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Auditoría Superior de la Federación, están mal sus datos

Hasta ese momento, la información de la Auditoría Superior de la Federación, es cierta, “salvo prueba en contrario”. | José Roldán Xopa

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Escrito en OPINIÓN el

“Están mal sus datos”, afirma el presidente como respuesta al Informe de la Auditoría Superior de la Federación.

Pero ¿cómo saber si, en verdad, sus datos están mal?

No basta que haya una afirmación sobre la información, sino que haya veracidad tanto en la afirmación como de la información sobre la que se habla. Tanto el presidente como la ASF deben ser veraces.

¿Cómo se obtiene la información de la Auditoría Superior?

Se trata de información del ejercicio de la cuenta pública del 2019  ( http://informe.asf.gob.mx/), y que comprende, principalmente tanto al gasto del gobierno federal como del gasto federalizado que ejercen las entidades federativas.

Previo al informe presentado el 20 pasado, se habían entregado ya a la Cámara de Diputados, 1358 informes individuales.

La información analizada proviene de los sujetos fiscalizados y de las auditorías realizadas. Estas últimas abarcan una muestra del 35.1% del universo total tratándose de los poderes de la unión, la administración pública federal y los organismos autónomos; en el caso del gasto federalizado abarca el 88.1% del universo.

De lo anterior, se tiene que la información de la Auditoría se obtiene de las fuentes originales de los datos.

Veamos un ejemplo:

En el informe sobre la Situación del Aeropuerto de Texcoco, se dice:

“… pagó 86.4 mdp por servicios que ya estaban incluidos en los alcances de tres contratos celebrados previamente”. (página 31 del Informe General Ejecutivo)

Esto es que una vez que la ASF revisó la documentación contractual, los archivos del ente fiscalizado, la información sobre las operaciones en las cuentas bancarias, etc., afirma que se pagó dos veces por el mismo servicio. La ASF, como Santo Tomás, tiene que poner su dedo en la llaga para tener por cierto un hecho. No puede especular, imaginarse, elucubrar, hacer conjeturas.

La veracidad de algo tiene como presupuesto en primer término que aquello sobre lo que se dice algo, exista. Esto es, por ejemplo, que los tres contratos a los que se refiere existan, y, por supuesto, que se hayan hecho los pagos, (lo cual se demuestra con las transferencias electrónicas, los cargos a las cuentas, los datos del beneficiario, etc.). Son hechos apreciables por los sentidos. Son hechos cognoscibles. En segundo término, debe haber una correspondencia entre los hechos y el significado que se les da. 

Por ejemplo, si se trata de un mismo servicio (y no de otro), si ese mismo servicio es al que se refieren los contratos (y no de otros) y si hay diversos pagos sobre el mismo servicio (y no de otros), puede decirse que la afirmación en principio, es cierta.

¿Cabe la posibilidad de que no sea cierta?

Sí, cabe esa posibilidad, pero ¿qué se requiere para desvirtuarla? Se requiere que haya otra información con la que sea contrastable. Por ejemplo, que no se trate del mismo servicio y que sea otro, que los contratos no existan, o que sean contratos que se refieren a servicios distintos, que no se hayan hecho los pagos, o que los pagos correspondan a distintos servicios.

¿Basta la afirmación de que hay otros datos para desvirtuar la afirmación de la ASF? No, no basta, se requiere que la afirmación de falsedad sea respaldada por pruebas (documentos, estados de cuenta, acreditación de que son servicios distintos, etc.).

Hasta ese momento, la información de la Auditoría Superior de la Federación, es cierta, “salvo prueba en contrario”.