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China en la caja de pandora de Panamá

Papeles de Panamá podrían encender los focos rojos de la seguridad y la paz mundial.

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Escrito en OPINIÓN el

Cuando se dio a conocer la lista de nombres de políticos, empresarios, deportistas, artistas y personajes celebres en los llamados Papeles de Panamá, la opinión pública en México se centró específicamente en los mexicanos involucrados, sin embargo, el reporte implicaba muchos más nombres, algunos de relevancia mundial.

 

La investigación de fraudes y corrupción considerada ya como la más importante de todos los tiempos, tiene diferentes matices y de las hipótesis que han surgido en relación a la autoría de dicha averiguación, la mayoría se han centrado en los intereses de quienes podrían estar detrás de este trabajo periodístico.

 

La mayoría de las tesis, no han dudado en señalar a los Estados Unidos y sus unidades de inteligencia, como los autores intelectuales de los Papeles de Panamá. Las teorías de por qué y para qué el gobierno estadounidense podría estar interesado en evidenciar una cadena de corrupción y evasión fiscal que se rige bajo los principios financieros establecidos por ese país, surgieron como incógnitas naturales en un contexto de crisis económica y geopolítica global.

 

Los Papeles de Panamá, señalan de manera indirecta vía sus familiares a Vladimir Putin y a Xi Jinping. En el primer caso, el presidente ruso ha desafiado en más de una ocasión el poderío económico y militar de los Estados Unidos, mientras que China con el crecimiento de su economía durante los últimos 15 años, se convirtió en un jugador importante en el concierto de la geopolítica global.

 

Ambos países, forman parte del bloque de países emergentes denominado BRIC quienes en la última década, marcaron el ritmo del crecimiento de la economía mundial. El desarrollo de esos países, no sólo fue en el ámbito comercial, también cobró relevancia su influencia política. En 2014, los países miembros de ese bloque, anunciaron la creación de un Banco de Desarrollo multilateral que tendrá su sede en Beijing  con el objeto de hacer frente al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional como las principales fuentes de financiamiento global.

 

Pero en realidad lo que parece ser el foco principal de alerta para los Estados Unidos y podría justificar la investigación de los Papeles de Panamá, es la creciente influencia del gobierno de China en América Latina, región en la que el país asiático, ha volcado sus inversiones, principalmente en los sectores energético y de minería.

 

Durante los últimos cinco años, la inversión China en América Latina creció 133% y el monto alcanza los 83,194 millones de dólares. Brasil y Venezuela, son los países en los que más inversión ha realizado el gobierno asiático, sólo en 2015, Petrobras recibió financiamiento por 10,660 millones de dólares, en tanto que PVDSA de Venezuela, recibió un préstamos por 5,000 millones de dólares, misma cantidad que fue otorgada al gobierno de Nicolás Maduro, mientras que en Argentina se destinaron recursos por 4,700 millones de dólares para la construcción de una planta nucleoeléctrica.

 

En América Latina, están presentes al menos cuatro de las grandes empresas petroleras chinas; China National Petroleum Corporation (CNPC), China Pretoleum & Chemical Corporation (Sinopec), China National Offshore Oil Corporation (CNOOC) y Sinochem Group, todas ellas, propiedad del gobierno de Xi Jinping. El interés de China por la extracción de petróleo y gas en América Latina, no sólo podría obedecer a cubrir su demanda, también son inversiones estratégicas que en el concierto geopolítico, representa influencia en una región en la que hasta antes del boom económico del país Asiático, estaba bajo el control de los capitales y empresas de los Estados Unidos.

 

En Argentina, la petrolera CNOOC adquirió en el 2010 el 50% de las acciones de la petrolera Bridas por 3,100 millones de dólares, a raíz de esta inversión, la empresa asiática extendió su presencia en el sector petrolero de ese país en donde compró el 60% de Pan America Energy por 7,000 millones de dólares quien a su vez, adquirió los activos de ESSO en el país sudamericano por 800 millones de dólares. Sinopec por su parte, compró los activos de la estadounidense Occidental Petroleum por 2,450 millones de dólares.

 

La minería es el otro sector en el que China tiene importantes inversiones en América Latina; en los dos últimos años, ha realizado inversiones importantes en Perú. Recientemente en 2014, adquirió la empresa minera Las Bambas por 20,000 millones dólares de donde extraerá cobre y hierro principalmente, con esta inversión, se estima que las inversiones chinas controlan el 33% del sector minero peruano.

 

En Chile, las inversiones chinas aún son incipientes pero sus focos son muy claros: la minería, sector en el que el país sudamericano es el productor más grande de cobre a nivel mundial y en el sector energético, en donde presenta algunos déficits de producción de energía eléctrica; hasta el momento, el país Asiático a destinado 4,100 millones de dólares en inversiones en ambos sectores de ese país.

 

La agricultura es otro sector en el que los inversionistas chinos tienen presencia en América Latina principalmente en la producción de soja, segmento en el que se estima puede incrementar su presencia de manera importante en los siguientes años.

 

Si analizamos con un poco más detenimiento la creciente presencia de las inversiones chinas en América Latina y los sectores por demás estratégicos en los que ha ganado presencia en la región, así como su crecimiento e influencia al parecer sólo económicos hasta el momento, nos obliga a voltear hacia los mercados internacionales y tratar de entender un poco la gran turbulencia financiera que se vive hoy día.

 

Si bien es cierto que la economía China se ha desacelerado, ello no significa necesariamente que haya perdido su poder y capacidad de influencia para incidir en los mercados mundiales; sin embargo parece no ser casualidad que hayan sido precisamente los precios de los commodities los que iniciarán el nuevo ciclo de crisis económica que estamos presenciando hoy día. El petróleo redujo su precio en más de 60%, el cobre bajó 58%, el zinc 43%, el niquel 74% y el plomo 46%, mientras que los precios de la soja han disminuido 18%.

 

Los papeles de Panamá entre otras cosas, revelan la facilidad y la impunidad con la que se pueden mover los capitales de un lugar a otro y de un país a otro, sin que exista un agente regulador que vigile los montos y el destino a donde llegan esos flujos de dinero. La crisis de 2008 en parte fundamentó sus causas al nulo control del trasiego de bonos y capitales de un lugar a otro sin vigilar montos y destinos.

 

China tiene inversiones en diversos sectores en la región en los que figuran el sector de alimentos y el sector de infraestructura, y es quizás éste último el más relevante por lo que significa el proyecto de la construcción del canal de Nicaragua; más de 50,000 millones de dólares podría costar a la empresa china HKDN que invertirá en ese proyecto y estará a cargo de la construcción de lo que podría significar el proyecto más grande del siglo.

 

La construcción del canal de Nicaragua, no sólo significa una oportunidad de negocios para los inversionistas interesados en llegar a la región, ni tampoco la ventaja de reducir tiempos y costos en la entrega de mercancías, lo que aceleraría el intercambio comercial en todos los rincones del planeta. Representa una oportunidad para China de tener una importante presencia económica y política en el concierto del ajedrez geopolítico mundial.

 

Ese sólo factor, justificaría de lleno la mano de los Estados Unidos detrás de los Papeles de Panamá quien podría estar viendo una amenaza potencial a su influencia regional y a su seguridad militar en la región Latinoamericana. Los presidentes de China y de Rusia,  han realizando al menos unas dos giras en los últimos cinco años a diversos países de la región, entre ellos, Nicaragua, Brasil y Venezuela, mientras que los presidentes de Perú, Bolivia y Argentina entre otros, han realizados diferentes visitas de estado a esos países.

 

En el caso de México, está claro que se cuece aparte, aunque existen importantes inversiones chinas en la minería y el sector automotriz en el país, está claro que no necesariamente el alejamiento con los inversionistas chinos obedece sólo a los aspectos de corrupción que han tirado al menos dos mega proyectos de inversión del país Asiático en nuestro país.

 

Los Papeles de Panamá, bien podrían ser una caja de pandora que encienda los focos rojos de la seguridad y paz mundial en la medida que los Estados Unidos decidan ir a fondo en dicha investigación para golpear a sus rivales geopolíticos. Esto en el entendido, de que ese país, esté efectivamente detrás de esas indagaciones, en las que por cierto, no aparece por el momento, ningún empresario ni político estadounidense involucrado.

 

@ijm14

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