Los resultados del domingo pasado obligan a una reflexión profunda sobre la misión, presente y futuro del Partido Acción Nacional. Este escrito lo enfocaré a lo que pasó en la elección y en las siguientes semanas hablaré de hacia donde debe ir el PAN ahora.
Antes de empezar es importante dejar claro que aprecio y fomento la vida institucional del Partido; que apoyé con todo lo que estuvo en mis manos la candidatura de Ricardo Anaya y que no soy de los propiciaron y generaron división interna apostándole a la derrota para después erguirse como salvadores o como críticos cuando en realidad fueron agentes del fracaso.
· En primer lugar, el PAN no perdió porque el PAN no tenía la presidencia de la República… el PAN la perdió hace seis años, no el domingo pasado.
· La alianza llamada por México al Frente fue un fracaso a pesar de que matemáticamente tenía posibilidades reales de triunfo… esto se debió a que mintieron al hacer el acuerdo: el PRD no puso ni una cuarta parte de lo que supuestamente tenía y el PAN tampoco logró convocar a todos sus cuadros: la candidatura y escisión de Margarita Zavala, entre las de muchos otros que fueron candidatos por otros partidos, dividieron el voto natural del PAN.
· La alianza además no fue un buen negocio porque se hizo cediendo buena parte de las candidaturas a los partidos que tuviera más peso en cada entidad; esto parecía algo lógico y complementario, pero terminó mermando la posibilidad de Acción Nacional de tener más primeras minorías en el Senado y plurinominales en la Cámara de Diputados.
· El discurso del PRI tanto a nivel nacional como a nivel Ciudad de México fue muy bien calculado para restarle votos al PAN. A nivel nacional se ve con claridad en los calderonistas (no panistas) que optaron por Meade y en la Ciudad de México como la candidata del PAN fue Alejandra Barrales, Mikel Arreola supo hacer una oferta que muchos votantes del PAN prefirieron a la de Barrales.
· La mayoría de los gobernadores emanados del PAN o no fueron tomados en cuenta (como dice una nota del gobernador de Aguascalientes de ayer) o no se sumaron a la alianza abiertamente. Miguel Márquez de Guanajuato y Javier Corral de Chihuahua son ejemplo de personas íntegras y de resultados, y en este proceso demostraron, una vez más, tanto su liderazgo como su identidad sin necesidad de figurar o pedir mayor relevancia.
· Pienso que uno de los mayores errores dentro de la campaña y de la elección de los candidatos en cada estado vino de la dirigencia del PAN que no logró convocar y que generó más división que concordia a la hora de las designaciones. Podemos analizarlo por estado y sería notorio que no sólo se eliminó la democracia interna del PAN (punto crucial de su esencia) y se eliminaron al menos una tercera parte de las candidaturas por la alianza; también hubo mucha soberbia y amiguismos que se tradujeron en cientos de miles de votos menos.
· No me atrevería a decir que el PRD traicionó al PAN porque al menos, las personas con las que yo traté se murieron en la línea en el proceso electoral; Ricardo Pascoe en la Delegación Benito Juárez, Fernando Belaunzarán, Alejandra Barrales, Negrete y muchos más son ejemplo de ello, pero lo hecho por Silvano Aureoles y otros muchos sólo se puede llamar traición. Además, creo que para los seguidores del PRD fue una elección muy confusa y que terminaron por votar por López Obrador… después de más de 15 años defendiendo su causa y con los números a su favor era una elección lógica para ellos.
· Para Movimiento Ciudadano creo que fue un gran negocio aliarse… sacaron mucho por nada… ni siquiera Jalisco con la victoria de MC equivalió a que Anaya ganara ahí… igual que el PT o el Verde, Movimiento Ciudadano salió con mucho por nada.
Para terminar, debo aclarar que pienso que, si todo esto no hubiera pasado, tampoco hubiera ganado el PAN porque el fenómeno López Obrador fue ulterior a aciertos y errores dentro del PAN, pero creo que se podía competir creciendo y con identidad clara y diferenciable, sin importar el resultado.