HIDALGO (La Silla Rota).- Por Oficialía de Partes, y por medio del secretario de Gobierno Simón Vargas Aguilar, el gobernador de Hidalgo, Omar Fayad Meneses, entregó su segundo informe al Congreso del estado, que se encuentra en un receso indefinido después de que el grupo parlamentario del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que es mayoría, protestó por la reelección de la priista María Luisa Pérez Perusquía como presidenta de la Junta de Gobierno.
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Cuestionado sobre si el jefe del Poder Ejecutivo, al no asistir al recinto, emitiría un mensaje con respecto a su segundo año de mandato, Vargas Aguilar dijo que el gobernador “siempre tiene buenos mensajes” y que las diferencias en el Congreso entre grupos parlamentarios deberán dirimirse al interior, después de que Morena acusara a Fayad de intentar interferir por medio de la reelección de Pérez Perusquía, además de que lo responsabilizó de las reformas que aprobó la mayoría del PRI, con el respaldo de partidos aliados, previo a la instalación de la LXIV Legislatura, entre las cuales están cambios a la propia normativa de la Cámara.
Aunque sólo ganó un distrito, el de San Felipe Orizatlán, y obtuvo cuatro curules plurinominales, el Revolucionario Institucional mantuvo la presidencia de la Junta de Gobierno con el apoyo de Acción Nacional (PAN), Encuentro Social (PES) y Partido del Trabajo (PT).
Morena, que tiene 18 legisladores de mayoría, recriminó no haber obtenido la posición, y demandó hacer valer el artículo 99, fracción segunda, de la Ley Orgánica del Congreso, la cual expresa: “La Junta de Gobierno tomará sus decisiones por consenso, pero en el caso de que éste no se obtenga, las adoptará por mayoría de votos de los coordinadores de los grupos legislativos, quienes dispondrán de voto ponderado conforme al número de diputados que integran sus respectivos grupos respecto del total de la Legislatura”.
Por ello, afirmó, "Morena representa 56.6 por ciento de las decisiones de este órgano”.
Sin embargo, a través de su área de Comunicación Social, el Poder Legislativo contradijo esa interpretación, y aseveró que el voto ponderado sólo aplica para decisiones posteriores a la elección de la Junta de Gobierno. Además, aseguró que el receso decretado por el presidente de la mesa directiva de septiembre, el morenista Humberto Veras Godoy, no tiene ningún sustento.
El pleito entre Fayad y la oposición
El Movimiento de Regeneración Nacional acusó la intervención de Omar Fayad en la vida interna del Congreso en la recta final de la pasada legislatura, la cual aprobó nombramientos de procurador, fiscal electoral y magistrados del Tribunal de Justicia Administrativa, además de reformar la ley orgánica del Poder Legislativo para que la presidencia de la Junta de Gobierno –que siempre ha mantenido el PRI– fuera itinerante y no fuera para la mayor fuerza parlamentaria.
Para impedir esta última modificación, así como que se otorgaran facultades al mandatario para la renegociación de la deuda y para negociar con una reserva territorial en el Altiplano, los entonces diputados electos tomaron la Torre Legislativa; sin embargo, intervino la Secretaría de Seguridad Pública de la entidad y usó equipo antimotines, además de lanzar gases lacrimógenos y emplear toletes contra los manifestantes para disuadir la protesta, lo cual dejó como saldo a nueve heridos, incluida una legisladora –que ayer tomó posesión–, quien fue trasladada por personal de la Cruz Roja.
El gobernador señaló al Grupo Universidad –que dirige el expriista Gerardo Sosa Castelán– como responsable de los actos de violencia que se generaron en el Congreso local el día previo, y afirmó que no está confrontado con Morena, “un movimiento social” que, dijo, respeta.
Por su parte, el líder estatal de este partido, Abraham Mendoza Zenteno, responsabilizó a Fayad del uso de la fuerza pública y llamó represora a su administración.
Morena, además, amagó con un juicio político contra el exsenador, por presuntas agresiones y actos autoritarios.
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