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Reforma educativa: no requiere pizarrón y gis para enseñar

Centenares de docentes siguen firmes exigiendo el regreso a sus centros escolares y una disculpa pública. | Manuel Fuentes

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Escrito en OPINIÓN el

Han pasado más de tres años y apenas aparecen los primeros laudos en Tribunales laborales en los estados de Quintana Roo y Tabasco que ordenan la reinstalación y pago de salarios caídos a maestras y maestros despedidos injustificadamente con motivo de la mal reforma educativa, la que para algunos agoniza, mientras que para otros aún no muere y buscan disfrazarla con piel de oveja.

La mayoría de los maestros que sufrieron el despido, desde inicios de 2016, de manera arbitraria por parte de autoridades educativas siguen esperando las resoluciones de distintos tribunales en todo el país. Ha sido largo su andar, lleno de indiferencia, de desprecio, de papeleo, de trámites burocráticos y de una férrea resistencia de las autoridades para que regresen a laborar en sus aulas.

Los gobernadores de los estados en los que ocurrieron los despidos de docentes con motivo de esa mal reforma educativa punitiva, han hecho lo posible para retrasar y retrasar las resoluciones en los Tribunales laborales que están bajo su control.  Los maestros siguen preguntando a las autoridades laborales cuándo resuelven su caso y es común escuchar en voz de funcionarios regresen en 15 días, y después se vuelve a repetir la misma respuesta hasta la fecha.

Se tiene conocimiento que fueron más de 750 trabajadores que sufrieron la separación arbitraria con el pretexto de haberse negado a ser evaluados. Así se justificó su separación para mandarlos a la calle.  Sin embargo, los expedientes que existen en los tribunales demuestran que los gobernantes del régimen anterior aceptaron separarlos sólo por órdenes del secretario de educación en turno, para que fueran ejemplo de sanción para los demás.

Reforma educativa

Maestras y maestros que nunca desistieron a pesar de que de un día para otro fueron separados de las escuelas donde impartían clases. Les enviaron policías para intimidarlos, hasta citatorios vía ministerio público por resistirse a dejar a sus alumnos. Los estudiantes dieron muestra de enojo al saber que sus maestros estaban despedidos.

-Maestra, no la vamos a dejar en la calle, venga con nosotros al salón.

Con el apoyo de padres de familia, los alumnos, llevaban a las maestras y maestros hasta sus salones para que siguieran laborando.

-Sepan ustedes que están cometiendo un delito, ya están despedidos, no pueden ingresar a seguir dando clases.

Hubo padres de familia que habilitaron aulas en la calle, frente a la escuela para que sus hijos siguieran recibiendo la enseñanza de sus maestros. Así ante el azoro de los transeúntes, que no acababan de entender esa política del gobierno peñista de expresar apoyo a la educación y al mismo tiempo mandar a los mejores maestros a la calle.

Con motivo del despido los docentes, no sólo quedaron sin salario, después de 20 años de trabajo (la mayoría de ellos), con expedientes limpios, sin ninguna sanción anterior, se quedaron también sin servicio médico, ellos y sus familias.  Algunas de las maestras estaban embarazadas cuando ocurrió la separación, algunas otras requerían de medicamentos o atención médica por el tipo de enfermedades que padecían.  Se presentaron quejas en las Comisiones de Derechos Humanos, denuncias internacionales, cartas a todas las dependencias para que fueran reinstalados y siempre encontraron oídos sordos. Les decían:

-Son órdenes del secretario de educación federal, vayan a la ciudad de México a reclamar.

Los maestros llegaron en varias ocasiones a las puertas de la Secretaría de Educación Pública en la calle de Brasil número 31, en la capital de la República y ni siquiera los recibían, apenas en la calle les preguntaban qué se les ofrecía, de manera despectiva.  Ellos, los docentes, respondían ante la pregunta:

-Somos maestros despedidos injustamente, nuestros casos fueron violatorios de nuestros derechos humanos, nos dicen en los estados de la Republica de donde provenimos que el único que puede resolver nuestra separación, es el secretario de educación federal.

Les respondían:

-Es falso, son expedientes locales y no es nuestra competencia. Regresen a sus estados y allí los deben atender.

Maestros

Los ignoraban y les cerraban las puertas, los mandaban de un lado a  otro.  Durante estos más de tres años han sido objeto de burlas y engaños por parte de las autoridades locales y federales.

El triunfo legal de los maestros de los estados de Quintana Roo y de Tabasco llega como una bocanada de esperanza para el resto de las maestras y maestros que aún siguen peleando por regresar a laborar, para que les sean cubiertos sus salarios caídos, y estar de nuevo frente a grupo con sus alumnos.

Muchos docentes están desconcertados del nuevo gobierno, un día les dicen que los van a reinstalar y que no importa que no se apruebe la reforma educativa, y otro día les dicen que tienen que esperar el tiempo que sea necesario, hasta que haya humo blanco en el Poder Legislativo.

Sin embargo, en ninguno de los transitorios de la nueva propuesta de reforma educativa se señala que quedarán sin efecto todas las afectaciones sufridas, como es el caso de los despidos y resarcirles el pago de los salarios.

A pesar de todas las desavenencias en su separación centenares de docentes siguen firmes exigiendo el regreso a sus centros escolares y una disculpa pública.

Es alentador que los docentes sigan dando lecciones fuera de las aulas con su lucha, demostrando que no se necesita tener pizarrón y gis para ser ejemplo de dignidad.

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@Manuel_FuentesM | @OpinionLSR | @lasillarota