La elección registrada en 2018 fue considerada en su momento, como la más compleja de la historia en nuestro país en razón de que se disputaron un total de 18 mil 299 cargos juntando los que se disputaron a nivel federal y local.
A nivel federal se renovó la Presidencia de la República, los 500 diputados federales y los 128 Senadores para un total de 629 cargos. A nivel local de disputaron 17 mil 670 cargos destacando 8 gubernaturas y la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, así como casi 1 mil diputaciones locales, más de mil 500 presidencias municipales, entre varios cargos más, en 30 de las 32 entidades federativas del país.
Sin duda el esfuerzo realizado tanto por las autoricades eletorales administrativas como jurisdiccionales fue mayúsculo.
Para 2019, también hubo elecciones pero nada comparado con 2018, toda vez que se registraron elecciones locales en 6 entidades federativas, Aguascalientes, Baja California, Durango, Puebla, Quintana Roo y Tamaulipas. 148 cargos se renovaron destacando dos gubernaturas (la de Puebla a cargo del INE) y la renovación de del Congreso local en tres entidades y elecciones para elegir autoridades en 60 ayuntamientos de 4 estados de la República mexicana.
En ambos años electorales tanto el INE como los OPLE, así como los tribunales electorales locales y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación cumplieron su función de realizar elecciones libres y democráticas que permitieron, entre otros factores, una transición democrática pacífica y legal en apego a la voluntad del pueblo mexicano. Prueba de ello, fue el resultado de la elección presidencial registradca en 2018.
Sin embargo, tenemos en puerta un panorama electoral verdaderamente complejo que inicia justo en este 2020 con la celebración de dos elecciones locales. En Coahuila se renovará su Congreso local, y en Hidalgo habrá elecciones en sus 84 ayuntamientos.
Para 2021 tendremos elecciones con un grado de mayor complejidad que las registradas en 2018. De entrada, se renovará la Cámara de Diputados lo que seguramente reconfigurará la composición actual que guardan sus 500 legisladores. A nivel local, habrá elecciones en las 32 entidades federativas que conforman nuestra República. Las más interesantes seguramente serán las 15 entidades en donde se renovará al ejecutivo local;[1] en 29 estados habrá elecciones para elegir a sus Congresos locales y también habrá elecciones en cerca de 2 mil ayuntamientos.
En razón de lo anterior, resultará muy importante seguir de cerca la evolución de estas elecciones que guardan muchos escenarios vitales para nuestro sistema político mexicano, del que destacamos algunos aspectos.
· El interés de la población en participar en elecciones, ya que si fuera lo contrario, seguiríamos abonando a esquemas de abstencionismo que también son un mensaje de la ciudadanía;
· La capacidad de las autoridades electorales administrativas y jurisdiccionales para defender su autonomía en la planeación, organización, ejecución y calificaciones de las elecciones y, con ello, servir de contrapeso a poder público;
· La fuerza de la oposición para hacerse, en su caso, de algunas posiciones importantes en las elecciones mostrando un contrapeso real en contra del partido oficial. El otro escenario sería que la oposición fuera incapaz de encontrar un camino que le permita generar equilibrios;
· Los nuevos actores, nuevos partidos políticos y candidaturas independientes que seguramente, se inscribirán en el concierto de las elecciones;
· El posicionamiento de Morena y en general, del movimiento denominado 4T en la obtención o pérdida de posiciones importantes en las elecciones;
· El eventual juego que pueda tener el Ejecutivo Federal en las elecciones;
· En su caso, la necesidad de generar diversos ajustes a la normatividad electoral rumbo al proceso electoral de 2024, entre otros rubros más.
Estos aspectos, aunado a las aún preliminares mediciones sobre preferencias electorales en diversas elecciones locales que has sido publicadas por diversos medios de comunicación, nutrirán mejores juicios que nos permitan ir estableciendo criterios sobre la evolución y desempeño de dichos procesos electorales.
Lo más importante, más allá de los resultados, es que los procesos electorales se desarrollen conforme al marco legal correspondiente.
¡Hasta la próxima!
[1] Considerando la elección en Baja California si así lo dispone la Suprema Corte de Justicia de la Nación.