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Nunca más el racismo

La población más marginada y excluida son precisamente los pueblos originarios, donde la pobreza es cíclica. | César Cravioto

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Escrito en OPINIÓN el

En México ser indígena es sinónimo de discriminación, marginación y pobreza. Nuestro país tiene un añejo problema de racismo que no ha logrado erradicarse. 

En nuestra sociedad, como decía Fernando Benítez:  “vivimos entre la aceptación del indio muerto (el representado por la arqueología, lo prehispánico, el pasado remoto  que es parte de la riqueza nacional) y el rechazo al indio vivo, sinónimo de marginación, pobreza y falta de derechos”. 

En este sentido el presidente comenta que, “debemos ofrecer una disculpa pública a los pueblos originarios que padecieron de las más oprobiosas atrocidades para saquear sus bienes y tierras, desde la Conquista de 1521 hasta el pasado reciente”.

“Nuestro compromiso de que nunca jamás deberán cometerse actos irrespetuosos a sus creencias, culturas y mucho menos, se les juzgará o marginará por motivos económicos o racismo”, afirmó AMLO en una carta que entregó su esposa Beatriz Gutiérrez Müller al papa Francisco, pontífice en el Vaticano. 

En la misiva también se planteó que “sería un acto de humildad, contrición histórica y a la vez de grandeza que la iglesia católica, independientemente de que si Miguel Hidalgo y Costilla fue excomulgado o no, reivindicara la gesta heroica del padre de nuestra patria”. 

Contrición histórica se define como un acto de  arrepentimiento y propósito de no volver a actuar mal en adelante. 

Según datos de la más reciente Encuesta Nacional de Indígenas  elaborada por la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM donde se midió la percepción de las personas no indígenas contra los que sí lo son: en México, la mayor desventaja de serlo es la discriminación, consideró el 43.2 por ciento de los encuestados, seguido de  la marginación, la pobreza, la exclusión y el analfabetismo. La población más marginada y excluida son precisamente los pueblos originarios, donde la pobreza es cíclica. 

“En nuestro país hay una imagen perpetuada de los pueblos indígenas como personas que padecen constantemente miseria, marginación y discriminación”, sostiene la Dra. Natividad Gutiérrez Chong, del Instituto de Investigación Sociales (IIS). 

Para revertir esta situación, “se requiere actuar no solo en los aspectos económico, simbólico y cultural, sino devolver prestigio a estas comunidades, porque a lo largo de la historia,  eso es lo que nos ha faltado de manera apabullante”, considera el IIS, …y esto es justamente lo que está haciendo el presidente López Obrador: devolver prestigio a estas comunidades. 

“Existe una fuerte percepción de que los indígenas no hacen lo suficiente, de que son pasivos, indiferentes y flojos. Esto contribuye a una manera estereotipada de ver su mundo, porque no todos son rurales, pobres, ni están en lugares remotos”, agrega la investigadora del IIS (UNAM). 

El gobierno de la Cuarta Transformación ha destinado más de 300 mil millones de pesos a programas de desarrollo social en beneficio directo de más de 20 millones de personas -algo nunca antes visto en la historia de México- para establecer un Estado de bienestar igualitario y fraterno; para garantizar que los pobres, los débiles y los olvidados encuentren protección en las incertidumbres económicas, desigualdades sociales, desventajas donde todos podamos vivir sin angustias ni temores. 

El Estado de bienestar igualitario que está aplicando el actual gobierno tiene como ideal la dignificación y protección de las personas a lo largo de la vida, desde la cuna hasta la tumba haciendo realidad, entre otros, el derecho de no discriminación hacia las poblaciones indígenas. 

Prueba de ello es que el presidente propuso que una mujer representante de los pueblos indígenas sea la titular del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), porque los más humillados de México y los que han padecido más el racismo han sido los indígenas, y porque son ellas las auténticas representantes del orgullo, la grandeza y el México profundo.     

No olvidemos ciertas expresiones racistas en nuestro propio país: 

Una cartulina del Frente Nacional Anti-AMLO, (FRENAAA) en una manifestación reciente refería: “Quiero vivir en un lugar donde no me gobierne mi sirvienta”. 

¡Para muestra un botón de atraso, racismo y clasismo extremo!