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Conexiones emergentes y urgentes

Hoy en día nuestras relaciones se desarrollan tanto en un plano físico, como digital | Alejandra Landa

Por
Escrito en HIDALGO el

Heidegger menciona que somos seres relacionados en el mundo y que a partir de ellas nos construimos.

Hoy en día nuestras relaciones se desarrollan tanto en un plano físico, como digital. Y que a partir de la pandemia se fortalece el mundo digital, al mover la educación y el comercio (principalmente) a su terreno.

Pero qué pasa con lo digital, lo digital es virtual, inestable. Tan solo, el lunes se cayeron las dos redes principales de comunicación FB y WA. ¿Cómo te experimentaste durante esas 7 horas? Les pregunto porque es una oportunidad interesante de observar nuestras formas de relacionamos, desenvolvernos y de ver cómo dependemos de lo digital.

Es evidente que estamos ligados, es una relación inestable pero constante. Nuestras elecciones cotidianas al darle más peso a un plano que al otro definen el sentido de la sociedad que se forja. El vínculo se fortalece al pasar más tiempo en el celular que en el plano físico y me refiero al encuentro, al contacto, al entendimiento, al juego.

Ahora, hagamos una pausa y enfoquemos en la niñez. ¿Cómo nuestro desempeño virtual les impacta? ¿Cómo la niñez se ha vuelto transformada a partir de la implementación de dispositivos digitales en el juego, en el estudiar en línea? ¿Cómo se encuentra la niñez frente a adultos sumergidos en el mundo digital?

Y los invito a pensar en ello porque son a los que veo más vulnerables ante todo esto. Ellos son quienes se desarrollan emocionalmente, psicológicamente, espiritualmente y físicamente, principalmente en el plano físico.

Su acercamiento al mundo es sensorial, requieren el relacionarse con sus iguales, el caminar despacio, el sentirse acompañados, el salir y jugar. La escuela era un espacio de encuentro, el parque momentos de juego; el home office rompe el periodo de contacto, de interacción con ellos.

La virtualidad limita la manifestación de su niñez, encasillándolos en videos que un algoritmo les sugiere ver en YouTube, a una enseñanza fría, al crecimiento de la brecha de la desigualdad, a comerciales que se aprenden mejor que el abecedario y tipos de juegos, y contenido que pueden llegar a ser inadecuados y nada estimulantes para su edad.

Los únicos que podemos garantizar el derecho al juego, a una educación de calidad, a un trato amoroso, al respeto de su opinión, al cuidado de su salud, a ser escuchados, a estar en un espacio seguro, a participar en su cotidianidad, entre otros derechos, somos los padres y madres, los que estamos en su plano físico y cercano.

Nos toca voltear y ser responsables en su desarrollo. ¿Te has detenido a pensar de qué forma la pandemia está definiendo su personalidad y la forma de desarrollarse ante la vida? Nos toca detenernos y darles los espacios para que los niños y niñas se desarrollen. Nos cerraron los parques, las escuelas, los teatros (ahh! pero recuerden que pronto habrá concierto en la plaza de toros). En fin, nos toca dirigirlos, hacer valer sus derechos.

Es urgente que entre tu malabarismo cotidiano le des espacio a tus hijxs, a que te detengas y reflexiones ¿Cómo te relacionas con ellxs? Haz una pausa si te habla tu niñx, busca escucharlos y entenderlos, permitirte ser niñx para jugar e imaginar junto a ellxs, de enseñarles, explicarle, suelta el celular y mejor tomemos las manos de los niñxs, vive y relacionemos con ellxs en el plano físico, es decir, ofrezcámosles una relación a nuestros niñxs en donde no se encuentren aislados, se construyan y puedan explorar el mundo.