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Por una tos, Jayne terminó mutilada y luego se colgó en su casa

Jayne Carpenter era enfermera, pero derivado de una tos fue hospitalizada y le diagnosticaron neumonía y sepsis

Escrito en MUNDO el

Jayne Carpenter era una enfermera comprometida con su profesión; sin embargo, una tos se le complicó lo que ocasionó que perdiera sus piernas y un brazo.

En 2016,  Jayne presentó complicaciones por una simple tos y decidió acudir al médico. En el hospital, le diagnosticaron neumonía y sepsis y pasó dos meses en coma.

Derivado de esto, ella perdió las dos piernas, el brazo izquierdo y cuatro dedos de la mano derecha. Aunque su pulgar estaba siendo invadido por tejido necrótico, los doctores se empeñaron en salvar ese dedo restante, pues hacía una gran diferencia entre la dependencia total y cierta autonomía.

Tras el trágico suceso, Jayne comenzó con una campaña para resaltar los peligros de la sepsis a través de su página GoFundMe y mediante la cual recaudó fondos para una operación con lo cual cubrió el costo de sus prótesis.

Aunque Jayne recibió sus prótesis y siguió con su vida normal, en 2019 su familia notó un declive repentino en la salud mental de la enfermera británica y ella comenzó a beber más alcohol.

El 7 de diciembre de 2020, Robert, el esposo de Jayne recibió una llamada donde le pedía recoger al perro de la familia. Pero al llegar a su hogar en Merthyr Tydfil en Gales, encontró a la mujer ahorcada, de acuerdo con la investigación de las autoridades.

Derivado del confinamiento por la pandemia de covid-19,  mermó aún más en el estado de salud de Jayne quien y no podía hacer sus actividades como ir a bailar y hacer ejercicio, además de que estaba acostumbrada a viajar.

De acuerdo con las investigaciones, las pruebas mostraron que había bebido una gran cantidad de alcohol, pero la policía no encontró una nota que indicara su intención de quitarse la vida.




kach