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El cambio en “los últimos tiempos”

La covid-19 nos hizo ver una situación que era necesaria: bajarle la revolución a nuestra vida. La pandemia fue consecuencia de no atenderlo | Alejandra Landa

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Escrito en HIDALGO el

Ayer fui a comer un helado con mi hijo y mi madre. Mientras disfrutábamos nuestro helado escuché a una mujer comentar que estábamos viviendo “los últimos tiempos” por la pandémica situación.  

Pensé en las diversas interpretaciones que una persona puede darle a un hecho, en cómo algunas instituciones pueden aprovecharse del caos y del miedo de las personas para influenciarlas. También recordé un video, que más que dar tranquilidad a los pobladores de Pachuca sobre la llegada del huracán, ocasiono miedo y un tanto de paranoia entre los habitantes. En fin, cada persona va creando su realidad acorde a sus creencias, educación y experiencias. Así el conflicto no es tan malo, ya que de esas situaciones nacen transformaciones positivas.

La pandemia me hizo ver una situación que era necesaria y que varios amigos con los que he conversado coinciden, y es que requeríamos bajarle la revolución a nuestra vida, acercarnos a nuestros seres queridos y a cuidar del medio ambiente. La pandemia fue consecuencia de no atender éstos puntos.

Y así pasa, algunas problemáticas sociales son consecuencia de otros asuntos que no les ponemos suficiente atención. Por ejemplo, la nula o errada educación sexual que tienen los jóvenes que ocasiona embarazos no deseados que ponen en riesgo la vida de las jóvenes o niñas.

Una solución de raíz es complementaria tomando en cuenta diversos actores (en cualquier aspecto), siguiendo el caso del embarazo no deseado, los padres y madres debemos de darles los valores y la educación para que los hijos e hijas puedan distinguir sobre lo que es mejor para sus vidas. Las instituciones educativas, crear contenidos con información adecuada acorde al grado que cursan y la Secretaría de Salud brindarles los anticonceptivos, talleres y asesorías convenientes.

No menciono esto con la intención de decirles qué hacer o diciendo que esto tiene que hacerse (encontrando el hilo negro). Más bien lo digo para evidenciar que una problemática puede y debe ser abordada desde varias aristas y que cada uno de los actores accionando desde su terreno, aporta a que un problema común, que afecta a todos, sea solucionado.

La responsabilidad frente a cualquier problemática personal, de pareja, social o familiar, es la clave para que emerja una solución. Basta de decir que “el gobierno no hace nada”, “a ti te correspondía”, “hubieras hecho esto”. Hay una frase que he adoptado y que es como una brújula: “que no quede en ti”, y me refiero a que actuemos acorde a nuestras capacidades, a nuestros alcances, en lo que nos corresponda.

La voluntad de una sola persona puede generar cambios con impactos importantes, si ampliamos un poquito nuestra visión podemos realizar acciones benéficas a otros que pueden ser la chispa que necesita una dinamita; basta con dejar un poco nuestro egoísmo y ver por el bien de los que nos rodea.

Soy fiel ferviente que el poder y cohesión social requiere tomar fuerza ya que los cambios sociales a lo largo de la historia han emergido desde ahí. El cambio no está en los políticos o gobierno sino más bien en el poder social.