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Feminicidios

A las mujeres también las mata la impunidad, así como la indiferencia social, y es indispensable hacernos cargo de ello. | Agustín Castilla

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Escrito en OPINIÓN el

Al igual que ha sucedido con otros casos también muy graves y dolorosos como la violencia sexual infantil, parece que sólo concentramos nuestra atención en los feminicidios que se cometen cotidianamente en nuestro país cuando surgen escándalos mediáticos que despiertan la indignación colectiva por algunos días, se discute en los foros públicos y redes sociales, se realizan manifestaciones y marchas, los políticos se comprometen a adoptar medidas de fondo y al poco tiempo se olvida. Esperemos que en esta ocasión la historia sea distinta.

Los dos casos recientes que han colocado el tema en la agenda son los de Abril Pérez Sagaón e Ingrid Escamilla que guardan similitudes importantes, ya que ambas habían denunciado ante las autoridades que eran víctimas de violencia y temían por sus vidas sin que se les brindará la protección debida, además que sus asesinatos fueron presenciados por sus hijos.

Abril Pérez fue agredida por su esposo con un bate de béisbol a principios del año pasado con la intención de matarla siendo testigo uno de sus hijos menor de edad, por lo que el empresario ingresó a prisión y ella se fue a vivir a Monterrey para poner distancia. Sin embargo, unos meses después un juez reclasificó el delito de tentativa de feminicidio por lesiones y violencia familiar dejando al empresario en libertad. En noviembre de 2019, Abril viajo a la Ciudad de México para atender una audiencia judicial y fue asesinada camino al aeropuerto por dos sicarios que le dispararon en un ataque directo enfrente de sus dos hijos.

Hace unos días se dio a conocer que Ingrid fue apuñalada por su pareja -en presencia de su hijo de 15 años-, la desolló y tiró sus restos por el drenaje. Al igual que en el caso anterior, Ingrid presentó una denuncia por violencia siete meses antes, pero no se le dio seguimiento como sucede con demasiada frecuencia y las consecuencias están a la vista. Lo que provocó que este caso tuviera una mayor relevancia y creciera la indignación, fue la filtración de las imágenes del cuerpo desollado de la víctima.

Lamentablemente no se trata de hechos aislados o excepcionales ya que según las estadísticas, cada día son asesinadas entre 10 y 11 mujeres por su condición de género y de acuerdo a la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del INEGI, en los últimos 6 meses fueron víctimas de violencia sexual 6 millones de mujeres lo que en muchas ocasiones es la antesala al feminicidio.

Por ello, es inadmisible que la respuesta de la Fiscalía General de la República se haya limitado a proponer la eliminación del tipo penal por su complejidad para acreditarlo y sustituirlo por una agravante de homicidio, en vez de que se abra un debate serio y en un esfuerzo inter-institucional y multidisciplinario se analicen las causas, se defina una estrategia integral y se destinen recursos para la capacitación de policías de investigación, ministerios públicos y jueces, o que el presidente López Obrador considerara más importante hablar en su conferencia mañanera de un cheque entregado por el Fiscal Gertz Manero y de la rifa de los boletos del avión, que abordar el tema de los feminicidios.

Debemos tener claro que a las mujeres las mata el machismo, la cultura de violencia en la que vivimos como atinadamente señaló Alejandro Hope, pero también la impunidad así como la indiferencia social, y es indispensable hacernos cargo de ello.