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"Lo que no se nombra no existe"

Vivir el horror, denunciarlo, nombrar esa forma específica de violencia misógina: el ataque con ácido. | María Teresa Priego

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Escrito en OPINIÓN el

Esta frase fue pronunciada por Carmen Sánchez, víctima de un ataque con ácido por parte de un hombre que fue su pareja y es el padre de una de sus hijas. Vivir el horror, denunciarlo, nombrar esa forma específica de violencia misógina: el ataque con ácido. Denunciar que existe, que en distintos estados del país hay mujeres que lo han padecido y sufren cada día sus consecuencias. Denunciar que la ley no lo preveía. Tener que esperar siete años para que se haga justicia. Ahora, por fin, Efrén "N" está detenido, comenzó el juicio en su contra. Fue aprehendido en el estado de Nuevo León donde se escondía. Siete años han pasado. 

El 8 de mayo tuvo lugar la audiencia inicial. Ese crimen terrible contra Carmen fue –en su momento– clasificado como "lesiones simples". Te pueden destruir, pero si no te matan, ¿no es tan grave? Ese era el mensaje. La imparable valentía de Carmen Sánchez hizo que lo que podría haber sido una historia más de injusticia, de impunidad y de silencio diera un vuelco: el crimen en su contra no quedará impune y Carmen escribe: "Por favor les pido que sigan apoyándome, vigilando el proceso hasta que reciba un castigo ejemplar que deje precedente de no repetición". Por ella. Por las otras. Carmen y la investigadora Ximena Canseco fundaron la asociación feminista para el apoyo integral a mujeres atacadas con sustancias químicas. 

Hace dos días Carmen escribió en su cuenta de Twitter: "Van a vincular a proceso a Efrén "N" por feminicidio en grado de tentativa y se quedará en el penal de Chalco. No tengo palabras para agradecer todas sus muestras de solidaridad". Carmen pasó 8 meses en el hospital, ha transitado por 60 cirugías, ya está prevista la que sigue. Falta mucho para que se recuperen su rostro y su cuerpo. Y, emocionalmente, ¿Cómo recuperarse de un hecho traumático de tan graves consecuencias? Para ella, para sus hijas, para su familia. Carmen estaba en su casa, su agresor insistía en hacerla regresar a una relación marcada por diversas formas de violencia. Para entonces, Carmen ya sabía, ya había entendido que el maltrato, las humillaciones, los insultos no son factores inevitables en las relaciones amorosas. Ya había avanzado en ese proceso interior que nos lleva a abrir los ojos ante la violencia tan naturalizada. Tan negada.

Aún así, jamás hubiera imaginado que Efrén pudiera recurrir a esos extremos de violencia. Allí, en ese hogar de su madre en el que se había refugiado con sus niñas. Justo él, a quien ella alguna vez amó tanto.  “La digna rabia tiene rostro de mujer” se llama el mural (que se conserva en registros fotográficos) realizada por Pedro Peña, Trom y Miguel Sant en un muro de Huixquilucan y que fue borrado de manera inexplicable. Los rostros de María Elena Ríos, atacada en 2019, Esmeralda Millán en 2018, Ana Helena Saldaña en 2018 y el rostro de Carmen. En una entrevista para Milenio TV la saxofonista oaxaqueña María Elena Ríos expresó: "Todo por el ego misógino de una persona que se cree Dios". 85% de su rostro y de su cuerpo fue quemado por el ácido. Sí, una persona que se encarna en ese "dios" castigador, para quien ni la otra persona, ni la ley existen: un depredador. 

Gracias al activismo de Carmen Sánchez, el Congreso del Estado de México aprobó una reforma al código penal a partir de la cual el ataque con ácido será castigado "hasta con diez años de prisión". Diez años parece poco y además, ese "hasta" resulta muy inquietante. ¿Diez años como pena máxima? El crimen cometido contra Carmen ha sido reclasificado: "proceso por tentativa de feminicidio". Se sienta un precedente. Carmen, sus hijas, su familia, podrán salir a la calle más tranquilas. La justicia terminó por llegar, porque Carmen no cejó ni un minuto en su empeño, por el dolor y a pesar del dolor, por el miedo y a pesar del miedo. Por esa "digna rabia" de las víctimas cuya fuerza denuncia y transforma –contra viento y marea– la sordera, la corrupción, la cadena de ineficiencias. Los territorios de la impunidad.