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A la persona a quien más dañé | Parte 1

“Quiero perdonarme y empezar de nuevo, conmigo mismo” | José Antonio Alcaraz

Por
Escrito en HIDALGO el

Heme aquí otra vez, sumido en un torbellino sinsentido que me revuelca, me tira y me mata en vida. Heme aquí otra vez, aturdido por esos fantasmas que me nublan la mente, me abren las heridas y me apagan el corazón; heme aquí otra vez, con mi silencio que tiene muchas ganas de gritar; heme aquí otra vez, sin un sentido para vivir…  

Hace un tiempo, cuando me recuperaba física, mental y espiritualmente, después de que, literalmente, perdí la vida por unos instantes cuando me llevaban de urgencias en ambulancia a un hospital, Santiago, un amigo que me sostuvo en esos momentos tristes, me dejó un trabajo para sanar: “has una lista donde incluyas a todas las personas a las que has dañado y las que te han hecho daño”.

Con dificultad escribí esa lista con mi mano izquierda, pues la derecha estaba destrozada e inmovilizada dentro de yeso. Fue difícil. No por la condición física en la que me encontraba, sino porque era doloroso revivir esos recuerdos.

Por fin terminé. Se la presenté y me hizo la observación que estaba incompleta y añadió: ‘Escudriña más en el fondo y me la traes otra vez’. Volví a hacer la lista, ahora más detenidamente, pero con el mismo miedo.

Días después, le volví a mostrar la carta. Resulta que seguía incompleta, pero esta vez no me dio una tercera oportunidad para rehacerla, así que me exigió repetir ese ejercicio, pese a que me dolía el corazón y la mano de tanto forzarla para escribir, pues no soy surdo.

Se acabó su paciencia y me dijo: “eres TÚ a quién más has dañado. No te has permitido ese amor, esa dignidad, ese cuidado ni esa soberanía. No has sabido defenderte, has dañado tu cuerpo, tu mente y emociones. TÚ ERES TU PRINCIPAL VICTIMARIO”, me dijo.

Sus palabras me cimbraron y me desquebrajé. Lloré. También me enfadé conmigo mismo y recordé situaciones que permití, desde el no cuidar mi cuerpo, consumiendo sustancias toxicas o alimentos chatarra, hasta permitir que las demás personas me lastimaran con sus acciones y palabras.

También, remembré las veces que generé pensamientos convertidos en emociones que me dañaron y produjeron enfermedades físicas y del alma; desde luego, en esta GUERRA DE INCONCIENCIA, hubo daños colaterales: afecté a otros con mis actos y también permití que me afectaran. 

Lo anterior forma parte de un proceso que hice hace más de una década para PERDONAR, en esa transición del despertar de ‘mi Noche del Alma’. Perdonarme, fue una tarea del diario, un atributo de mi verdadera esencia (esa que no ha creado ningún Dios), un bálsamo que sana las heridas, incluso, las actuales.

¿A QUIÉN NO LO HAN LASTIMADO EN ALGÚN MOMENTO? A mí, me ha pasado muchas veces: hoy levanto mi brazo, donde tengo una cicatriz enorme. Aunque, también he lastimado a otros y me he lastimado yo mismo. He sido víctima y victimario, eso me ha permitido aprender. Hoy, lo único que quiero es paz, compañía para caminar lo que me resta de vida e ir ligero por la vida.

EL SIGNIFICADO DE PERDONAR

Perdonar tiene su raíz en ‘Perder’ y ‘Donar’, es decir, TRANSMUTAR la energía generada que te liga al pasado, hiere, culpa, frena, frustra, conmisera, atemoriza y te aleja de las oportunidades. Es un acto de ALQUIMIA. 

Al disiparla, se interrumpen los llamados ‘ciclos negativos’, esos que en la práctica son oportunidades. Sí, OPORTUNIDADES. ¿Has notado que hay situaciones, personas con determinada característica o patrones que se repiten en tu vida?

Los sentimientos, emociones y la bioquímica generada (manifestada a través de enfermedades) es desatorada de tu ser e incluso, suelen venir de otras encarnaciones (sí, después de morir, me ha tocado recordar otras vidas) en esta CÁRCEL donde naces, creces y mueres y vuelves a nacer, vuelves a crecer y vuelves morir una y otra vez.  

En la siguiente columna CONTINUARÉ con estas experiencias del perdón de forma individual y colectiva, esa mi historia que resulta oportuna para sanar las heridas de mi presente. Y sí, en algún momento, morí, pero me regresaron al cuerpo, esa vivencia la contaré en otra ocasión, sea en una columna o en un libro. 

IMPORTANTE: Aprovecho para hacerte una invitación para un “Taller de Perdón” que se impartirá en el CELAE Pachuca, un espacio de psicoterapia y desarrollo humano. Será el próximo sábado 2 de octubre, este es el número de contacto: 771 203 1520

GRACIAS.