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JC Osorio, el engañabobos

Quisiéramos olvidar al técnico colombiano que dirigió al Tri de 2015 a 2018 pero él mismo insiste en estar en la órbita con sus declaraciones | Omar Pérez Díaz

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Escrito en HIDALGO el

Frank Abagnale Jr. era una adolescente cuando empezó su carrera como defraudador en los Estados Unidos, allá por los años 60’s. Gastó varios millones de dólares haciéndose pasar por piloto aviador, doctor y abogado antes de ser detenido por el FBI.

Su fórmula radicaba en las apariencias. “¿Saben porque siempre ganan los Yanquis (de Nueva York)? Porque los rivales están mirando su bello uniforme”, decía Frank sobre su modus operandi.

Un engañabobos en toda la extensión de la palabra. Wikipedia define esta palabra como “algo que deslumbra, parece bueno pero acaba defraudando”.

El futbol mexicano bien lo sabe pues le ha pagado fortunas a varios personajes así.

El más reciente caso: Juan Carlos Osorio.

Muchos quisiéramos ya olvidar al técnico colombiano que dirigió a la Selección Mexicana de 2015 a 2018 pero él mismo insiste en estar en la órbita del Tricolor con sus declaraciones.

Hace poco, se lavó las manos de la eliminación en el Mundial de Rusia, afirmando que los jugadores aztecas se quedaron mudos ante Brasil.

Otra vez, las discusiones sin sentido: muchos criticaron a Osorio pero hay quienes lo defienden.

Que quede claro: a este entrenador no se le contrató para calificar al Mundial sino para elevar el nivel del cuadro mexicano en los momentos decisivos de alta competencia.  Y fracasó rotundamente.

Sus planteamientos sucumbieron en los puntos de inflexión: la Copa América Centenario sin argumentos para evitar el 7-1 ante Chile; igual en la semifinal de Copa Confederaciones con un 4-1 ante Alemania; en el Mundial igual se quedó en octavos de final. El colmo: eliminado en Copa de Oro por Jamaica.

¿Dónde radica el engaño?

JC Osorio era un tipo con todas las credenciales para ser técnico: estudiar al más alto nivel en Europa y en los Estados Unidos le dieron un aurea de conocedor, casi erudito en las canchas; sin embargo, el único futbol donde brilló fue en Colombia, sin duda, por conocer mejor la idiosincrasia de su gente.

En otros lados no pasó lo mismo: en Estados Unidos, en Brasil, en Puebla y en Paraguay su paso fue efímero. Solamente con el Tricolor se le dio continuidad, a pesar de los resultados arriba expuestos.

Decio de María, el presidente de la FeMexFut, lo defendió a capa y espada. Era lógico, él decidió contratarlo.

Y varios jugadores a los que fue convocando en su proceso se pusieron de su lado, en un mutuo compromiso no escrito. Algunos incluso consideraban “genio” por sus expresiones grandilocuentes en ruedas de prensa, por llevar a un sicólogo, por hacerles creer que todos podían ser titulares o llevarles colchones adecuados para dormir bien.

Olvidaron decir, por ejemplo, que igual les permitió hacer fiestas en las concentraciones o cerca de ellas como sucedió antes de volar a Rusia 2018.

Esto, sin olvidar otros aspectos personales que se ventilaron en el Mundial como tener a una invitada especial en el entorno de la expedición mundialista.

Sí, parecía bueno y capaz pero acabó siendo una desilusión. Un engañabobos. Le faltaba enseñar un rasgo más de su personalidad: el cinismo.

Hablar mal de sus jugadores, dar a entender que eran mediocres para justificar el resultado, es indigno de un técnico que se dice profesional.

La historia seguirá juzgando a Juan Carlos Osorio y a quien le dio el mando de la Selección Nacional.

REMATE

En el año 2002, Leonardo di Caprio estelarizó la película “Atrápame si puedes”, donde se relata la historia de Frank Avagnale Jr. El defraudador que acabó trabajando para el gobierno de los Estados Unidos... desenmascarando a otros como él.