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Fátima: La cruel realidad

Es cosa de encontrar culpables porque de eso se trata la justicia. | Joel Hernández Santiago

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Escrito en OPINIÓN el

Los mexicanos todavía no nos reponíamos por la noticia del cruel homicidio de Ingrid Escamilla, la joven de 25 años que murió a manos de su pareja. Y esto no sólo por el hecho mismo que configura un delito grave de feminicidio, sino sobre todo por la saña con la que fue perpetrado y el relato que hizo el que pudo ser su verdugo.

Y cuando uno suponía que ya se han alcanzado niveles máximos de salvajismo en contra de las mujeres apareció de pronto otro caso que sacudió la conciencia nacional…

Es el caso de la niña de siete años Fátima Cecilia, que desapareció el martes 11 de febrero y fue encontrada el sábado 15 en las inmediaciones de Tláhuac y Xochimilco, en la Ciudad de México. El hecho duele mucho. Lastima a millones de seres humanos en el país y fuera de éste por la sólo idea del terrible dolor que pudo haber sufrido la pequeña que no había hecho nada a nadie, no había cometido ningún agravio a nadie y que simple y sencillamente era una niña de siete años.

Una cruel realidad que se expresa en la muerte de por lo menos 265 mujeres en lo que va de 2020, o diez mujeres al día según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública; el mismo que reporta que se registraron 976 delitos de feminicidio en 2019. Nada de esto conmueve al gobierno para ocuparse en parar esta situación de forma seria, integral, estructurada: nada.

¿Qué está pasando aquí? ¿Quiénes son esos mexicanos que cometen tales indignidades, con tal crueldad-saña e indolencia? ¿Qué ocurrió con nuestro cuerpo social que genera este tipo de aberraciones humanas? ¿Por qué a una niña, una pequeña niña de siete años que inocentemente se dejó conducir por otra persona para encontrar su propio dolor y muerte? ¿Quiénes son capaces de cometer esta monstruosidad…?

Pero nada: hoy sabemos que en el caso de la pequeña Fátima ocurrieron una serie de deficiencias de gobierno que demuestran incapacidad y negligencia con la que se tomó el asunto: Desde la noche del martes 11 de febrero fue denunciada la desaparición de la pequeña y no actuaron pronto y de forma urgente y sí dilataron su obligación lo suficiente para encontrarse que el sábado siguiente ya no había solución: la niña había sido muerta de forma cruel tres días antes de la aparición de su cuerpecito, o sea el miércoles. ¿Quién tiene la maldita culpa?

Y sí. Es cosa de encontrar culpables porque de eso se trata la justicia. Y esos culpables no sólo son quienes perpetraron el homicidio, como también quienes por negligencia o dejadez o burocracia o incapacidad e ignorancia dejaron de aplicar el protocolo de urgencia para la búsqueda de Fátima, toda vez que había evidencias –luego encontradas- de que fue una mujer la que se llevó de la mano a la pequeña, con rumbo desconocido…

Unos días antes ocurrió un hecho que retrata exactamente lo que está ocurriendo en el país.

Era La Mañanera del viernes 14 cuando Frida Guerrera, una activista en contra del feminicidio en México increpó al Presidente que eludía posicionarse en el tema…

En el momento, fuera del Palacio Nacional, decenas de mujeres protestaban por los feminicidios y el reciente caso de Ingrid Escamilla. Dentro López Obrador abordó el tema. Pero fue vago, elusivo. Se enfocó en criticar que, por mensajes en contra de sus declaraciones, ahora deba ser más cuidadoso cuando habla porque “si digo una S de más o me como una S soy trending topic…”, decía. Guerrera lo atajó:

“¿Por qué se desvía el tema…? Presidente, ¿por qué se desvía el tema?”, preguntó, quien pidió un micrófono. Ya con el aparato y la atención de López Obrador, la comunicadora insistió:

“¿Por qué se desvía del tema? Uno de los puntos que desgraciadamente por todos estos años se ha vivido en este país para que se tergiversen justamente los mensajes es la falta de claridad, justo en esos mensajes. El feminicidio existe, no podemos negarlo. La sensación ahora otra vez, ojalá no sea así, es de una doble realidad”, continuó la activista:

“Allá afuera están gritando mujeres. ¿Por qué? Porque llevamos más de 250 feminicidios en 2020”.

El presidente retomó la palabra para balbucear algunas frases de apoyo a las mujeres y argumentando su lucha de gobierno por defender a hombres y mujeres por igual. A esto Frida Guerrera insistió: “¿Por qué no se ha creado una Fiscalía para atender el Feminicidio?” Y pidió concreción del Presidente sobre el tema; de nueva cuenta balbuceos y su decálogo inexistente porque repetía lo mismo y lo mismo…

Y de pronto pide la palabra un joven reportero para decir que “el presidente ya habló mucho de feminicidio, pasemos a otra cosa”… Y así el retrato exacto de lo que pasa aquí:

Un presidente que no quiere en su agenda los feminicidios, una mujer que exige respuestas concretas para detener agravios que pueden culminar con la muerte de mujeres y otro hombre que desvía el tema: eso es: La lucha de las mujeres es la lucha de ellas en contra de una política de vaguedades y en contra de hombres que no quieren ni entienden lo grave de la situación.

Hoy las mujeres son víctimas de agravios de toda naturaleza: ya laborales, ya domésticos, ya callejeros, ya violaciones, ya menosprecios y, sobre todo: ya homicidios. ¿Hasta cuándo? Las mujeres tienen razón…y tienen miedo.

Aparte está el tema del crimen generalizado, pero el tema de género merece una atención especial… No vaguedades ni evasivas… las de quien tiene su propia agenda de rifas y puentes rotos y chascarrillos, aunque el tema cruel no lo sea: La terca realidad.