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Consolidación democrática

La construcción de nuestra democracia ha sido tarea y propósito de muchas generaciones. | Marco Adame

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Escrito en OPINIÓN el

El proceso de renovación de cuatro de los once consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE) representa una exigencia ética y política y un desafío para nuestra democracia. No garantizar su autonomía sería un grave retroceso. La preocupación no es menor, pues tal y como lo mencionó el consejero presidente nunca habíamos enfrentado un ambiente tan adverso y tan hostil contra el Instituto como el que hoy se tiene”.

Aunque el presidente López Obrador afirma que su gobierno retoma “los ideales democráticos de Madero”, en los hechos es evidente que para algunos miembros del partido MORENA esto no es así; para muestra un botón, en las elecciones de Baja California, ante la posibilidad de ganar la gubernatura, dicho partido promovió en varias ocasiones extender el mandato del gobernador, lo cual fue revertido por el Tribunal Electoral del Poder Judicial.

Y si bien existe una tesis de jurisprudencia que establece que dichas ampliaciones son inconstitucionales por atentar contra las elecciones libres, periódicas y los derechos de participación política[1]; promovieron la “Ley Bonilla” en un último intento de seguir con sus ambiciones de poder, por lo que hoy el caso se encuentra en la Suprema Corte de Justicia en espera de ser resuelto.

Decía Pítaco de Mitilene, uno de los siete sabios de Grecia, que “si quieres conocer a un hombre, revístele de un gran poder”. Y eso pasa con Morena donde hay quienes antes criticaban a la “mafia del poder”, pero hoy estando en él se comportan de la misma forma autoritaria a la de los gobiernos del siglo pasado.

En el caso de la elección de los cuatro nuevos consejeros del INE es evidente que dentro del partido hegemónico hay algunos que pretenden imponer a sus partidarios a fin de garantizar triunfos electorales futuros; lo cual es sumamente grave ya que los que resulten electos fungirán como árbitros de las elecciones del 2021, 2024 y del 2027.

El mismo expresidente de la Cámara de Diputados, Porfirio Muñoz Ledo, ha expresado su preocupación debido a que sectores de Morena pretenden, de “manera obsesiva”, imponer a sus consejeros a fin de “entregarle al gobierno como un trofeo la sujeción del INE”.

Y aunque el coordinador de los diputados de MORENA afirma que buscarán “a los mejores perfiles”, existe la preocupación de que por “mejores perfiles” entiendan a partidarios suyos; sin importar que no cumplan con los requisitos legales o que no tengan la capacidad para desempeñar el cargo.

Baste recordar el nombramiento de la titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, quien no cumplió con los requisitos de ley y a pesar de ello fue impuesta, con violencia y cerrazón al diálogo, afectando gravemente la autonomía de la institución. Este nombramiento también se encuentra impugnado en la Suprema Corte de Justicia debido a las irregularidades que se vieron en el proceso.

La elección de los consejeros del INE es una facultad exclusiva de la Cámara de Diputados y los aliados del presidente controlan con su mayoría el 66.6% de los votos. Esperemos que se cumpla lo anunciado por el presidente de que no influirá en la selección y también que las personas seleccionadas sean apartidistas, honorables y capaces.

La construcción de nuestra democracia ha sido tarea y propósito de muchas generaciones. Durante muchos años las elecciones no fueron reales, ni democráticas y los únicos ganadores eran quienes decidía el partido del poder. Y no fue sino hasta la reforma política de 1990 en que se funda el Instituto Federal Electoral (IFE) y con ello inicia el largo proceso para democratizar nuestro país.

Si bien es cierto que nuestra democracia aún tiene mucho camino por recorrer y que hay mucho por perfeccionar en el INE; el subordinar este organismo al partido hegemónico, lejos de ser un avance, sería un grave retroceso.

Los demócratas estamos llamados a defender la autonomía del INE, institución central para nuestra democracia. Debemos de apostar por la legalidad, la estabilidad política y la legitimidad de origen. Velar por la consolidación del INE es velar por la consolidación de nuestra democracia.