a intentar tapar nuestras propias violencias, necesitamos aceptarlas, señalarlas y accionar para erradicarlas. Durante este tiempo también he logrado mirar que en muchos lugares ahora se señala y se acepta y así vamos avanzando, poco a poco, aunque no creo que por falta de ganas (al menos no en la mayoría de lugares), es que es doloroso, es difícil aceptar las violencias que hemos vivido, ocultado e incluso en las que hemos sido perpetradoras.

Mucho se ha dicho de romper los pactos y aunque doloroso es necesario, ya lo han dicho muchas compas feministas, caminar por los feminismos y romper el pacto es dejar nuestra comodidad y cuestionarnos todo el tiempo.

Por último, me cuestiono: ¿cómo podemos soñar y construir un mundo distinto sin cambiar las formas? Es necesario empezar a mirar desde la empatía y la diferencia, para que esto nos permita construir y acompañarnos de otras formas, unas bien rebeldes, amorosas y libertarias.