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Autocuidado para defender derechos humanos

Confirmé la decisión tomada meses antes, de no continuar acompañando al equipo de Servicios de Inclusión Integral y Derechos Humanos A.C | Diana Avilés

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Escrito en HIDALGO el

Llevamos cuatro meses en contingencia por el covid-19 y durante este tiempo las acciones en la calle, en las escuelas y en las instituciones públicas de manera presencial, han sido detenidas en varios momentos (aunque muchas personas no pueden y otras no quieren hacerlo). Para quienes tenemos el privilegio de trabajar desde casa la mayor parte del tiempo, las tareas han seguido e incluso se han intensificado, por los retos que se presentan al trabajar a distancia. 

Este tiempo ha sido suficiente para terminar de definir las acciones y los anhelos que tengo para el mediano plazo; compartí con mis personas cercanas el desayuno, el deporte, el diálogo, el té por las noches, cosas que no hacía desde hace bastante tiempo.

Esto me permitió confirmar la decisión tomada meses antes de no continuar acompañando al equipo de Servicios de Inclusión Integral y Derechos Humanos A.C (SEIINAC) desde la Dirección Ejecutiva, puesto que he desempeñado desde el 2015, y no por poco compromiso con la defensa y promoción de los derechos humanos, con el acompañamiento de víctimas, o porque las relaciones en el equipo no sean buenas, al contrario, de la dirección de SEIINAC me llevó grandes aprendizajes, amorosas amistades, una gran familia elegida y un profundo compromiso con la justicia social.

En definitiva, no soy la misma mujer que a los 22 años asume tan grande reto, soy una mujer distinta, una con mucha convicción de lo que ya no quiere para sí misma, para las mujeres cercanas y para las poblaciones más vulneradas en todo el territorio mexicano.

Muchas han sido las barreras, de inicio, individuales (con un trasfondo social, resultado de la cultura machista), ejemplo de ello sería el no creer que mi voz y mis decisiones podían ser escuchadas y tomadas en cuenta, lo que cambió cuando entendí que estar aquí es el resultado de la lucha por nuestros derechos de miles de mujeres en el mundo, en México y en Hidalgo. Por otro lado, el adultocentrismo y el machismo que me ponían el pie cada vez que podían, por ser joven y por ser mujer, mismas que en compañía, cobijo y complicidad, poco a poco fui enfrentando.

Ahora entiendo que quiero contribuir a un mundo mejor para todas y todos, pero no desde el sacrificio, desde el estrés, el cansancio, la tristeza, desde el ser y estar para las otras y los otros siempre, sino desde el poner y ponerme límites, desde del placer, el disfrute conmigo y con las otras.

Me voy del espacio de la Dirección con muchos aprendizajes y con muchas tareas que atender, pero estoy comprometida con dedicar los siguientes meses a defender el territorio, mi territorio, mi cuerpo y mi alma, a cuidarme, a sanarme, a valorarme, a amarme; pero también me voy, dando las gracias a todas las que me han acompañado en esta aventura, por las enseñanzas, por las complicidades, por las alianzas, por los cuidados, por las risas, por los llantos, por los amores, por los vinos y por la fiesta, la fiesta que es la vida.