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La respuesta está en la infancia

Muchos discursos reafirman que el futuro de cualquier sociedad está en la niñez, porque en algún momento ellas y ellos serán personas adultas | Rafael Castelán

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Escrito en HIDALGO el

La realidad nos da golpes cada día más duros, más crueles que reflejan la transgresión y la descomposición que hemos hecho de eso que llamamos humanidad. El fin de semana un hecho sacudió a la sociedad hidalguense, nos indignó y como suele suceder con las redes sociales, todo mundo opinó al respecto: a raíz de una discusión y por aparente venganza hacia su esposa, un joven asesinó a sus tres hijos. Un día después, este agresor, fue aprendido en Sonora. 

Cuando esto pasa, las autoridades se preocupan, los ciudadanos cuestionan al Estado, y muchas culpan; pero jamás logramos apreciar que una mejor sociedad es producto de las acciones de todas las personas, todos los días, a toda hora. Es decir, cada persona que sepa de algún caso de violencia, está obligada a denunciar, a exigir justicia, a defender sus derechos y los de otras personas.

Las autoridades están obligadas a pensar en las condiciones en las que viven las niñas, niños y adolescentes, sus familias; a analizar las condiciones materiales, sociales y emocionales en las que se desarrollan; a identificar los problemas de salud mental que se están generando, más ahora que nos encontramos en cuarentena; y, lo más importante, deben generar políticas para atender esas problemáticas, porque ese es su trabajo.

Muchos discursos, reafirman que el futuro de cualquier sociedad está en la niñez, porque en algún momento ellas y ellos serán personas adultas, por lo tanto, es un asunto de causa y efecto: si en la niñez ofrecemos espacios sanos, libres de violencia, en paz; habrá en un futuro una sociedad libre de violencia, con paz y reafirmando esos valores de humanidad. Un razonamiento un tanto lógico, aunque deja de lado la responsabilidad que tenemos ahora y en todo momento las personas adultas.

¿Cuál es entonces nuestra responsabilidad actual para con las niñeces y por lo tanto con la presente y futura sociedad? El hecho comentado al inicio de este texto, pone de relieve y es un ejemplo de la desprotección que viven las niñas, niños y adolescentes diariamente; de la poca seriedad que han dado los gobiernos para atender los problemas que enfrenta esta población.

Es tan indignante la mirada de soslayo a la niñez, que en el presupuesto de egresos de la federación 2020 (PEF) más de 16 programa de atención a niñas, niños y adolescentes fueron recortados y para el 2021 no hay una asignación monetaria a la coordinación de la Estrategia Nacional de Atención a la Primera Infancia (ENAPI), lo que dificultará su implementación; También se recortó un 19% en el Programa de Salud Materna y Reproductiva, lo que significa un retroceso en cuanto a los derechos de las mujeres, afectando el avance logrado en los últimos años en materia de violencia de género, planificación familiar, incluyendo el embarazo adolescente. También hubo una disminución en el presupuesto del Fondo de Aportaciones Múltiples en su componente de Asistencia Social, lo que podría afectar la provisión de servicios que se otorgan a través del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (SNDIF) como desayunos escolares.

Necesitamos mirar los hechos como interdependientes, no cómo casos aislados, en efecto, no sabemos las condiciones particulares de las familias, pero sí sabemos cómo las decisiones de política pública, la asignación de presupuestos impacta en la calidad de vida y en ocasiones en su vida misma, como el caso de estos tres niños asesinados.

Por eso creemos que la respuesta de las autoridades, para una mejor sociedad, está en la infancia. Es decir, en la forma en cómo están viviendo la niñez esta etapa de la vida, para que la vivan con seguridad, dónde sus familiares tengan accesos a un trabajo digno, a seguridad social, que haya espacios recreativos cercanos a sus domicilios, que haya programas para atender su salud mental, que haya espacios de aprendizaje comunitarios para las personas adultas.

Que haya programas de crianza positiva y prácticas de maternidad y paternidad sin violencia. Que se combata la violencia de género. Por eso el llamado a las autoridades municipales, locales y federales es a que inviertan en programas dirigidos a la niñez, a la adolescencia, porque allí está la respuesta a la sociedad que queremos construir.