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La crisis de las vacunas (3a parte): la guerra de las fórmulas

Falta de vacunas, disputas geoestratégicas, países pobres, campañas para no vacunarse y maniobras políticas, abonan tercera Ola de contagios | Ismael Jiménez

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Escrito en OPINIÓN el

Conforme avanza el proceso de vacunación en el mundo, la inequidad entre países se hace más evidente. Los países ricos han avanzado de forma importante en la inoculación de sus poblaciones. Mientras que, al día de hoy, 150 países no han recibido, una sola dosis para vacunar a sus ciudadanos.

En una entrega anterior, hablábamos de las dificultadas de los países menos desarrollados para aplicar vacunas, pero ingenuamente, dejamos de lado la posibilidad y condiciones para adquirir las dosis que requieren.

Los países y empresas productoras de vacunas, han convertido en botín político, económico y social, el suministro y venta de las fórmulas de inoculación.

Israel, por ejemplo, ha convertido al pueblo Palestino en rehén de la salud, al prohibir la entrega de dosis al gobierno de ese país. Cuba y Venezuela, fueron dejados a su suerte, mientras que Bolivia, Paraguay, Honduras y Nicaragua por mencionar algunos, no han recibido hasta el momento, una sola vacuna.

África y Oriente Medio, también padecen la falta de vacunas. Pero más aún, los países europeos que tienen vacunas, -aunque no suficientes- enfrentan el descrédito de AstraZeneca y al mismo tiempo, la tercera oleada de contagios que volvió a paralizar y confinar la mitad de Europa.

Pero, ante la urgencia por detener los contagios y muertes por covid-19, hasta hace unos días, nos seguíamos preguntando ¿por qué no se podía acelerar la producción de vacunas? ¿por qué no, se generaban acuerdos entre las farmacéuticas y los gobiernos, para que los segundos, pudieran fabricar en sus países las vacunas que se requieren?

Dichos planteamientos, ante el ingenuo supuesto de que, ante la emergencia sanitaria el objetivo mundial sería trabajar a una sola voz para salvar el mayor número de vidas humanas, se esfumó.

Las farmacéuticas han desatado la polémica defensa de sus investigaciones, bajo los principios de propiedad intelectual y el riesgo de “desincentivar las inversiones”, (¿les suena?).

Lamentablemente, el poder económico se impuso nuevamente al principio universal de los derechos humanos. El planeta corre acelerado hacia una tercera Ola de contagios que será devastadora para los sistemas de salud, -ya agotados- el incremento de negocios en quiebra, principalmente pequeños, y millones de seres humanos en el mundo que se encaminan a paso acelerado a seguir engrosando los índices de pobreza.

Las potencias económicas se disputan la hegemonía geopolítica desde los laboratorios de sus farmacéuticas, en donde han encontrado el mejor aliado para dejar sentir su poder e influencia geoestratégica. El riesgo que eso conlleva, es que más países se conviertan en rehenes de los fabricantes de vacunas.

México, es una de las pocas naciones que está fabricando vacunas fuera de las matrices farmacéuticas; el asunto es que, es con la fórmula China, condición que para los voraces opositores de la 4T, han tomado como una pifia más de este gobierno.

Ante la catástrofe humanitaria que se avecina, uno supondría que el ser humano, cerraría filas en pos de ayudar al otro, de apoyar al más desvalido y trabajar por el bien común. El covid-19 ha puesto en evidencia la verdadera condición humana que se rige por la ley de la selva.

No sólo se deberá resistir a los contagios, también habrá que enfrentar los embates de una economía que se resquebraja cada día. Mientras más tarde en ser vacunado el mayor número de los más de 7 mil millones de habitantes del planeta, más dura será la caída.

Los voraces críticos de las autoridades de salud en México, festejaban hace dos semanas el avance de la vacunación en Chile. Hoy, también a su estilo, guardan silencio cuando las autoridades del país sudamericano, ordenó un nuevo confinamiento por el desborde de hospitalizaciones y contagios.

Pero qué sucedió, si ya habían vacunado al 30% su población. ¿por qué aumentan los contagios y decesos? La respuesta está en esa ansiedad voraz, necesidad cotidiana y desesperación por no quebrar, que el pueblo chileno consideró que había superado la pandemia y salieron a las calles sin restricciones.

En México, para quienes siguen criticando las medidas de confinamiento, les decimos que, aunque su hipocresía de haberse vacunado ya en los Estados Unidos (pues hay muchos Pepillos Origel) y continúan atacando las medidas de las autoridades de salud, les decimos que, aún no están salvos, y que, como el resto de los mexicanos, tienen en la cien, un revólver con el que juegan ruleta rusa todos los días, esto mientras no superemos la pandemia.