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Así se burla una derrota

La vieja diplomacia mexicana tiene un dicho que aplican todos los partidos: “en la política nunca se pierde” | Omar Pérez Díaz

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Escrito en HIDALGO el

A nadie le gusta perder. Ni en las urnas, ni en el futbol.

México pasó por ese amargo trago contra Estados Unidos, el pasado domingo seis de junio, en el cerrojazo de la Copa de Naciones.

Nuestros vecinos del norte se impusieron 3-2 en la prórroga de un intenso duelo que casi llega a los penales. El portero Ethan Horvath detuvo una pena máxima que pateó Andrés Guardado en el último suspiro del tiempo extra.

Los comentaristas de TV se quejaron de un mal arbitraje, pretexto que nadie del Tricolor secundó; Gerardo Martino y sus jugadores hicieron lo que cualquier buen entrenador sugiere ante una caída: “Hay que cerrar la boca, tragarte la bilis y felicitar al ganador”.

Somos malos perdedores…

Los paisanos reunidos en el estadio Empower Field, en Denver, tuvieron un comportamiento deplorable durante la ceremonia de premiación, abucheando e insultando a los campeones.

Millones de personas tenían la misma sensación en nuestro país… y no era culpa del futbol.

Más de 21 mil cargos de elección popular se decidieron en la votación más grande de la historia. Obviamente, el número de candidatos perdedores se multiplica hasta por cinco en la ecuación matemática del proceso.

Por fortuna, en muy pocos rincones de la República hay pleito por resultados que no les favorecen.

La vieja diplomacia mexicana tiene un dicho que aplican todos los partidos: “en la política nunca se pierde”.

Así, en las horas recientes escuchamos y leemos que el PRI, el PAN, el PRD y hasta el Verde Ecologista “arrebatan” espacios en las cámaras de diputados, mermando el poder de Morena que, a su vez, presume triunfos en las gubernaturas y control en congresos de varios estados, Hidalgo, entre ellos.

Otros institutos como Movimiento Ciudadano se toparon con triunfos inesperados; el mayor ejemplo, Nuevo León, con Samuel García, aquél pobre muchacho al que su papá hacía madrugar los sábados, “crudo”, para jugar al golf.

Así que olvídense de escuchar al presidente, a gobernadores o a dirigentes de partidos decir “perdimos”; lo más cercano que pronuncian suena con ambigüedad: “las tendencias no nos favorecen”.

Y ante la peor de las evidencias, el recursos es decirse víctimas de “fraude”. Ese disparate argumentó el actor Alfredo Adame para explicar que apenas recibió el 1% de la votación en la alcaldía Tlalpan de la CDMX.

Todos huyen de la derrota y los políticos son especialistas en eludirlas.

El “Tata Martino" ya se enteró: en cuestión de resultados, los mexicanos somos más exigentes con el técnico de la Selección Nacional que con sus autoridades.

REMATE

El politólogo norteamericano William Riker plantea que “la dinámica de la política está en manos de los perdedores” como un principio para comprender que dentro del juego democrático no hay ganadores eternos sino triunfos y derrotas temporales. Teoría que igual deberíamos aplicar al futbol.