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Manuel de la Concha, el realista que fusiló a Morelos

Manuel de la Concha defendió los intereses realistas en Tulancingo de 1816 a 1821 y fue el encargado de atrapar y fusilar a José María Morelos | Lorenia Lira

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Escrito en HIDALGO el

Este 2021, estamos a punto de celebrar el bicentenario de la consumación de la Independencia de nuestro país, por ello es interesante estudiar este proceso que fue vivido de diferente maneras en cada parte del territorio de la entonces Nueva España. Por ejemplo, en Tulancingo, un personaje tristemente famoso, avecindado en esta ciudad en el siglo XIX fue Manuel de la Concha, célebre en su momento por haber atrapado, torturado y fusilado por la espalda al Gral. José María Morelos, en 1815.

Fue designado en la plaza de Tulancingo, después de esos acontecimientos. Su antecesor, el anterior defensor realista de esta ciudad había sido Francisco de las Piedras que por esas fechas fue enviado a combatir a Francisco Xavier Mina y en su lugar quedó Manuel de la Concha.

Manuel de la Concha defendería los intereses realistas en Tulancingo de 1816 a 1821. Según los escritos resguardados en el Archivo Municipal de Tulancingo, Manuel de la Concha afirmó que Tulancingo estaba en paz hasta mayo de 1821, y solicitaba al virrey quedarse en esta ciudad. Para ese momento, Nicolás Bravo se había unido al Plan de Iguala, formaba parte del Ejército Trigarante y le interesaba tomar la ciudad de Tulancingo que era pieza clave en la región, para ello contaba con 5 mil hombres, algunas piezas de artillería que había tomado de los realistas y el apoyo de José Francisco Osorno, que seguramente tenía muchas ganas de rendir a Tulancingo.

Según el mismo Nicolás Bravo, Manuel de la Concha abandonó la plaza tan rápidamente cuándo se enteró de la cercanía de las tropas independientes, que dejó sobre la mesa documentos de la contabilidad de su ejército e incluso objetos personales que Bravo se encargaría de remitir al Virrey con notorio sarcasmo.

Según la versión en cartas de Manuel de la Concha, fue obligado a abandonar la plaza por órdenes de sus superiores, y desde Huauchinango siguió escribiéndoles, tratando de convencerlos de que lo regresaran a esta ciudad.

Nicolás Bravo tomó la ciudad en compañía de Osorno y de Guadalupe Victoria, enseguida mandaron perseguir a Manuel de la Concha quién se dirigía a Pachuca, y lograron tomar esta ciudad también sin batallas de por medio, al igual que Apan.

Así, Tulancingo fue finalmente tomada por los insurgentes, quienes comenzaron a despachar desde esta ciudad a favor del Ejercito Trigarante, y por ello fue que, cuando Iturbide entró triunfante a la Ciudad de México el 21 de septiembre de 1821, lo hizo acompañado de doscientos dragones de Tulancingo.