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Rusia pone en jaque a la Casa Blanca

La comparecencia de Comey, la supuesta renuncia no autorizada de Sessions y las investigaciones contra Kushner, lo último que tiene preocupado a Trump

Escrito en MUNDO el

Desde que se dio a conocer que hackers rusos podrían haber intervenido en las elecciones estadunidenses aunado a una supuesta junta entre políticos rusos y asesores de Trump en completo hermetismo, misma que no fueron notificados.

Los últimos golpes a Trump se pueden ver en la destitución del director del Buró Federal de Investigaciones (FBI), James Comey, quien además declara este 8 de junio ante la comisión que investiga los nexos rusos en el Senado.

Además su yerno, Jared Kushner, esposo de su hija y asesora presidencial, Ivanka Trump, está también en la cuerda floja por la misma situación.

Y encima de todo, este marte se dio a conocer que el Fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions presentó su renuncia al mandatario días antes de iniciar  una gira internacional, con el mero objetivo de inhibirse del caso, sin embargo, el presidente Trump no ha aceptado aunque cada vez huele más fuerte la crisis en la Oficina Oval.

Trump no perdona. Kushner le recomendó despedir a Comey y ahora el presidente cree que fue demasiado lejos. Sessions se apartó en marzo de la investigación de la trama rusa y el comandante en jefe considera que con este gesto perdió su terminal en el Departamento de Justicia, el organismo que supervisa al FBI y desde el que se podía modular la explosiva investigación que trata de determinar si el equipo de Trump se coordinó con el Kremlin en la campaña de desprestigio que sufrió la candidata demócrata Hillary Clinton en las elecciones.

Según el diario El País, Sessions fue inhabilitado como un intento de controlar el fuego tras descubrirse descubrirse que en sus audiencias de confirmación para el puesto había ocultado al Senado sus dos encuentros en campaña con el embajador ruso en Washington, Sergéi Kislyak.

Otro de los problemas de Trump con Sessios fue el caso del veto migratorio pues el mandatario culpó al fiscal general de no influir lo suficiente para que fuera aprobado. El propio presidente se ha quejado públicamente de ello y en una serie de tuits ha enmendado la plana al Departamento de Justicia y le ha reprochado no haber presentado una “versión más dura”.

Y dentro de todos estos problemas está Rusia, y se acrecentará después de la declaración del exdirector del FBI, James Comey ante el Comité de inteligencia del Senado que se encuentra investigando la trama rusa.

La comparecencia había sido prevista a puerta cerrada, pero Comey ha pedido que sea pública. Durante tres horas, será interrogado por los senadores. Su despido, las presiones que recibió y los supuestos intentos presidenciales de obstruir la investigación de la trama rusa centrarán la vista.

Pocas veces la expectativa fue mayor en una comparecencia. Hay medios que la han calificado como la más importante de los últimos 20 años. El propio Trump, que odia a Comey, no ha podido eludirla y con cara amarga le ha deseado “suerte”.

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