Main logo

Niños: sin tiempo para estudiar ni jugar, solo trabajar

Ramiro abandonó la escuela para trabajar de pepenador y albañil a los 12 años, al igual que él, en Hidalgo hay alrededor de 60 mil menores de edad trabajadores

Escrito en HIDALGO el

PACHUCA.– Algunos niños piden limosna en cruceros, semáforos o plazas públicas y otros como Ramiro son orillados a abandonar la escuela para trabajar, no a cambio de dinero sino de techo y comida.

La Ley federal del Trabajo prohíbe las ocupaciones en menores de 15 años, al igual que el artículo 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Mientras que el Convenio 182 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) establece que una de las “peores formas de labor infantil” es aquella que daña la salud y seguridad de los infantes.

Aunque ninguna de estas leyes o tratados protegió a Ramiro Suárez que inició su vida laboral a los 12 años, lo que implicó dejar de estudiar para usar sus brazos en revolver cemento, cargar tabiques o botes llenos de arena. A veces, remover la basura para separar el plástico del cartón y el cartón del fierro, todo sin un solo peso para su bolsillo.

Como Ramiro -nombre que se modificó por ser un menor de edad- otros infantes y adolescentes que no cuentan con los años permitidos en las leyes mexicanas, trabajan. Situación que ha posicionado a Hidalgo por arriba de la media nacional en la tasa de trabajo infantil, de acuerdo con la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM).

Lee más en LSR Hidalgo: Desdémona, una obra para reflexionar la violencia contra las mujeres

Mientras que a nivel estatal la Secretaría del Trabajo y Previsión Social de Hidalgo (STPSH) cuenta con un protocolo de atención contra labores infantiles, el cual desde 2019 hasta el primer mes de 2020 se activó 127 veces.

LOS MÚSCULOS DE RAMIRO

Cabello corto tipo “mohicano”, así le gusta lucir a Ramiro, un menor de edad moreno, de labios gruesos y con las mejillas rojas, cejas no abundantes, pero con el ceño fruncido casi todo el tiempo, su estatura no rebasa un metro con 60 centímetros, es pequeño, pero desde lejos se nota se ancha espalda y sus brazos cortos, pero musculosos.

Ramiro recuerda que hace dos años sus extremidades lucían delgadas y flácidas, como los de un infante que comienza a dejar la etapa de niñez para entrar a la pubertad, aunque dedicarse a la albañilería fue el detonante para hacer crecer sus músculos, no por vanidad, sino por obligación y necesidad.

Desde la infancia se crió con su abuelo quien a los 12 años lo sacó de la escuela para ponerlo a trabajar y ayudar con los gastos.

En 2018 Ramiro se separó de su familiar, quien lo encargó con dos compadres, un señor de 50 años y una señora de 48, de quienes prefiere no recordar sus nombres, solo su dirección, allá por la colonia Adolfo López Mateos de Pachuca, donde al filo de las 12 de la noche llegaba a dormir en un catre para levantarse a las 6 de la mañana e iniciar su jornada

Hacer mezcla, pegar block, acarrear bultos de cemento, tierra, azulejos o agua, hacer hoyos, rellenar con tepetate superficies, levantar concreto, picar plafón y aplanar, fueron las actividades de Ramiro durante dos años, de lunes a lunes, sin días de descanso o tiempo específico para comer.

Se siente re’ feo todo el día bien cansado, casi sin comer, bien feo, me trataban bien mal con los que estaba viviendo, me exigían perfección a todo y cuando no lo hacía me pegaban con lo que tuvieran a la mano”, dijo.

Cada jornada laboral superaba las 12 horas, porque cuando se concluía la obra Ramiro recuerda que se trasladaba junto con los compadres de su abuelo en una camioneta que conducían hasta una comunidad cerca de Tilcuautla, San Agustín Tlaxiaca, Hidalgo.

Llamaban con una campana a los vecinos para que recoger la basura, después, todos los desechos recolectados los trasladaban al relleno sanitario de El Huixmí, ubicado en Pachuca.

Tenía que abrir todas las bolsas de basura y recoger pet, cartón, el papel y el fierro, también me ponían a recoger lo que encontrara, pero antes tirábamos toda la basura que traíamos en la camioneta, era cargar pesado, hay mucha mosca y huele re’ feo”.

¿Qué recibía un niño de 12 años por trabajo de albañilería y recolección de basura? techo, un catre, una comida al día, casi todos los días huevo.

Actualmente, Ramiro tiene 14 años, aun es menor de edad, pero ya no vive con su abuelo, tampoco con las dos personas que lo hacían trabajar sin remuneración, su cambio de situación jurídica hizo que la patria potestad la tomara otro de sus familiares, quien lo ingresó nuevamente a la educación básica.

Yo sí me daba cuenta que sin estudiar no iba a ser nadie, había perdido las ilusiones, porque me quedé año y medio sin estudiar, yo pensé que toda mi vida iba a ser de chalán y basurero (…) mi forma de pensar ha cambiado, ahora mi pensamiento es voy a estudiar porque no quiero volver a pasar lo que ya pasé”.

La Ley Federal del Trabajo impide labores para menores de 15 años, mientras que “los mayores de quince y menores de dieciséis necesitan autorización de sus padres o tutores”, tal como lo establece el artículo 22 del enunciado ordenamiento.

Asimismo, la ley prohíbe efectuar actividades que resulten peligrosas para la salud, seguridad o moralidad de los menores

Por ello, el numeral 176 considera labores peligrosas para menores aquellas donde exista fauna o flora nociva, agentes químicos contaminantes, el trabajo nocturno o industrial, al igual que las obras de construcción.

Mientras que la fracción tercera del artículo ya mencionado especifica que también son de riesgo las que implican “un esfuerzo físico moderado y pesado; cargas superiores a los siete kilogramos; posturas forzadas, o con movimientos repetitivos por periodos prolongados, que alteren el sistema musculo-esquelético”.

EN HIDALGO HAY UN PROTOCOLO CONTRA TRABAJO INFANTIL, SUMAN 127 ACTIVACIONES

En junio de 2019, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social de Hidalgo (STPSH) presentó el protocolo de intervención interinstitucional: “Trabajo Infantil en Semáforos, Cruceros o lugares similares”, aunque desde marzo del mismo año se activó una etapa de prueba.

Desde el programa piloto, que se efectuó en el primer trimestre del año pasado hasta el último día de enero de 2020, el protocolo se activó 127 veces cuya incidencia se concentró en Pachuca, Mineral de la Reforma, Actopan, Ixmiquilpan, Tulancingo, Tizayuca y San Salvador, informó Ivonne Montiel Ángeles, directora general de la STPSH.

El programa se implementó al detectar que, en cruces, semáforos, centrales de abasto o plazas públicas había niños comercializando artículos o pidiendo dinero, sector que “no está por gusto” precisó Montiel Ángeles, sino por factores externos como pobreza o desintegración familiar.

Dicho protocolo de trabajo infantil consiste en tres fases: la primera es la intervención en la cual participa la Procuraduría de la Defensa del Menor, la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CDHEH) y la policía, último organismo que solo realiza una vigilancia perimetral, toda vez que “en algunos estados se ha presentado que los niños son objeto para bandas o situaciones que podrían constituirse como trata de personas”, acotó Montiel Ángeles.

En la intervención se concientiza a los padres de familia o en su caso a cualquier acompañante del infante sobre el trabajo en menores, para después activar la segunda fase y restituir los derechos vulnerados de los niños, ya que, de acuerdo con la funcionaria, se ha detectado que los infantes que trabajan carecen de acta de nacimiento, cartilla de vacunación o tienen problemas de salud.

El último ciclo del protocolo es la evaluación para analizar la restitución de los derechos y en su caso, ofertar trabajo a los padres de los niños y así evitar que regresen a zonas públicas.

Sin embargo, la funcionaria estatal refirió que de los 127 casos en donde se activó el mecanismo, solo cuatro pasaron a la restitución de derechos de los infantes; lo que significa 3.15 por ciento del gran total. Además, hasta el momento no se ha vinculado a ningún adulto a un trabajo fijo porque rechazan las ofertas.

Cuando se les da a conocer la oferta laboral deciden no aceptarla. En algunos casos los padres que son los adultos que vemos en los semáforos consideran que ellos ya tienen conocida su actividad en el semáforo y deciden continuar ahí, pero les decimos que es importante que no lleven a los niños”.

Otra de las razones por la cual no se restituyen los derechos se debe a que las 127 ocasiones que se activó el protocolo fue en Hidalgo, aunque no todos los casos correspondieron a personas oriundas del estado.


Montiel Ángeles argumentó que algunos niños eran originarios de Honduras, El Salvador y Guatemala y, por lo tanto, vienen de paso por la entidad acompañados de sus padres migrantes.

Aunque son extranjeros se les da la atención y orienta “pero ya no se continua con la fase porque se van del estado”.

La directora general de la STSPH evocó que, de acuerdo con cifras del Módulo de Trabajo Infantil, en 2015 había 67 mil niños laborando en Hidalgo, cifra que para 2017 disminuyó, ya que se contabilizaron 6 mil infantes menos en dicha condición, por lo que expresó se continuará colaborando con el Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes, sindicatos y confederaciones patronales para evitar usar mano de obra de menores.

HIDALGO SUPERA LA TASA DE TRABAJO INFANTIL: REDIM

La Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), informó a través de su balance anual 2019 que la entidad supera la tasa de trabajo infantil prevista a nivel nacional.

En dicho documento que analiza los desafíos que enfrenta la niñez y la adolescencia en el país, la REDIM expuso que Hidalgo cuenta con una tasa de trabajo de 12.6 entre la población de 5 a 17 años.

Mientras que el promedio previsto a nivel nacional es de 11.0 entre los menores de edad; es decir, Hidalgo supera los límites que contempla la tasa nacional tanto en infantes como adolescentes.

Incluso, las estadísticas que estableció esta Red que opera en el país a través de una coalición de 75 organizaciones de la sociedad civil, muestra que existen índices menores en estados de México como: Morelos, Nuevo León y Querétaro, cuyas tasas oscilan en 7.5, 7.1 y 5.3, respectivamente.

En su informe 2019, la Redim también expuso que “los niños y adolescentes se volvieron invisibles” para el gobierno federal que encabeza Andrés Manuel López Obrador, debido a los recortes presupuestales y eliminación de programas enfocados al sector de la salud y la cultura.

Asimismo, la Red acotó que “dejar fuera a la niñez de los programas prioritarios responde una mirada adultocéntrica que considera a niñas, niños y adolescentes como ‘objetos de protección’ de su grupo familiar”.

TRABAJO + NIÑEZ DESAPARECIDA + HOMICIDIOS CONTRA MENORES

Adicional al trabajo infantil, la Redim reportó que al corte del segundo semestre de 2018 en Hidalgo existían 59 menores de edad desaparecidos, situación que afectó en mayor medida a las mujeres, toda vez que, del total, 38 correspondieron a este sector y 21 fueron varones.

Mientras que en el rubro nacional se detectaron 6 mil 614 menores sin localizar. Aun con las estadísticas reportadas, la Red precisó que el Registro Nacional de Personas Desaparecidas dejó de actualizarse desde abril 2018, lo que impidió conocer el estatus actual respecto a la desaparición.

Partiendo de las estadísticas de 2018 que también publicó la REDIM, se encontró que Hidalgo figuró en la posición 22 a nivel nacional por el número de homicidios perpetrados contra infantes y adolescentes.

Las numerarias reflejaron que en la entidad se registraron 18 homicidios contra personas de 0 a 17 años. La mayoría de los casos fueron contra hombres ya que se ejecutaron 13 homicidios, mientras que en los cinco restantes murieron mujeres que no habían cumplido la mayoría de edad. 

Desde hace 10 años la Red por los Derechos de la Infancia realiza estudios anuales a fin de identificar los progresos y en su caso, retrocesos en el cumplimiento de leyes y compromisos en materia de derechos humanos.




emh