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Nos mueve la dignidad y la libertad

Hay indignación ante muchos discursos vacíos de quienes se encuentran en las instituciones gubernamentales o de quienes pretenden llegar a ellas | Diana Avilés

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Escrito en HIDALGO el

Qué difícil escribir ante un panorama tan desalentador, los últimos días las redes sociales y las pláticas con amigas y amigos, así como con la familia han estado cargadas de emociones desagradables; entre la desaparición y posterior localización sin vida de Debanhi y otras niñas, adolescentes y mujeres en Nuevo León, lo mismo a nivel nacional, los señalamiento misóginos en contra de las mujeres nuevamente culpándonos por lo que sucede en el país, la revictimización a las familias y otros tantos sucesos más, la incertidumbre, el miedo, el dolor, el coraje, la rabia, son algunas emociones que se logran leer, escuchar y sentir.

Pero no solamente eso, la indignación ante muchos discursos vacíos de quienes se encuentran en las instituciones gubernamentales o de quienes pretenden llegar a ellas, el uso cínico de la realidad, tan lamentable, con fines electorales, sin importar pasar por la privacidad y dignidad de las familias. Además de los grupos conservadores “montándose” en el movimiento feminista y sus luchas, así como en el trabajo de varias décadas de las personas defensoras y de las organizaciones de defensa de los derechos humanos en todo el país, con el único fin de atacar al presidente en turno y sacar ventaja de ello.  

Ante esto, qué complicado hacer crítica en un tiempo en que se exige colocarse en algún “polo”. Veo en redes sociales las discusiones sobre los pros y los contras de los distintos megaproyectos y acciones que está impulsando el gobierno federal y me aterra mirar la poca posibilidad de análisis, de diálogo, de crítica, tanto de quienes están en contra, como de quienes están a favor, estos últimos, señalando a quienes no estamos con algún partido político o a favor de alguna figura popular, quienes somos ciudadanas y ciudadanos que promovemos y defendemos los derechos humanos, si se nos ocurre comunicar o mostrar que en algo no estamos de acuerdo.

¿Dónde estábamos cuándo los gobiernos anteriores estaban destruyendo el país? Aquí mismo, acompañando víctimas, señalando violaciones a los derechos humanos, exigiendo la no militarización del país, defendiendo los bosques, los ríos, exigiendo la aparición con vida de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, exigiendo justicia para Rubí y para Marisela, para Mariana Lima, para las niñas y niños de la guardería ABC, para miles más, generando acciones para que la vida digna sea una realidad para todas las personas.

Y me pregunto, ¿en qué momento se les ocurrió que criticar lo que hace un gobernante o no, es estar en su favor o en su contra? ¿Dónde está nuestro derecho de señalar las obligaciones del estado?

Y para quienes usan años de lucha y exigencia de derechos para sacar ventaja o “golpetear” al presidente o al grupo contrario, son una vergüenza, de pena ajena la oposición en este país ¿Quién les dijo que pensar diferente al presidente en turno, es estar a favor de ustedes? A nosotras nos mueven la dignidad y la libertad, a ustedes los intereses de unos cuantos.