De acuerdo con varias mediciones que han sido publicadas en diversos medios de comunicación, las instituciones denominadas partidos políticos gozan de poca credibilidad entre la población, a pesar de ser, hasta el día de hoy, el principal vehículo de acceso al poder político en nuestro país.
Sin embargo, vale la pena analizar un interesante ejercicio llevado a cabo por la prestigiada empresa Enkoll[1] que, en el mes de marzo, analizó la afinidad partidista de la ciudadanía en nuestro país en el marco de un aniversario más del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Debemos primero, puntualizar que la “afinidad partidista” está relacionada con un vínculo afectivo, de lealtad en su caso, de afinidad, de simpatía o relación hasta legal que puede existir entre la ciudadanía y un determinado partido político que, generalmente, lo lleva a votar por tal o cual institución partidista en época electoral.
Dicho lo anterior, Enkoll muestra que el sentir de la población, independientemente de su preferencia de voto, se identifica de la siguiente manera con algún partido político, de octubre de 2018 a febrero de 2019:
· Con el partido político Morena, en octubre contaba con un 31% de la afinidad partidista, pero para febrero de 2019 alcanzaba ya el 43%.
· El PAN contaba en octubre con el 13% y para febrero de este año ya había descendido 5 puntos porcentuales colocándose en un 8%.
· El PRI y el PRD, si bien guardan una afinidad baja, son los que más consistencia han tenido. El PRI de un 10% de afinidad en octubre de 2018, pero llega a febrero de este año con un ligero repunte de un dígito más. Por su parte, el PRD se mantiene con un 4% de afinidad ciudadana.
Otros datos interesantes están relacionados con la posición de los partidos políticos contrarios a Morena, que otorgaron una aprobación al trabajo realizado por López Obrador.
En este sentido, los ciudadanos que se declararon afines al PRI, (febrero de 2019) dieron una opinión favorable a López Obrador con un 71%.
Pero tal vez el dato más representativo se deriva de la calificación que, en una escala del 1 al 10 donde 1 es lo mínimo y 10 la más alta calificación, los ciudadanos que se manifestaron afines al PRI, le otorgaron, en un 48%, una calificación buena, es decir, entre 9 y 10 puntos; un 29% le brindó una calificación de entre 8 y 7 puntos. Estos datos le dan una calificación de 7 puntos, lo cual no es nada malo pensando en que dichos parámetros evaluativos fueron dados por gente distinta o de afinidad diferente a Morena.
Con estos datos podemos establecer, aunque sea de forma superficial, algunos aspectos que bien pudieran ser analizados con mayor profundidad:
1. Si bien la ciudadanía guarda una mala opinión de los partidos políticos, tiene en época electoral, alguna afinidad partidista.
2. La afinidad partidista no se relaciona directamente con la falta de reconocimiento a un buen o mal trabajo de quien ostenta el poder, inclusive si pertenece a una fuerza política contraria a la afinidad partidista que determinados ciudadanos guardan.
3. Muy probablemente la afinidad partidista esté determinada por múltiples factores como: tradición o simpatía, pero esto no necesariamente significa que en elecciones se pueda votar por dicha afinidad sino por quien tenga las mejores propuestas y alternativas.
4. Parecería que la afinidad partidista se gana en razón de los resultados que un gobierno demuestre en la aplicación de políticas públicas en beneficio de la población.
5. Sería bueno conocer la temporalidad de la afinidad partidista. Sin embargo, estoy seguro que es lo más cercano a la lealtad que la militancia, candidatos o legisladores guardan a su partido, es decir, cambian según las circunstancias, beneficios o intereses.
Bien por este tipo de estudios realizados por Enkoll que permiten conocer otras perspectivas de la población y que nos dan pauta al comportamiento de la sociedad. ¡Hasta la próxima!
Las batallas de Puebla y de Baja California
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[1] Enkoll: http://www.enkoll.com