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Estados Unidos en periodo de elecciones: Impacto nacional y mundial

Semejanzas no son meras coincidencias.

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Escrito en OPINIÓN el

Julio 2016 es un mes de amplias decisiones en la sociedad estadounidense. Habrá candidatos presidenciales de los dos principales partidos, también se ha iniciado una ofensiva de política exterior en total vinculación con las elecciones de noviembre. Quien gane, seguirá aparentado buscar paz en el ámbito internacional y, principalmente, hacia el interior de Estados Unidos de América.

 

Existen múltiples partidos políticos en dicho país, no obstante, al finalizar el mes serán formalizadas las principales candidaturas para la presidencia 2017-2021. Donald Trump pese al hipócrita malestar dentro del Partido Republicano, será la única opción de la derecha política extrema. Habrá expresiones de desenfado en la convención de ese partido por parte de los ex presidentes Bush (aunque no asistan) y de otros “lideres” ideológicos, económicos u operativos en los diferentes niveles de gobierno. En la intimidad son felices con Trump, su candidato, pues la “demócrata” Hillary Clinton es una rival con mayor influencia en la oligarquía económica y burocrática.

 

Hoy es evidente que ninguno de los dos tiene un arraigo popular, pero eso no les importa. La señora Clinton hará gala de una retórica cercana al “populismo” que acaba de definir el presidente Barack Obama en su visita a Canadá. Ello sucede gracias a que su contrincante perdedor al interior del Partido Demócrata, Bernie Sanders, facilitó la expresión y aspiración de grandes sectores de la población que están “en busca de un movimiento político” (Viento Sur, 5 VII 2016) para aglutinar demandas económicas y políticas divergentes a los intereses empresariales abanderados por la cúpula de los “demócratas.

 

Si este tipo de elección presidencial (indirecta, no la mayoría de los votos de cada uno de los ciudadanos), aconteciera en otro país, resultaría un escándalo la eliminación en los medios de comunicación de las candidaturas de una decena postulaciones a la presidencia por otros tantos partidos. En la nación más poderosa del mundo es totalmente “natural” sólo discutir, analizar y difundir a los candidatos de los dos grandes “partidos”. Son dos partidos en uno: muchos coincidimos en ello (Noam Chomsky es prolífico en el tema). Tal razón se confirma este verano. Discurso y práctica de los dos candidatos van entrelazados por la novedosa cara de la forma más violenta del sistema mundo capitalista, el (neo) fascismo.

 

Aunque la “demócrata” no realiza expresiones tan beligerantes hacia ciertos sectores de la población como lo ejecuta Trump contra los “latinos”, mexicanos y musulmanes, la señora Hillary Clinton no escatima frases y pone de ejemplo su “amplia experiencia” en la aplicación de una política exterior capaz de arrasar con países, ciudades, “terroristas” y todo lo que sea catalogado de “enemigo de los intereses estadounidenses en el mundo”. Aplica la política de exterminio digna de Hitler (1923-1945) y del sionismo israelí hacia la nación Palestina.

 

Sin diferencias substanciales el candidato del Partido Republicano pondría en práctica la misma política exterior. Tal vez, algún matiz resaltará en el grado de agresividad verbal, mas como Trump no tiene posibilidades reales de ganar la elección presidencial para tomar el poder en enero de 2017, su retórica marcará un referente histórico digno a tomar con seriedad para el futuro cercano. La oligarquía económica y política prefiere a Clinton, su aparente suavidad al enfrentarse en público ante cualquiera que considere enemigo, como el gobierno ruso, el chino o los grupos terroristas, no encuentra contradicción con sus acciones “firmes” por recobrar la hegemonía mundial. Una alicaída hegemonía aún viva por la armonía de políticas entre Estados Unidos-Unión Europea y Japón (Triada Imperialista, Samir Amin dixit), es aparente garantía de paz manteniendo planes y acciones de guerra tradicional, nuclear, cibernética, financiera, de tratados comerciales, medios de comunicación, etcétera. Violencia internacional en dimensión holística.

 

Semejanzas no son meras coincidencias al analizar la violencia al interior del país (todavía) más poderoso del planeta. La administración del periodo presidencial de Hillary Diane Rodham Clinton hará uso ininterrumpido y creciente por combinar políticas de seguridad pública con propaganda y lenguajes cercanos a posiciones políticas de apoyo a los sectores populares de bajos y medianos ingresos (el socialismo de Bernie Sanders). Una combinación así es hoy y será predominante en el corto y mediano plazo porque los gobiernos estadounidenses no toleran, no negocian (bajo la ideología neoliberal) nada que vaya en detrimento de la mercantilización de todos los aspectos sociales. Esos gobiernos “demócratas” usan frases y lenguajes antes adjudicados a la izquierda política; sin embargo, intentan reducir y manipular las demandas e iniciativas con rasgos a favor de problemas sociales como la búsqueda de incrementos salariares y derechos sindicales, la salud, las pensiones, la cultura patriarcal y el racismo, las diferentes preferencias sexuales y sus repercusiones legales (matrimonios y agenda LGBTI), políticas efectivas ante el deterioro ambiental-cambio climático y la amenaza de la vida planetaria, etcétera. Combinar represión-seguridad pública con frases, lenguajes y acciones que no satisfagan las necesidades sociales también es violencia holística.

 

Entonces, el problema gubernamental a resolver es lograr la paz interna y exterior. De veras, el pueblo trabajador de este gran país empieza a recuperar su capacidad de organización, y ello es pensar en otro futuro posible.

 

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@OpinionLSR

 

*Mtro. Jorge Castañeda Zavala

Profesor-Investigador del Instituto Mora, es Economista por la Universidad Autónoma Metropolitana y candidato a Doctor en Historia por el Colegio de México. Realiza investigación y publica libros y artículos sobre dos grandes temas: la economía y las relaciones internacionales de América. Actualmente trabaja el tema “Relaciones económico-diplomáticas entre México y Estados Unidos de América, 1935-1946”.