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¿Para qué sirve la inteligencia policial?

La inteligencia policial es central para saber dónde se cometen los delitos, cuáles son los más frecuentes, y cómo se pueden evitar. | Jorge Lumbreras*

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Escrito en OPINIÓN el

La seguridad pública en México y en el mundo tiene múltiples áreas de especialidad. Regularmente la ciudadanía identifica a la seguridad pública con las policías preventivas, sin embargo, aún en este caso, el universo es amplio y complejo. En nuestro país existen policías municipales pero no en todos los municipios, de hecho apenas en mil municipios existen estructuras que podrán llamarse corporaciones policiales; existen 32 sistemas policiales estatales; y una Guardia Nacional que tiene la responsabilidad de cumplir las más de cincuenta funciones que le encomienda la ley. 

Las policías estatales y municipales superan los 250 mil elementos y sus funciones son diversas. En unos casos previenen los delitos mediante patrullajes, vigilan espacios públicos, cuidan escuelas, comercios y plazas; en otros, realizan funciones de vigilancia en instalaciones que son importantes para una entidad federativa. Trabajar en estas funciones requiere especialización pero sobre todo información y conocimiento. 

Entre las responsabilidades del Estado con la vida, la propiedad, la tranquilidad y el orden, la función de seguridad es una de las más complejas, porque cada tarea demanda conocimientos especializados; resguardar museos, edificios, zonas industriales o parques públicos demandan adiestramiento, saber qué se vigila, para conocer cuáles son los delitos que ahí se cometen y cómo actuar ante una conducta delictiva.

Lo mismo sucede cuando se trabaja en la función de seguridad en aduanas, aeropuertos e instalaciones estratégicas como son los casos de presas, refinerías, nodos de comunicaciones, antenas satelitales y otras más; se trata de tareas sensibles que precisan, de entrada, formar a los elementos en el conocimiento de la valía de lo que se está protegiendo, cómo hacerlo y cuáles son los riesgos. La necesidad permanente en la función policial es la información, con independencia a su nivel u orden de operación, el conocimiento y desde luego el equipo necesario para realizar el trabajo. 

La inteligencia policial es central para saber dónde se cometen los delitos, cuáles delitos son más frecuentes, cuáles son los patrones que se pueden encontrar, cómo se pueden evitar, a dónde se requiere mayor vigilancia y en qué horarios. Estas preguntas, la mayoría básicas, sólo se responden con inteligencia policial. Sobre esta base están los centros de control, coordinación y comunicaciones que permiten, mediante el uso de la tecnología saber qué pasa y dónde, para mejorar la capacidad de respuesta de las instituciones de seguridad pública. Pero además de observar, vigilar y reaccionar se requiere agregar los datos, convertirlos en estadística y geo-referenciar las conductas delictivas para actuar con precisión. 

Sobra decir que existe la necesidad de conjuntar la inteligencia de la función policial con la función fiscal. Acercar datos a las Fiscalías apoya el trabajo del Ministerio Público al permitir orientar el trabajo en las investigaciones. En evidencia, se parte del hecho de que las Fiscalías también generan inteligencia, la cual parte de los materiales que están en las Carpetas de Investigación y de las investigaciones que realiza la policía ministerial. 

Qué delitos, dónde, cuándo, quiénes los cometen y contra quiénes se cometen, son pautas básicas para saber qué hacer. Actualmente diferentes fiscalías de nuestro país disponen de Unidades de Investigación que permiten conjuntar y articular estos datos para generar inteligencia. Una persona podría presentarse a denunciar un robo simple, sin que haya un detenido, ni mayores elementos para saber quién lo cometió, pero la información sobre: ubicación exacta, hora, si la acción delictiva fue en grupo o individual, si había o no alumbrado público, si se utilizaron armas y de qué tipo, representan datos valiosos para la seguridad pública. 

La inteligencia policial en sus diferentes niveles es clave para mejorar la seguridad pública, la cooperación entre policías y fiscalías es una ruta transitable para mejorar la información, el conocimiento y las capacidades de servir mejor a las personas y las comunidades. Compartir información con protocolos claros, información compartimentada y niveles de acceso es necesario, porque se trata de la calidad de la función policial, se trata de utilizar mejor lo que tenemos, de maximizar nuestras capacidades y equipos, y sobre todo de que las personas que se desempeñen en la función policial conozcan qué hacer, cómo hacerlo y cómo mejorarlo. 

La función policial precisa abogados, ingenieros, matemáticos, sociólogos, antropólogos e informáticos que aporten sus capacidades y conocimientos; se trata de poner el talento al servicio de la sociedad, porque la seguridad si precisa equipo, armamento, disciplina, adiestramiento en el uso de la fuerza y capacidades propias de este conjunto, pero también requiere acercar la estadística y el conocimiento sobre lo delictivo en formas que sea útil, inteligible y con productos hechos a la medida de las necesidades. 

*Dr. Jorge A. Lumbreras Castro

Académico de la FCPyS – UNAM