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El muñeco diabólico

El carácter del Chucky está a prueba: lo resuelve en la cancha o tendrá que buscar otro destino | Omar Pérez Díaz

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Escrito en HIDALGO el

Han pasado más de treinta años desde la creación de Chucky. El juguete, que es poseído por el alma de un asesino, sembró terror en las salas de cine desde 1988 hasta la fecha.

Siete años después, en 1995, nacía Hirving Rodrigo Lozano Baena en la Ciudad de México. Fanático del futbol, su padre le inculcó la pasión por el juego lo mismo que a sus tres hermanos.

Hirving fue quien más pronto salió tras ese sueño. Nada frenaba su carácter; no se dejaba amedrentar ni rehuía los retos. Tenía 10 años cumplidos cuando Pachuca lo invitó a sus fuerzas básicas. “¿De veras te quieres quedar?”, le peguntó su papá cuando visitaron la capital hidalguense. “Sí”, contestó resuelto el chico.

Así comenzó la formación del mejor delantero hecho en los Tuzos.

La casa club donde vivió no tenía las mejores condiciones pero el niño siempre se sobrepuso al ambiente, incluso a la convivencia con chavos mayores. Era terriblemente inquieto, travieso, así que le apodaron el Chucky. Sus compañeros lo asociaban al muñeco diabólico de la película, ganándose su respeto.

En la cancha era lo mismo pero con más cualidades: velocidad, olfato goleador, habilidad con el balón y, sobretodo, determinación para encarar rivales, una y otra vez. Era un dolor de cabeza pues ni las patadas, ni las amenazas frenaban su ímpetu.

Ese mismo temperamento casi le cuesta a Hirving irse del club por alguna indisciplina y tuvo sus roces con todos los entrenadores, incluido Enrique Meza, quien lo debutó a los 18 años de edad, anotándole un gol al América en el Azteca.

Días antes había sido papá de una niña y ya estaba casado, un salto a la madurez que les cuesta la carrera a otros jugadores; en su caso, este aspecto personal tampoco impidió que su carrera despegara como un cohete a la luna.

En tres años se convirtió en el mejor jugador de Pachuca, logró títulos y fue vendido al PSV de Holanda, donde ratificó su calidad. Fue al Mundial de Rusia 2018 y también sobresalió.

Hace un año, PSV decidió venderlo al Napoli de Italia, no sin antes tener algún desencuentro con el entrenador, Mark van Bommel. Todo pintaba ideal para el Chucky porque en el Calcio fue pedido por Carlo Ancelotti, quien lo hizo jugar de inmediato.

Por desgracia, hubo problemas entre cuerpo técnico y directiva, así que el Napoli decidió contratar a Gennaro Gattuso, un tipo duro, quien no consideró al mexicano entre sus titulares.

Las diferencias entre Lozano y Gattuso llegaron al límite pues corrió al futbolista del entrenamiento; dos días después, celebraron con la Coppa Italia, el primer título del equipo en seis años.

Nápoles no brinda las mejores condiciones ni un ambiente a modo así que, una vez más, el carácter del Chucky está a prueba. Tiene dos alternativas: lo resuelve en la cancha con futbol e inteligencia o tendrá que buscar otro destino.

Apuesto por el Muñeco Diabólico. Hirving no es uno de esos tipos que renuncia tan fácil.

REMATE

El guionista norteamericano Don Mancini fue quien ideó la película Child’s Play (Juego de Niños) en la que surge Chucky, el Muñeco Diabólico. Esa fue la traducción que le dio al español la casa productora, pues originalmente el juguete se llamaba Good Guy (Buen Muchacho).