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Alireza, la condena de muerte de un joven gay en Irán

Lo declararon culpable de asesinato y de lo que ellos llaman “lavat-e be-onf”, es decir relaciones sexuales forzadas entre hombres

Escrito en MUNDO el

Alireza Tajiki tenía 21 años en el momento de su ejecución. Había sido detenido en 2012, a los 15 años, y condenado a muerte un año después, en 2013.

Un tribunal de lo penal de la provincia de Fars, en el sur de Irán, lo declaró culpable de asesinato y de lo que ellos llaman “lavat-e be-onf”, es decir relaciones sexuales forzadas entre hombres.

La víctima habría sido un mismo amigo de Tajiki, quien fue apuñalado en mayo del 2012.

Durante su detención, Tajiki estuvo dos semanas recluido en aislamiento, tiempo en el que se declaró culpable de los delitos.

Sin embargo, su familia aseguró que Alireza había sido sometido a brutales palizas, latigazos y que lo suspendían de brazos y piernas para que confesara.

Alireza Tajiki es la cuarta persona ejecutada este año que era un niño en el momento de su arresto, en Irán.


La ejecución sucedió pese a la presión internacional sobre Irán y sus medidas de condenar a muerte a jóvenes.

Ya que la Convención sobre los Derechos del Niño de Naciones Unidas, ratificada por el país islámico, estipula que no se puede condenar a muerte a menores de 18 años.

Incluso, dichas presiones lograron que en 2013 las autoridades iraníes introdujeron algunas reformas en materia penal, donde incluyeron reformas que otorgan a los jueces poderes para reemplazar la pena de muerte con un castigo alternativo si determinan que la persona no había alcanzado la "madurez mental" en el momento del crimen.

Pero nada de esto sirvió para salvar la vida a Alireza Tajiki, ni el de 89 personas más en el corredor de la muerte a pesar de haber delinquido antes de esa edad.

En Irán, la mayoría de edad para votar se concede a los 15 años, y en el caso de la justicia, se considera adultos a los niños a partir de los 15 y a las niñas desde los nueve.

Irán es además uno de los pocos países donde la homosexualidad se persigue y condena hasta con la pena de muerte y fue el segundo país con más ejecuciones en 2016, solo por detrás de China.