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¿Dónde quedó la bolita?

Hace un año, la Liga MX anunció que anulaba los descensos hasta el 2027. Los dueños de clubes recibieron muchas críticas | Omar Pérez Díaz

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Escrito en HIDALGO el

Ilusión y engaño.

¿Conoce cuál es la diferencia?

En 1992 aprendí con dos ejemplos. Primero, asombrado como otras millones de personas cuando vimos por televisión que David Copperfield “volaba” por los aires como si el mago norteamericano tuviera el poder de la levitación.

Después, cuando unos vivales instalados sobre la calle de Guerrero, en Pachuca, enganchaban a transeúntes con el juego “¿dónde quedó la bolita?” y en cuestión de segundos te dejaban sin dinero. En mi caso, la mitad del primer aguinaldo como reportero.

Uno se va dando cuenta, entonces, que hay quienes te pueden dejar asombrado con sus creativas acciones mientras que otros son expertos en simular una vil mentira.

Engaños tan grandes que han envuelto a directivos, equipos y aficiones enteras.

Hace un año, la Liga MX anunció que anulaba los descensos hasta el 2027.

Argumentos hubo muchos: que si el Mundial con Estados Unidos y Canadá; que si la crisis; que si los clubes del Ascenso carecían de soporte económico…

Nadie reparó que la Primera División ya se había librado de ese “detalle” desde una década antes: Jaguares de Chiapas fue el último club que perdió la categoría en el 2017.

A la temporada siguiente, Lobos BUAP pagó 120 millones de pesos para quedarse en el máximo circuito. La misma medida aplicaron los Tiburones Rojos del Veracruz en la campaña 2018-2019.

Los dueños de clubes recibieron muchas críticas pero insistieron en una reorganización del futbol mexicano… que sólo los beneficia a ellos, como lo demostró la desaparición de Lobos BUAP y Veracruz.

Alejandro Irraragori, presidente del Grupo Orlegui, fue uno de los principales impulsores de esta iniciativa. Razones tenía. En mayo de 2019, su conglomerado empresarial adquirió al Atlas de Guadalajara, que perteneció a TV Azteca durante seis años.

Los Rojinegros llevaban muchos torneos salvándose por un “pelito” de irse a Segunda y en este campeonato estaban hundidos en la tabla de porcentajes; aunque ahora no se desciende, hay una fortuna en juego.

El último lugar debe pagar 120 millones de pesos, el penúltimo 70 y el antepenúltimo 50, dinero que reparte la Liga MX a su criterio y entre sus integrantes.

Atlas comenzó en la pandemia una lucha por salir del hoyo donde estaba y lo ha conseguido después de treinta partidos, venciendo al Tijuana, el sábado anterior.

San Luis, propiedad del Atlético de Madrid, ahora está en el último lugar porcentual, prácticamente condenado cuando quedan cuatro jornadas por jugarse.

El logro rojinegro ha estado matizado por increíbles sucesos, como ganarle en la mesa tres puntos al América, que insólitamente olvidó poner en la hoja de alineación a un jugador suplente cuando se enfrentaron.

Irraragori, pieza clave en la renovación del polémico contrato entre Televisa y Selecciones Nacionales en 2017, tuvo un desplante en el choque San Luis contra Santos Laguna (también de Grupo Orlegui), presionando al árbitro del partido para inscribir en la cédula arbitral un supuesto acto racista en contra de un delantero lagunero.

Hubo incluso una amenaza: “si no lo haces, sabrás quien es Alejandro Irraragori”, le soltó al silbante. No se pudo comprobar la acusación y se archivó la acusación.

Sí, quedan 12 puntos en disputa pero la suerte de los 120 millones luce resuelta.

San Luis necesita sumar los mismos puntos que gane el Atlas para salvarse.

Ante la cantidad de dinero a pagar, desde Madrid ya mandaron traer al encargado del equipo para que les explique nuestros peculiar sistema de competencia.

Mientras tanto, en Ciudad Juárez, la directiva de Bravos propone que se les perdone la multa ante el enorme agujero económica que dejó la pandemia.

La Liga MX dice que no pero el jueguito de manos e intereses no se detiene.

¿Dónde quedó la bolita?

REMATE

David Copperfield es considerado el mejor ilusionista de la historia, entre otras cosas, por atravesar las paredes de la Muralla China o desaparecer un elefante; en 1993, su amigo John Gong patentó el Aparato de Levitación, sistema de arneses que podían hacer “volar” a una persona.