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El cáncer en la industria editorial: la piratería

Adquirir o propiciar la compra o venta de un libro pirata, se golpea a millones de familias que dependen de la industria editorial. | Jorge Iván Garduño

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Escrito en OPINIÓN el

El problema de la piratería de libros en México sigue en aumento: en impreso se cuenta con 41% de consumo de libros pirata de 100% de lo que se considera el mercado editorial. En vías digitales aumenta a 48%. 

Durante 2019, el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial generó una serie de encuestas que arrojaron el mismo resultado: entre 41 y 44% en consumos de impresos tiene que ver con productos piratas.

De acuerdo con Quetzalli de la Concha, del Centro Mexicano de Protección y Fomento de los Derechos de Autor (CeMPro), las cifras reflejan de manera muy clara que “casi la mitad del trabajo de los editores, de los diseñadores, de los libreros y, muy importante, de los autores mexicanos, se lo está robando la delincuencia organizada”.

Por su parte, la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM) advierte desde 2020 que cuatro de cada 10 libros que se consumen en México son piratas, y por cada dos consumidores de textos legales, hay uno que accede a ellos de forma ilegal. La CANIEM ha señalado en distintos momentos que la distribución de libros pirata por la vía digital tuvo un incremento con el confinamiento obligado por el covid-19, a la par del cierre de librerías. Y aunque muchas veces se comparten y descargan bajo el argumento de compartir sus contenidos, es un delito que sí tiene víctimas.

A este respeto, la piratería en la industria editorial vulnera a la sociedad, obstaculiza el desarrollo nacional, provoca pérdidas económicas en la Hacienda Pública. En términos generales, el “cáncer de la piratería” priva al país de desarrollar sanamente el potencial creativo de miles de generadores de soluciones en diversos ámbitos.

Es importante que cada vez más personas conozcan el proceso editorial que conlleva un libro, que se entienda lo complicado que resulta su elaboración o publicación periódica, pues hay muchos especialistas implicados en el proceso. 

Un libro no es un conjunto de páginas llenas de letras, o una portada linda y nada más. Un libro es el vehículo del conocimiento: enseña matemáticas, física y otras ciencias; también cuenta historias maravillosas de personas, de ésta y otras épocas, que al ser leídas trascienden el papel. 

Al adquirir o propiciar la compra o venta de un libro pirata, o la fotocopia de libros, se golpea a millones de familias que dependen de la industria editorial.

Reflexionemos.

Tiempo al tiempo.