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Los partidos del Presidente

Cabe esperar que las nuevas organizaciones partidistas serán aliadas del actual gobierno. | Agustín Castilla

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Escrito en OPINIÓN el

El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación resolvió otorgar el registro a dos nuevos partidos y confirmó la resolución del INE respecto a otro más, que se sumarán a los siete existentes (PAN, Morena, PRI, PT, PVEM, Movimiento Ciudadano y PRD), por lo que para las elecciones de 2021 contaremos con diez partidos políticos nacionales. Sin embargo, lo cierto es que estos nuevos partidos no representan opciones distintas si atendemos a sus antecedentes, así como a su alineación en la actual geografía política.

El Partido Encuentro Social (PES), con fuertes raíces evangélicas y  fundado por el actual delegado federal de los programas de bienestar en Morelos, recuperó el registro que había perdido en los pasados comicios federales -en los que fue en alianza con Morena- al no alcanzar el 3% de votación requerida, a través del ahora Partido Encuentro Solidario. En el caso de Redes Sociales Progresistas (RSP) es encabezado por el yerno de la ex dirigente del SNTE, Elba Esther Gordillo, cuenta con una importante base magisterial, en las elecciones presidenciales apoyaron a López Obrador y han manifestado que no pretenden convertirse en oposición al actual gobierno. El tercero es Fuerza Social por México, que tiene un estrecho vínculo con la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM) dirigida por el senador suplente de Morena, Pedro Haces, uno de los principales promotores de este partido y se le identifica como cercano al coordinador del grupo mayoritario en el Senado.

Como se puede apreciar a partir de estas breves referencias y sobre todo de sus posiciones públicas, lo que cabe esperar es que estas tres organizaciones partidistas serán aliadas del actual gobierno y muy probablemente acatarán la línea presidencial como en los tiempos de hegemonía priísta -que es donde tienen su origen cuando menos en los últimos dos casos ya que el PES se ha aliado con diversos partidos (PAN, PRI, PRD) desde que surgió como partido local-.

De hecho, ni siquiera en la época “dorada” del PRI el presidente llegó a contar con el apoyo incondicional de tantos partidos a los que se denominaba “satélites” como fue el caso del PARM o PPS, pues sumados a su partido Morena, al PVEM y al PT, serán seis los partidos que avalen sus políticas y que probablemente también irán en alianza en las elecciones federales y locales del 2021, lo que representará más voceros del oficialismo, mayores tiempos en radio y televisión y recursos a través del financiamiento público, propaganda uniforme así como espacios en la Cámara de Diputados y en los congresos locales.

En estos dos años de hegemonía, ha quedado claro que a los partidos aliados se les concede la posibilidad de sostener algunas posiciones distintas, incluso entre grupos al interior de Morena, pero la consigna presidencial -que en muchas ocasiones se transmite a través de las conferencias mañaneras- no admite divergencia, aún cuando vaya en contra de sus posturas públicas como en el caso reciente del PVEM respecto a la extinción de los fideicomisos, o de supuestos postulados históricos como el del PT y la militarización de las tareas de seguridad.

Esta no es una buena noticia para la pluralidad política del país que se verá disminuida, particularmente ante el desempeño de los partidos de oposición que no han logrado articular un discurso consistente y formular propuestas que atraigan cuando menos a los inconformes, y se ha perdido una gran oportunidad de oxigenar la vida pública con alternativas frescas que tanto se necesitan.