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A 200 años de la consumación de la Independencia

Celebro el nacimiento de esta nación a la que pertenezco, sin hacer de lado el dolor y la muerte que trajo para los pueblos originarios de este territorio

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Escrito en HIDALGO el

Hace 200 años, el 28 de septiembre de 1821, se firmó el acta de independencia de nuestro país. Fue el surgimiento de México como tal. Desde ese momento es una nación libre y soberana, aunque desde ahí surgió el conflicto interno del modelo de país y de gobierno que debería seguirse.

El país se dividió en dos y eso originó guerras internas que luchaban porque fuera su proyecto de nación el que ganara.

Yo quiero en este artículo celebrar el nacimiento de esta nación a la que pertenezco, sin hacer de lado el dolor y la muerte que trajo para los pueblos originarios de este territorio.

También creo que es necesario meditar sobre el tema, estudiar sus repercusiones en el presente y hacer lo que necesario para lograr justicia social. Pero no solo de dicho, pensarnos como descendientes de españoles e indígenas, sin dolor, sin trauma. Descolonizar nuestras ideas y pensamientos, entender porque somos así desde el pasado, para eso puede ayudar la Historia.

Decía un párrafo atrás, que en esta ocasión quiero celebrar lo que somos, el país que existe  y el que poco a poco construiremos mejor. Ese país maravilloso desde el punto de vista cultural, gastronómico y artístico. Reflejo de la unión de Europa y las culturas originales de este territorio.

Todos nosotros somos el resultado perfecto de lo que ha ocurrido en el pasado, nuestro color de piel, el idioma que hablamos, que aun cuando es español, tiene toda una carga de cosmogonía y palabras prehispánicas, la comida, la música, la arquitectura, religión, conocimientos científicos, arte, vegetales, animales, tecnología, costumbres, comercio, industria, formas de gobierno, etc.

Somos una nación mestiza porque estamos integrados por 2 culturas base, una de los pueblos indígenas de Mesoamérica y otra de las culturas europeas, africanas y asiáticas introducidas por España. 

De los pueblos originarios tenemos el ingenio, en buena medida el sentido religioso, una presencia constante de la muerte, gusto por los adornos, por la música melancólica. Conocimiento de las plantas medicinales, el uso más exacto de las Matemáticas. De España recibimos: imaginación exuberante, caballos, ajedrez, varias palabras de nuestro vocabulario, gusto por el adorno y por la danza y música.

En muchos sentidos, las características heredadas por ambas tradiciones se complementan.

Por lo pronto, yo voy a reflexionar en torno a lo que significa ser mexicano y a celebrar mi mestizaje, leyendo (mientras me tomo un rico chocolate con leche y un tlaxcal dorado con queso).