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Estudiar en el ITAM

El apoyo en el ITAM tiene que ser transversal y no enfocarse solamente en las áreas académicas. | Carla Humphrey

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Escrito en OPINIÓN el

Soy egresada del ITAM. Siempre me he sentido orgullosa de serlo. Los últimos tristes acontecimientos deben preocuparnos y ocuparnos a las y los itamitas, pero también a la sociedad en su conjunto.

Es cierto, el ITAM es una institución exigente, con reconocimiento nacional e internacional; en la que se fomenta la convivencia y competencia entre estudiantes y carreras y en la que las materias de tronco común, entre otras, y la posibilidades de elegir materias optativas o hacer veranos, te permite conocer a otros alumnos pero también perder identidad con una generación o una sola carrera.

En el ITAM, como en cualquier otra institución educativa de cualquier nivel, es importante que tenga mecanismos e instancias a las que las y los alumnos puedan acudir para solicitar ayuda o apoyo en cualquier tema. El apoyo tiene que ser transversal y no enfocarse solamente en las áreas académicas, ya que puede ser una multiplicidad de factores las que generen las condiciones adversas, de tensión y frustración para los estudiantes.

Frente a los devastadores sucesos de la semana pasada la institución respondió rápido con una serie de acciones inmediatas y con el nombramiento de un profesor, ex estudiante del ITAM y docente desde hace varios años, para atender la situación crítica en la que viven las y los estudiantes. Las medidas implementadas tienen un enfoque multidisciplinario que incluye la atención de estudiantes, la búsqueda de profesionales de la salud emocional, la transformación de la oficina de apoyo estudiantil, una coordinación institucional en estos temas y, por último, una revisión de los modelos con los que cuentan otras universidades para hacer frente a este tema.

Autoridades, académicos y estudiantes deben estar unidos para hacer un frente común ante este problema que afecta a estudiantes de todos los niveles educativos y planteles educativos en nuestro país a los que debe hacérseles frente desde la academia, la salud, la familia, la sociedad y la concientización sobre los diversos factores que pueden estar incidiendo en el desarrollo, el cumplimiento de metas y de planes de vida de cada uno de las y los jóvenes que están comenzando a labrar un futuro académico y profesional dentro de las aulas del sistema educativo mexicano.

Desde aquí hago votos porque se encuentren mecanismos y cauces que permitan liberar la tensión de nuestros estudiantes y apoyarlos a solucionar otros aspectos de su vida que, aunque no se relacionen de manera directa con sus estudios, incidan de manera definitiva en su desarrollo y crecimiento personal.