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La larga y costosa agonía de los mini partidos

El principal obstáculo para la liquidación de los partidos políticos que nacen y mueren en un promedio de un año, son los juicios laborales

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La liquidación de un partido político nacional puede tardar años, luego de perder su registro ante el Instituto Nacional Electoral (INE), si no alcanza el porcentaje mínimo de votos que obliga la legislación electoral. Un ejemplo, en 2021 continúa el trámite de liquidación del Partido Humanista, que perdió su registro en 2015.

Lo mismo sucede con los partidos Nueva Alianza y Encuentro Social, que perdieron el registro nacional en 2018. Incluso, estos partidos intentaron “renacer” en los llamados Redes Sociales Progresistas y Encuentro Solidario, pero volvieron a perder el registro este año, al no conseguir, al menos, 3% de la votación nacional.

El principal obstáculo para la liquidación de los partidos políticos que nacen y mueren en un promedio de un año, son los juicios laborales interpuestos por quienes fueron empleados, por falta de pago de salarios o prestaciones; también, por el tiempo que tardan en devolver dinero al INE y vender sus propiedades.

El último reporte de la autoridad electoral, publicado en enero de este año, precisó que, para la completa liquidación del Partido Humanista se está en espera de la resolución de 194 juicios laborales, de los cuales, 152 están en etapa de instrucción y 40 el proyecto de laudo. Hay dos juicios más en espera de sentencia por amparos promovidos.

En el caso del Partido Nueva Alianza (Panal) falta por concluir la venta de los bienes muebles, así como sus obligaciones pendientes de pago ante el INE. Del Panal ya se vendieron ya la mayoría de los inmuebles ubicados en la Ciudad de México, pero faltan otros en Tabasco, Tamaulipas y Baja California; y arrastra un juicio con un trabajador.

En el caso del Partido Encuentro Social se espera la resolución de siete juicios: cinco laborales y dos mercantiles. Igual está por concluir la venta de varios bienes muebles.

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Pamela San Martín, exconsejera electoral, explicó que “lo más tardado es determinar con qué trabajadores se tiene adeudo, porque se pueden presentar juicios ante las juntas laborales locales y esto lleva tiempo”. “Hasta que éstos no concluyen, no se tiene certeza del número de trabajadores de un partido”, dijo.

La ley no marca un plazo que límite el periodo de liquidación de un partido, pero el pago de sus deudas –para lo que se venden sus bienes y activos– debe ser tener un orden: trabajadores, impuestos, multas de autoridades y acreedores (empresas y proveedores).

En la etapa de liquidación, el INE asigna –por sorteo– un interventor para cada uno. Esta figura juega un papel clave, pues de él dependen las estrategias para la venta del patrimonio que cada partido tuvo. La clave es convertir sus bienes en dinero líquido para pagar las deudas y, solo si sobra algo, reintegrarlo a la Tesorería de la Federación (Tesofe).

NO DEVUELVEN EL DINERO

El caso del Partido Sociedad Nacionalista fue un parteaguas en la historia electoral de México, pues el instituto político aplicó la frase popular de “lo caído, caído” para rehusarse a devolver el financiamiento público que recibió para las elecciones del 2000.

Arturo Sánchez, exconsejero electoral y actual profesor investigador del Tecnológico de Monterrey, recordó la historia. “Sociedad Nacionalista perdió su registro antes de que hubiera cualquier procedimiento de liquidación, pero el partido desapareció y sus dirigentes se fueron con mucho dinero. Ya no se les encontró, se supone que se dieron a la fuga fuera del país y los adeudos eran cuantiosos, pero se llevaron el dinero”.

El presidente del entonces partido, Gustavo Riojas, aseguró que el dinero era producto de un negocio familiar y así conservó el control de las chequeras donde el partido guardaba los recursos públicos que les otorgó el Instituto.

El entonces Instituto Federal Electoral (IFE) notó irregularidades como pagos de millones de pesos a empresas del propio Riojas, y lo llamó a rendir cuentas. Fue entonces que los líderes del partido dejaron de contestar llamadas y luego desaparecieron.

“Se dio parte a las autoridades por falta de rendición de cuentas a la autoridad porque nosotros legalmente no teníamos elementos para acreditar un robo; simplemente establecer la anomalía de que el partido había desaparecido sin dejar comprobación del uso del dinero que se les otorgó. Desconozco el estatus actual del caso”, dice Sánchez.

El partido, creado en 1998, participó en las elecciones presidenciales del 2000 y perdió su registro en las elecciones intermedias de 2003. El columnista Leo Zuckerman documentó que Riojas formó la Sociedad Nacionalista cuando la ley electoral requería obtener solo el 2% de la votación en una elección nacional.

A partir de esta historia, el IFE modificó las reglas para liquidación de partidos y estas se incluyeron en la reforma electoral de 2007. “Entonces se facilitó la intervención de la autoridad electoral a los partidos durante la fiscalización y, de esa manera, iniciar los procesos de liquidación en caso de perder el registro”, precisó Arturo Sánchez.

“ESTÁS QUE TE VAS, Y TE VAS…”

Trabajadores del Partido del Trabajo (PT) recordaron que, en 2015, este instituto estuvo a punto de perder el registro nacional. Tras lograr la anulación de un distrito y repetir la votación, recuperaron los votos que les faltaban… y su registro también.

En diciembre de aquel año, su sede, ubicada en la colonia Roma de la Ciudad de México, era fantasmal. La mayor parte de los empleados habían sido enviados a casa y apenas unos cuantos empacaron expedientes y papelería.

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En aquella ocasión, no hubo entrega de pavos navideños y algunos empleados denunciaron que tampoco recibieron aguinaldo. En enero 2016, tampoco hubo Rosca de Reyes. En cuanto les confirmaron que no perderían el registro nacional, el INE les devolvió el acceso a sus chequeras y todo “volvió a la normalidad”.

Pero este año, el PT y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) volvieron a estar al filo de la pérdida del registro nacional. A pesar de las alianzas, el PT sólo consiguió 3.1 % de la votación; mientras que el PRD obtuvo 3.5%.

Con las reformas electorales, hoy, la liquidación de un partido depende de cuánto quiere colaborar con la autoridad electoral. Pamela San Martín relató cómo vivió este proceso en su paso por el INE. “Son procesos muy tardados y requieren de una inversión de tiempo y esfuerzo muy grande. Si no me falla la memoria, en el tiempo que estuve en el INE, no pudimos terminar de liquidar ninguno”.

En el caso de Nueva Alianza y Encuentro Social, dijo, colaboraron en la medida de lo posible, pues el segundo buscaba recuperar su registro como Encuentro Solidario. La diferencia son aquellos partidos que no pretenden volver a la vida política, por lo que ya no tienen interés por avanzar el trámite de liquidación.

Agregó que, sobre la marcha, también han encontrado otras “piedras”, como adeudos en seguridad social y otras prestaciones a los trabajadores de esos partidos. “Porque hay mucha informalidad en el empleo, de pronto parecían muchos juicios que podían ser cuestionables”, detalló San Martín.

UN SISTEMA DE VIDA CORTA

Así, el sistema de partidos en México hace difícil para los nuevos partidos, primero, alcanzar su registro ante la autoridad electoral; obtener el porcentaje de votos necesario; y luego liquidarse para buscar de nuevo el registro.

Una revisión hecha por La Silla Rota arrojó que algunos de los partidos que fueron liquidados en su momento por no reunir el número de votos necesario, solo duraron un año, en promedio.

El partido Alianza Social fue fundado en 1998 y disuelto en 2003. Sólo tuvo cinco 5 años de vida. Del Centro Democrático creado en 1999 y fundado por Manuel Camacho Solís quien ya había abandonado el PRI; cruzó las elecciones presidenciales del 2000 pero al no lograr el número de votos mínimo perdió el registro.

Democracia Social, el partido que postuló a Gilberto Rincón Gallardo a la presidencia de la República en el 2000 tuvo la misma suerte: no más de un año de vida. En aquel tiempo la legislación electoral establecía alcanzar el 2% de la votación del proceso electoral y no el 3% como se pide hoy.

Fuerza Ciudadana mantuvo su registro entre 2002 y 2003, mientras que el partido humanista logró su registro en 2014 y perdió las elecciones en 2015. Nueva Alianza, partido que fundó la ex lideresa magisterial Elba Esther Gordillo tras su expulsión del PRI, vivió de 2005 a 2018 como partido nacional.

En su primera elección presidencial, en 2006, el Panal lanzó como candidato a Roberto Campa, expriista y cercano a la profesora. Sobrevivió la elección presidencial de 2012 con su candidato Gabriel Quadri, próximo diputado federal gracias a la alianza Va por México. Pero ya no sobrevivió a la elección presidencial de 2018 en alianza con el candidato del PRI, José Antonio Meade.

El Partido Socialdemócrata (también conocido como nueva izquierda) se formó en 2006 y logró conservar su registro nacional y local en el distrito Federal. Entre sus filas destacaron Jorge Carlos Díaz Cuervo, exdiputado local; y Luciano Pascoe, así como Patricia Mercado (hoy senadora), y Alberto Begne. Perdió el registro en las elecciones intermedias de 2009.

MJP